Si determinar los motivos del 茅xito de una primera novela argentina puede resultar dificultoso, indagar por qu茅 lo tuvo la 贸pera prima de una hongkonesa resulta casi imposible. Claro, vale decir que en verdad Janice Y. K. Lee se desempe帽贸 como editora en Nueva York de revistas como Mirabella o Elle. De todas formas, no se ve todos los d铆as un fen贸meno como el de La maestra de piano, novela que, al d铆a exacto de su publicaci贸n en Estados Unidos (en marzo de 2009), se ubic贸 en las listas de bestsellers de ese pa铆s y, al d铆a de hoy, se ha traducido a m谩s de veinte lenguas.
Pero ya ci帽茅ndonos al marco de la novela, puede decirse que una de las razones del 茅xito de La maestra de piano es una f贸rmula que bien podr铆a atribuirse al tambi茅n hacedor de bestsellers de calidad Haruki Murakami: hablar de lugares ex贸ticos 鈥揳un para un pa铆s tan cosmopolita como Estados Unidos鈥 desde un imaginario bien occidental. As铆 como, por poner solo un ejemplo, Murakami hac铆a en Tokio Blues un tour guiado por la psicolog铆a de los j贸venes japoneses mediante el hilo de Ariadna del cl谩sico 鈥淣orwegian Wood鈥 de Los Beatles; Lee retrata, en esta novela, las hipocres铆as y dobleces de ese pueblo chico, infierno grande que es la sociedad de Hong Kong a partir de la prejuiciosa pero dispuesta mentalidad de Claire Pendleton. 鈥淪u madre le hab铆a contado que los chinos eran poco m谩s que animales y que asfixiaban a las ni帽as porque prefer铆an tener hijos varones鈥, es uno de los preconceptos que carga esta inglesa insulsa pero bastante bella que ir谩 perdiendo sus prejuicios a medida que se va instalando en la colonia, luego de recalar a causa del trabajo de su marido: un tipo flem谩tico que s贸lo parece estar dispuesto a proveer nuevos canales de agua a Hong Kong, mientras su vida (y especialmente su esposa) se le escapa como agua entre los dedos.
Con bastante entusiasmo, ingenuidad y no muchos recursos, Claire intenta aprovechar su nuevo sitio para transformarse en otro ser y, pronto, un acaudalado y tradicional matrimonio chino le ofrece dar clases de piano a su hija. Ya en las primeras lecciones (infructuosas debido al poco esmero que pone la ni帽a) Claire encuentra un placer clept贸mano con el que compensar su vida rutinaria: roba adornos, joyas y dem谩s accesorios entre blancas, negras y si bemoles. Esta idea sumamente atractiva sirve adem谩s como anticipo de lo que va a ser esta novela llena de mentira y traiciones. Luego de robar y huir sin que nadie la pesque, Claire sigue transgrediendo y se vincula afectivamente con Will Truesdale (todos los nombres de esta novela parecen tener un significado oculto), el chofer del matrimonio, un hombre que esconde un pasado enrevesado, un pasado enigm谩tico que, lentamente, se ir谩 apropiando de toda la novela. Es as铆 que esta obra que amaga con ser un romantic贸n remedo de Madame Bovary del siglo XXI se transforma progresivamente en un policial a caballo de dos momentos c煤lmines de la historia de Hong Kong: antes y despu茅s de la Segunda Guerra Mundial, cuando Jap贸n empieza a invadirla con prisa y sin piedad y una vez que intenta levantarse de entre las ruinas.
La maestra de piano constituye, entonces, una caja de Pandora al cubo: es una novela sobre Hong Kong escrita desde el imaginario anglo, indaga sobre las acalladas profundidades de la psicolog铆a masculina desde la voz femenina de la promisoria Janice Y. K. Lee y es, en definitiva, una novela de y sobre el siglo XXI que hace uso de la sensibilidad 鈥揳 partir de Madame Bovary y Orgullo y prejuicio, sobre todo鈥 del siglo XIX.
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