Domingo, 21 de abril de 2002
Hay que remar
Por Daniel Divinsky *
Para poder decir con certeza cu谩nto crecieron nuestros costos de producci贸n habr铆a que datar la respuesta con precisi贸n: no s贸lo la fecha en que se emite sino tambi茅n la hora. Hasta hoy, 12 de abril a las 15.30, ser铆a entre un 50 y un 60 por ciento, seg煤n el tipo de libro. La disminuci贸n de ventas en el pa铆s en el primer trimestre del 2002 con relaci贸n al mismo lapso del a帽o pasado es de alrededor del 45 por ciento. Y esto comparado con otro a帽o que ya era malo... Los precios de nuestros libros aumentaron a partir del 10 de abril un 20 por ciento como promedio: eso no absorbe los nuevos costos, pero era imposible pretender trasladarlos de una sola vez ante una demanda tan deprimida y empobrecida. Cobrar a algunos (muchos) clientes se ha convertido en la tarea m谩s creativa que hay que desarrollar en la Editorial (煤ltimamente, porque la variedad de obst谩culos dilatorios, a veces motivados en causas reales, y otras en la acendrada pr谩ctica del ciclismo que alienta la expectativa inflacionaria, obliga a ejercer la imaginaci贸n para vencerlos. No obstante no hemos reducido el plan de producci贸n te贸rico 鈥損ara eso siempre hay tiempo鈥, pero de las nueve novedades que deb铆an aparecer para la Feria saldr谩n s贸lo tres. En realidad, hay que sumarles los cuatro t铆tulos publicados entre noviembre y diciembre pasados, que fueron m谩s fantasmas que aparecidos en medio de la incertidumbre y el espanto ambiental. Desde hace bastante tiempo hubi茅ramos debido disminuir el personal estable, pero nos abstuvimos de hacerlo por razones exclusivamente sentimentales, ante el panorama de desocupaci贸n insoluble que se les plantear铆a a los excluidos. No sabemos cu谩nto tiempo m谩s se podr谩 mantener esta situaci贸n. S铆 se ha dejado de dar trabajo a colaboradores externos habituales, precisamente por disminuci贸n del ritmo de producci贸n y al encargar esas tareas a la 鈥渕ano de obra subocupada鈥 interna. No hemos rescindido ning煤n contrato de compra de derechos pero, previsoramente, en todo el a帽o pasado compramos solamente un libro de Derrida, Fe y saber, que saldr谩 este a帽o. El resto ser谩 todo de producci贸n nacional. Y aunque la devaluaci贸n permiti贸 reducir en algo los elevados precios en d贸lares que ven铆an teniendo todos los libros argentinos para la exportaci贸n, el aumento de los costos ligados igualmente a insumos dolarizados (papel, tintas, planchas de impresi贸n, cola de encuadernaci贸n), la retenci贸n impositiva sobre las exportaciones 鈥搎ue se paga por adelantado鈥, la falta de certeza acerca de c贸mo se liquidar谩n los pagos que recibamos del exterior, y el plazo fijado para el ingreso de esas divisas, muy reducido trat谩ndose de libros, que se cobran usualmente en t茅rminos m谩s largos, conspiran contra la posibilidad de aumentar las exportaciones. Ninguna pol铆tica se dise帽贸 ni se vislumbra para apoyar desde el Estado descuartizado al sector editorial. Los colegas del exterior nos compadecen... y prefieren ofrecer sus t铆tulos interesantes a editoriales de pa铆ses que tienen una moneda.
* Director editorial de Ediciones de la Flor.
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