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Domingo, 18 de abril de 2010
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Tierra adentro

Jon Krakauer era un periodista dedicado a los deportes de altura cuando a partir de la historia de Chris McCandless, muerto en medio de una cerrad铆sima utop铆a personal en el interior de Alaska, se convirti贸 en un cronista estrella. Aventuras, sensibilidad y una poderosa capacidad de observaci贸n distinguen Hacia rutas salvajes, su primer libro llevado al cine por Sean Penn.

Por Mariana Enriquez
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Hacia rutas salvajes, Jon Krakauer, 285 p谩ginas Zeta

A mediados de 1992, un joven de 24 a帽os llamado Chris McCandless fue encontrado muerto dentro de un 贸mnibus abandonado junto al r铆o Sushana, en el interior de Alaska. Lo hall贸 una partida de cazadores: el cuerpo estaba en estado de descomposici贸n, dentro de una bolsa de dormir y rodeado de libros 鈥揹e Tolstoi, de Gogol, de Pasternak, de Thoreau鈥. Dos a帽os antes, McCandless hab铆a desaparecido despu茅s de graduarse en la Universidad Emory de Atlanta: don贸 el dinero que ten铆a en su cuenta de banco, quem贸 el que llevaba encima, abandon贸 su auto, cort贸 comunicaci贸n con su familia, y se lanz贸 a las rutas de Am茅rica del Norte para vivir como un vagabundo. McCandless era muy joven y ten铆a la cabeza llena de ideas rom谩nticas, a veces contradictorias: un absolutismo moral severo tomado de sus lecturas de escritores rusos del siglo XIX; un rechazo de plano a la sociedad de consumo y a cualquier forma de autoridad (en esta repulsa entraba la intervenci贸n estatal, lo que parad贸jicamente convert铆a a McCandless en un simpatizante del Partido Republicano); el convencimiento de que el nomadismo, la aventura y la vida en la naturaleza eran fundamentales para alcanzar la plenitud humana y la 鈥渞evoluci贸n espiritual鈥. McCandless era, adem谩s, muy arrogante o muy confiado: durante su vagabundeo de dos a帽os se hab铆a puesto en riesgo varias veces, y hab铆a salido ileso. Pero Alaska era 鈥揺s鈥 otra cosa. Y 茅l se intern贸 en el bosque sin provisiones suficientes y sin un mapa. Quer铆a que su aventura transcurriera en terra incognita. S贸lo que hoy ya no existen lugares completamente inexplorados y mucho menos en Estados Unidos. Entonces decidi贸 no tener orientaci贸n, decidi贸 que su porci贸n de Alaska fuera salvaje por simple ignorancia del terreno. De haber tenido mapa, quiz谩 se hubiera salvado, porque estaba muy cerca de varias caba帽as, puestos de control, cruces de r铆o y otras maneras de volver a ambientes menos hostiles. McCandless no pudo vencer a los elementos y tuvo una lenta y espantosa agon铆a por hambre.

La breve aventura y la muerte solitaria de Chris McCandless se dieron a conocer en la revista de viajes, deportes extremos y aventura Outside y la escribi贸 Jon Krakauer, periodista y monta帽ista norteamericano, conocido hasta entonces por sus art铆culos sobre alpinismo. La cr贸nica result贸 ser la m谩s exitosa de la historia de la revista, y dividi贸 fan谩ticamente las opiniones sobre McCandless: los lectores que lo consideraron un irresponsable o un suicida, los que sintieron desprecio por su falta de previsi贸n, los que lo admiraron por elegir una vida sin cadenas, los que lo veneraron por considerarlo un peregrino antisistema (esos mismos que hasta hoy siguen visitando el 贸mnibus donde muri贸, en viajes casi devocionales). Poco despu茅s Krakauer ampli贸 y profundiz贸 la investigaci贸n, y public贸 el libro Into The Wild (1996), que acaba de ser traducido al castellano como Hacia rutas salvajes, de la mano del 茅xito de la pel铆cula dirigida por Sean Penn basada en el libro.

驴Por qu茅 resulta relevante Hacia rutas salvajes varios a帽os despu茅s de su primera edici贸n? En primer lugar, porque m谩s all谩 del tema, Jon Krakauer 鈥揳utor de En el nombre del cielo y Mal de altura鈥 es un cronista extraordinario, de gran dominio narrativo, que siente evidente simpat铆a por su protagonista pero es lo suficientemente honesto como para anotar cada complejidad, tanto las simp谩ticas como las crueles y desagradables, dejando abierto el juego todo lo posible para que cada quien arme su propio McCandless. Adem谩s, a partir de la corta e inquieta vida narrada, Krakauer reflexiona sin pomposidad sobre esa forma de reclusi贸n que es la atracci贸n por los grandes espacios y la exigencia f铆sica, sobre la petulancia inherente a la juventud, sobre la soledad de toda radicalizaci贸n y sobre la profunda insatisfacci贸n que anida en los ciudadanos d铆scolos del pa铆s m谩s poderoso del mundo.

Tambi茅n, casi al margen pero con igual fuerza, Krakauer sigue a McCandless y tras 茅l descubre un Estados Unidos que resulta inquietante y desconocido: el de los desheredados y los errantes por elecci贸n o por exclusi贸n. As铆 cuenta acerca de Los Bloques, una base de la marina olvidada en el desierto, donde cada noviembre 鈥渦nos 5000 trotamundos, vagabundos y gente sin domicilio fijo se congregan para beneficiarse de un clima m谩s benigno... funciona como la capital estacional de una abigarrada sociedad n贸mada鈥, o la comunidad hippie-lumpen, ya desbaratada, del desierto de Anza-Borrego en California, donde cientos de personas se juntaban cada verano al lado de fuentes termales, durmiendo a la intemperie. El viaje de McCandless parece as铆 menos excepcional y por eso mismo m谩s interesante, un eslab贸n de una utop铆a en movimiento donde algunos vagabundos guiados a la distancia por Kerouac, Thoreau o Jack London dejan rastros de sus extra帽as vidas por los desiertos, rutas y bosques de Estados Unidos en un camino hacia ninguna parte.

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