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Domingo, 30 de octubre de 2011
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Tratando la trata

Autora española de novelas muy exitosas, Angela Vallvey aborda en su nuevo libro el candente tema de la esclavitud sexual.

Por Alicia Plante
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Esta última novela de Angela Vallvey, la multipremiada escritora española, nos sumerge de entrada en un tema que hasta hace no tantos años producía asombro y espanto y que hoy, precisamente por la frecuencia con que vienen apareciendo narraciones de algún modo emparentadas con ésta, ya, al menos, no nos dejan paralizados de horror y en algunos casos hasta nos comprometen con alguna forma de acción. Hoy, la trata de personas es un problema del cual la gente en cualquier lugar del mundo occidental ha tomado conciencia, si bien es posible que no sea sólo porque va desapareciendo el asombro porque las personas –y los medios– discuten y analizan el asunto, quizá se deba también a que la envergadura de la cuestión, lejos de estar en vías de ser controlada por las organizaciones que defienden los derechos humanos, aumenta día a día.

El relato de Vallvey es entretenido, ligero, lleno de suspenso y de personajes que pueblan tanto las mafias de diversas latitudes –aunque ella se ocupe principalmente de la rusa y la española, cada una con sus características propias, por ejemplo en cuanto al uso de la violencia, más común en centros de trata como Estambul o el Emirato de Dubai– como a las fuerzas del orden y la ley que buscan desmantelarlas. En el centro de esta lucha por el dominio de la situación están naturalmente las víctimas, cuyo infortunio Vallvey describe en la generalidad de los casos con gran detalle y verismo, por momentos con descripciones casi insoportables de su sufrimiento y humillación.

El hombre del corazón negro. Angela Vallvey Destino 544 páginas

Como es sabido, actualmente hay dos destinos habituales para la trata de personas: la prostitución y el trabajo esclavo. En el caso del libro de Vallvey, las mujeres engañadas, sometidas y varias veces vendidas y cambiadas de mano hasta ser deportadas a su país de origen cuando la mala alimentación, el maltrato y el abuso las vuelve inútiles, las enferma o las mata, tienen como destino el encierro en burdeles y la explotación sexual de sus cuerpos. La autora baraja cifras, no se limita a entretener con un relato de suspenso más o menos horripilante: informa, denuncia, devela. Aun así, estamos ante una novela en la que caben temas secundarios como la discriminación racial, la diferencia de clases y hasta el romance.

En cuanto a la trama concreta, los personajes principales son varios y convergen o se apartan, se acercan, se miran a los ojos y se alejan como en una danza cortesana de salón. Por ejemplo una hermosa e ingenua niña de quince años proveniente de Moldavia, Polina, cuya cotización se ve incrementada enormemente por el hecho de ser virgen y que parece simbolizar a todas las demás jóvenes mujeres captadas por las mafias, aunque no por eso Vallvey nos ahorrará la descripción de los destinos de unas cuantas. Un par de amigas españolas entradas en años y en carnes que viven apaciblemente en Guadalajara en sus respectivas casas, demasiado cerca para su gusto de un grupo de rusos que exhiben actitudes sospechosas, y que se convertirán –una de ellas especialmente– en protagonista involuntaria del relato. Marcos, el hijo juez y solterón de la otra, que acaba de ser designado para investigar la presencia alarmante y cada día más evidente de las mafias del Este en el mundo de las empresas españolas. Sigrid Azadoras, una mujer policía frustrada, culposa y encantadora. Misha, el mafioso ruso que está en el eje del relato desde sus orgullosos comienzos de ladrón y asesino a sueldo; sus siniestros guardaespaldas, la mujer que usa sus intuiciones para protegerlo, así como los otros jefes mafiosos con los que Misha realiza transacciones, multimillonarios poderosos que pasean su impunidad por los centros mundiales de la corrupción, todos ellos siempre sujetos a la posible traición o venganza del otro.

El estilo de Vallvey no es de lo mejor que tiene su libro. Por momentos da la impresión de ser una traducción poco feliz, a pesar de lo cual la historia es atrapante y el tema, la denuncia y la información trasmitida por la autora a lo largo del relato, la vuelven una lectura algo más que interesante.

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