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La novela empieza con una definici贸n que acarrear谩 otras: 鈥淔illus de anima. As铆 es como llaman a los ni帽os engendrados dos veces, por la pobreza de una mujer, por la esterilidad de otra鈥. No es casual este gesto de glosario en la primera l铆nea sino anuncio del eje que sostendr谩 la trama: la filiaci贸n m谩s all谩 o m谩s ac谩 de la sangre, las complejidades del origen y tambi茅n las del final. Novela existencial con m煤sica de fondo rural y negada a todo eco de globalizaci贸n, La acabadora se propone enfrentar a sus lectores con los prejuicios sobre la biolog铆a, la maternidad y la eutanasia, recurriendo no a grandes argumentos sino a lo m谩s conservador de su tradici贸n.
Claro que se podr铆a decir que la novela empieza antes de esas primeras l铆neas y que la advertencia ya estaba en la dedicatoria donde la autora, Michela Murguia hab铆a escrito: 鈥淎 mi madre. A las dos鈥, confirmando que esta distorsi贸n de n煤mero (una madre pueden ser dos, as铆 como un ni帽o se engendra m谩s de una vez) es parte de su propia vida y de su propuesta est茅tica frente a los mandatos de la naturaleza y de la ley. Murguia ha decidido situar en un pueblo y un tiempo perdidos las respuestas m谩s osadas a las preguntas sobre el derecho a ser (y de qui茅n ser) y de dejar de ser (a manos de qui茅n). Luego del rotundo 茅xito de esta primera novela (se llev贸 entre otros premios grandes, el Campiello que es el m谩s prestigioso de Italia) Murguia declara en sucesivas entrevistas que el primer cap铆tulo surgi贸 de un texto por encargo. All铆 ya est谩 la protagonista, la aguda, solitaria y misteriosa t铆a Bonarda, una anciana que encarna a esta figura de la madre adoptiva, que en Cerde帽a est谩 institucionalizada con otra definici贸n: 鈥淢ujer madura que cr铆a al hijo de otra con el fin de asegurarse cuidado en la vejez y destino para su herencia鈥. Pero al seguir escribiendo, y a punto de caer presa de la tentaci贸n autobiogr谩fica, ya que Murguia, nacida en Cerde帽a hace 39 a帽os, es ella misma una fillus de anima, decidi贸 incluir dentro del mismo personaje a otra figura. Tambi茅n pertenece a la tradici贸n sarda aunque est谩 presente, por razones obvias que ya veremos, m谩s como leyenda que como archivo. La t铆a Bonarda tambi茅n es 鈥渓a acabadora鈥 esa mujer que como las comadronas ayudan a nacer, asisten o asistieron a los moribundos a dejar de serlo. La acabadora es quien se encarga, no sin dolor, sin remordimiento ni sin templanza, de acudir al llamado de quienes se est谩n por morir. A este estado natural de solucionar la vida y la muerte, se opondr谩 un caso 鈥渄iscutible鈥 donde tanto los personajes como los lectores se ver谩n obligados a tomar partido.
La autora parece querer abrir un mundo viejo (un peque帽o pueblo sardo de la d茅cada del 鈥50 que se rige por sus propias redes de solidaridad) que nos resulte nuevo: cerrados y primitivos, tienen 鈥渘aturalmente鈥 resueltas cuestiones que hoy atormentan a los Parlamentos del mundo, como eutanasia y patria potestad.
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