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Domingo, 19 de diciembre de 2010
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Palabras cruzadas

Retomando la tradición de catalogar escritores y críticos argentinos, acaba de aparecer un diccionario razonado de ambiciosas características. Su primer tomo, de la A a la G, tiene más de 600 páginas y un intenso nivel crítico en muchas de sus entradas.

Por Juan Pablo Bertazza
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Desde el momento en que fueron entregadas las galeras hasta el día de hoy, ya pueden advertirse mínimas desactualizaciones en lo que hace, por ejemplo, a bibliografía y algunos decesos. Esa observación debería servir para hacerse una idea del enorme esfuerzo que significó hacer este Diccionario razonado de la literatura y la crítica argentinas del siglo XX, algo que no se intentaba desde 1970, con la edición de la Enciclopedia de la literatura argentina a cargo de Pedro Orgambide y Roberto Yahni.

Esta vez, los impulsores y autores de semejante proyecto al que, encima, quisieron tornarlo “diccionario razonado”, fueron Rocco Carbone y Marcela Croce, para la editorial El 8vo. Loco, que hace tiempo viene revalorizando y reeditanto joyas nacionales algo descuidadas, como la obra completa de Roberto Mariani.

Diccionario razonado de la literatura y la crítica argentinas del siglo XX. Rocco Carbone y Marcela Croce, directores El 8vo. loco 636 páginas

Pero uno de los grandes logros de esta obra, de la que acaba de aparecer su primer tomo –que va de la A a la G–, tiene que ver con el notable equipo de colaboradores que la confeccionaron; no sólo por la calidad de los nombres –Horacio González, Horacio Tarcus, Noemí Ulla, Roberto Raschella y Sylvia Saítta son algunos de los nombres–, sino también porque cada uno de ellos se dedica a un género, un autor o una época que, por diversas razones, les resulta afín; elecciones afectivas que liberan y sueltan las cadenas del tono ya obsoleto de enciclopedias y diccionarios. Quienes consulten este raro diccionario, podrán encontrar entonces el brillante comentario que hace Horacio González –todavía emocionado- sobre Nicolás Casullo: “No podríamos saber muy bien a qué cultura, qué subsuelo, en qué mercado de frutos se produce literariamente alguien como Nicolás Casullo”, o el de Noemí Ulla sobre su íntimo amigo Adolfo Bioy Casares (“su vida, muy intensa, se pobló de viajes que enriquecieron su imaginación y afectos que colmaron su felicidad”).

En tiempos en que Wikipedia hegemoniza la cocina de la información, resulta más que alentador dar con análisis originales y precisos como las razones por las que la obra de Marco Denevi, tan omnipresente en colegios y talleres literarios, nunca recibió la atención de la crítica. También reconforta cierta desfachatez que se anuncia ya en el prólogo de Ana Ojeda sobre los entretelones y desafíos enormes de esta obra cuando ni siquiera había sido concebida, y que es desarrollada en algunas entradas.

Por poner sólo algunos ejemplos, luego de encontrar uno de los motivos de su obra en la huida y el cambio permanentes, dicen de Jorge Asís: “Tal vez nos quepa esperar ahora, cuando redactamos estas notas, que parta cuanto antes del lugar en el que hoy lo vemos instalado, que no tiene la más mínima gracia desde ningún punto de vista: ni literario, ni poético, ni moral”; algo similar ocurre cuando tildan de snob al grupo de Shanghai. Sin embargo, ese mismo tono es lo que atenta contra el resultado de esta obra que, por momentos, queda a mitad de camino entre la lucidez y el mero gesto provocador. Los puntos flojos tienen que ver, entonces, con ciertas ausencias que llaman la atención y, justamente, una irregularidad en el estilo de las diversas entradas; mientras algunas exacerban al extremo la subjetividad y la opinión de quien suscribe (a tal punto de usar a los autores como objetos de un manifiesto), otras son rigurosamente clásicas, como si liquidaran un trámite en forma casi burocrática.

En ese sentido, el despliegue desconcertante de esta obra parece seguir las líneas y el impacto de uno de los autores más admirados y al que más espacio le dedican, Roberto Arlt, cuya complejidad y vaivén, según su propia entrada, nunca fue bien calibrada por la crítica.

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