Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 17 de agosto de 2014
logo libros

TRABAJOS DE PARTO

En forma de libreto de 贸pera, Emilio Garc铆a Wehbi reescribe a las mujeres a punto de dar a luz de Sylvia Plath.

Por Hugo Salas
/fotos/libros/20140817/notas_i/sl28fo02.jpg
Luzazul. Emilio Garc铆a Wehbi. Ediciones Documenta. 116 p谩ginas

El nombre de Emilio Garc铆a Wehbi dif铆cilmente reclame mayor introducci贸n. Due帽o de una est茅tica perturbadora, acompa帽ada siempre de una potente reflexi贸n sobre el mundo, las propias condiciones de esa est茅tica y la funci贸n del arte, poco cuesta reconocer su marca en los proyectos que aborda desde los lenguajes esc茅nicos, ya sea como director teatral, r茅gisseur, performer o artista visual. Sin embargo, este fuerte car谩cter tal vez haya contribuido a opacar el espesor literario de su producci贸n. El error comenz贸 a saldarse hace poco, con la publicaci贸n de Botella en un mensaje, compilaci贸n de siete de sus textos escritos para la escena, al que viene ahora a sumarse una pieza ineludible: Luzazul.

Elaborado como libreto para una 贸pera compuesta por Marcelo Delgado, el texto se plantea una tarea ardua: la reescritura de Tres mujeres (1962), singular poema de Sylvia Plath concebido a la manera de un mon贸logo para tres voces, las de tres pacientes de una maternidad. A los problemas propios de trabajar sobre una de las voces m谩s singulares del siglo XX se suma el ineludible escollo de la distancia de g茅nero. 驴C贸mo puede un hombre escribir ese texto sin caer en la 鈥渋mitaci贸n鈥 de modelos estereotipados? Al encontrarse con Luzazul, lo primero que llama la atenci贸n es el objeto mismo. A diferencia de lo que suele ocurrir con las ediciones de textos dram谩ticos, se advierte aqu铆 un cuidado, una atenci贸n, un pensamiento sobre el objeto que impone a la lectura una actitud distinta. Las fotograf铆as 鈥渄e obra鈥 son sustituidas por retratos de las actrices tomados por Sebasti谩n Arpesella para la propuesta esc茅nica, intercalados al final de cada una de las tres grandes secciones que componen el texto (鈥淐ama #1鈥, 鈥淐ama #2鈥 y 鈥淐ama #3鈥). La calidad de impresi贸n, sobre todo en los planos negros, es notable. A modo de se帽alador, acompa帽a el volumen una hebra del hilo que ha sido utilizado por la artista Elisa Canello para bordar la fotograf铆a original de tapa. Un Ep铆logo del cr铆tico teatral Federico Iraz谩bal ayuda a entender la articulaci贸n de la propuesta de Garc铆a Wehbi en la escena porte帽a.

Tiene sentido se帽alar todo esto porque se trata de un acompa帽amiento que rodea y circunscribe el texto, lo enmarca, en un procedimiento que a su vez es constitutivo tambi茅n de la composici贸n del poema. Mientras que el final, como suele ocurrir en Garc铆a Wehbi, es abrupto, su 鈥渋nicio鈥 es demorado por un conjunto de elementos que imponen otro tr谩nsito: una primera p谩gina 铆ntegramente ocupada por nombres griegos de mujer reproducidos en letras may煤sculas a la que siguen otras siete, con textos muy breves tambi茅n en may煤sculas, casi como si se tratase de carteles o intert铆tulos, un pr贸logo que reescribe el encuentro de las tres brujas que da comienzo a Macbeth y un 煤ltimo cartel que da paso al 鈥渢exto鈥 (鈥淪ilvia(s) Plath con la(s) cabeza(s) en el horno tapando el resquicio de la puerta con pa帽ales sucios para no desaprovechar gas鈥).

Lejos de cualquier idea de representar a partir de la imitaci贸n, esta escritura se sabe en tensi贸n con el mundo; por eso mismo traba distancia. Si algo tiene de caracter铆stico, es que tarda en darse, obstruyendo toda posibilidad de la lectura como mero consumo. Parad贸jicamente, el momento de 鈥渃omenzar鈥 aparece signado por el suicidio, y en abrupto contraste, lo primero, al descorrerse aquello que vela la escena, es un paritorio y en su centro mismo una mujer en trabajo, con las piernas abiertas, duplicando especularmente la reversibilidad entre extremos que establece el pal铆ndromo del t铆tulo.

A diferencia de Plath, Garc铆a Wehbi no alterna las voces, sino que las a铆sla en bloques, duplicando su confinamiento hospitalario. Ocurre que en el paso que media de 1962 a 2013, de la poeta mujer al int茅rprete-traductor hombre, 茅stas no son ya mujeres vivas. Son mujeres muertas dando luz a un conjunto de referencias que las subsume en series y las convierte en espect谩culo, como si se tratara de la interminable ca铆da en la madriguera-sepulcro de todas las Alicias. 鈥溌縌ui茅n dijo que las salas de parto son c谩lidas?鈥

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.