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Lunes, 20 de agosto de 2012
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La última del Británico

Por Martin Kasañetz
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Carne seca. Martín Malharro Mil botellas 226 páginas

Carne seca completa (luego de Banco de niebla y Calibre 45) la trilogía denominada “La balada del Británico” en donde Mariani, personaje principal de las tres novelas, vuelve a un nuevo caso en el que debe buscar a un hombre mayor –que está desaparecido hace algunos días– por encargo de su sobrino. Rápidamente lo encuentra: el hombre aparece muerto en una tumba del cementerio de la Chacarita. Desde el año 1983. Aquí parte el interrogante que llevará al lector por un camino adictivo hasta las últimas páginas de la novela. Mariani no es policía ni detective, lejos está de serlo, es uno de esos tipos que pertenece únicamente a él mismo. Sabe buscar personas, lo hace bien y se dedica a eso. Tampoco es el clásico antihéroe al estilo Chandler: ser o no un héroe es algo que le es completamente ajeno. Tiene su propia moral inquebrantable que está más cerca de ciertas lealtades con algunos conocidos que de una ética colectiva. Vive con sus dos tías mayores, no le interesan las mujeres ni el prestigio, ni tiene un sentimiento de honestidad que lo lleve a buscar la justicia. Mariani es un investigador a sueldo que se pasa las horas en el bar Británico –ubicado en la esquina de Defensa y Brasil– que usa como oficina. No tiene dinero y sabe que nunca va a tenerlo, probablemente porque el dinero lo obligaría a dejar de lado cierta forma de ser, de esas que no aceptan concesiones con nadie. Tiene un amigo, el gordo Demarchi, un mecánico del barrio, una especie de anti-Watson que –aunque lejos de la viveza y la resolución– lo acompaña fielmente cada vez que Mariani lo precisa. En Carne seca, lo más atractivo son los personajes que deambulan por la ciudad, el barrio de San Telmo –con el bar Británico como epicentro– y, sobre todo, Mariani, que parece ser el nexo que todo lo vincula aunque de una manera desinteresada de perdedor asumido.

Malharro logra una vez más envolver al lector en un texto sumamente atrayente que parte de una desaparición común, ya en democracia, para terminar en hechos sucedidos en el pasado en Campo de Mayo, dentro del aparato represor civil de la última dictadura.

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