Como dec铆a Nin铆 Marshall, a esta altura de la soire茅 lo 煤nico que queda claro es que la quinta Cobo en el Tigre yace a medio demoler. Esta semana, el grupo desarrollador del Tigre Hotel, due帽os del terreno en la primera cuadra de la avenida San Mart铆n, sali贸 a comunicar su proyecto y a defenderse de acusaciones varias. Las versiones son tan divergentes que no estar铆a mal convocar a un m茅dium a ver qu茅 tiene que decir el fallecido intendente Ubieto.
La historia arranca con el boom tur铆stico y con el rampl贸n criterio de desarrollo del interminable intendente Ubieto, pol铆tico que gobern贸 su ciudad bajo la dictadura y luego en democracia, al frente de un partido vecinalista que se parti贸 en pedazos apenas muerto el caudillo. Ubieto permiti贸 hacer torres, para desesperaci贸n general, al mismo tiempo que restaur贸 lo que hoy es el Museo de Arte del Tigre y la estaci贸n fluvial. A la Quinta Cobo, a la que todav铆a llaman el Tigre Club por los a帽os que la alquil贸 esa entidad, la desprotegi贸 por completo y permiti贸 el loteo de su inmenso terreno, en el que se construyeron edificios pat茅ticos, sobre todo sobre el frente a San Mart铆n.
El a帽o pasado, con Ubieto ya fallecido y su partido percibiendo que iba a perder las elecciones ante Sergio Massa, un grupo de muy j贸venes vecinos organiz贸 una sentada de s谩bado frente al viejo edificio y junt贸 firmas para protegerlo. Lo hac铆an por las insistentes versiones de que se iba a construir un hotel all铆 y que la quinta no estaba incluida.
Result贸 cierto: hubo que presentar un amparo que termin贸, por el peculiar sistema judicial bonaerense, en un juzgado laboral con una jueza que no sab铆a siquiera que los amparos no tienen plazos ni temas, y que ni pens贸 que hubiera la menor urgencia. Por supuesto que la hab铆a, ya que a la misma ma帽ana siguiente de que la se帽ora jueza descartara tomar medidas preventivas 鈥搉o corre urgencia, dijo鈥 una m谩quina de dibujos animados con una bola de hierro empez贸 a demoler la quinta Cobo. La jueza, pese a que su pat茅tico secretario afirm贸 que s贸lo trabajaba hasta la una de la tarde, tuvo que terminar esa tarde clausurando la obra, trabajando a deshoras y enter谩ndose de un par de decisiones de la Corte Suprema sobre el tema amparos.
As铆 qued贸 la casona italianizante, herida de muerte, y la causa pas贸 a manos seguramente m谩s intelectuales, en la C谩mara. El gobierno del Tigre se enoj贸 y mucho con sus j贸venes proteccionistas, y anduvo buscando conspiraciones desestabilizadoras entre los que defienden el patrimonio edificado, una verdadera muestra de provincianismo pol铆tico. Lo que faltaba era escuchar a los que quieren construir el hotel.
Juan Pablo Lafosse es el director comercial y Sergio Stoler el financiero del emprendimiento, ambos tigrenses y ambos activos en el mercado de turismo. El arquitecto es Alejandro Hug, de viaje por trabajos en el interior y autor del proyecto. Los tres aclaran que no son los due帽os del hotel sino desarrolladores que reunieron un grupo de inversores. La historia, dicen ellos, arranca cuando le llevan la idea a Ubieto con el muy s贸lido argumento de que Tigre no tiene un hotel grande y siendo la segunda ciudad m谩s visitada del pa铆s, tiene la d茅cima parte de las camas disponibles que Pilar. Tigre recibe una enorme proporci贸n del turismo que llega a la ciudad, pero como una excursi贸n del d铆a, a un suburbio. La idea, seductora para el intendente, era retener parte de ese tr谩fico.
Seg煤n Lafosse y Stoler, fue Ubieto quien sugiri贸 el terreno de la quinta Cobo, que era 鈥渦n basural鈥. Cuentan los desarrolladores que el fallecido intendente quer铆a transformar la avenida San Mart铆n en una 鈥淎lvear del Tigre鈥, con edificios de alto nivel. Por eso les pidi贸 un proyecto que reflejara el patrimonio de la gran 茅poca local y se destacara. As铆 naci贸 la idea de inspirarse en el desaparecido Tigre Hotel para el proyecto.
Siempre seg煤n los desarrolladores, Ubieto y sus continuadores antes de Massa les dijeron que no ocuparan todo el terreno y que superaran la altura permitida en la zonificaci贸n, que ellos se lo iban a arreglar. Aqu铆 comienzan algunas discrepancias:
n Los desarrolladores dicen que Ubieto s铆 sancion贸 una excepci贸n para que se construyera un hotel en esa mano de San Mart铆n, algo totalmente prohibido en el c贸digo. Citan como ejemplo que en la siguiente cuadra, de la misma mano, hay un hostel. Pero la arquitecta Laura Weber, asesora de la diputada Teresa de Anchorena, directora de la Comisi贸n de Patrimonio de la Legislatura porte帽a y una profesional de prolijidad asombrosa, no encuentra esa excepci贸n en el c贸digo tigrense.
n Los desarrolladores dicen que ten铆an permiso para demoler, pero la Municipalidad de Tigre dice lo contrario y busca cobrar una fuerte multa por lo actuado.
Lo que s铆 qued贸 nom谩s en el aire es la excepci贸n para subir en altura. No es que el proyecto del hotel sea una torre ni mucho menos, como puede apreciarse en los dibujos que acompa帽an esta nota, pero la zonificaci贸n es realmente baja en ese rinc贸n del Tigre. Esto crea un problema realmente serio, porque las autoridades locales consideran el tema de las excepciones por altura delicado, una promesa de campa帽a del intendente Massa. Varios de sus funcionarios de mayor rango juraron que jam谩s aprobar谩n una excepci贸n para el hotel. Donde no tendr谩n que pedirla es en cuanto a la superficie a ocupar. El terreno permite edificar el 60 por ciento de la superficie, pero el proyecto s贸lo toma un 50. Claro que eso se logra subiendo en altura, lo que est谩 en veremos.
Algo que los desarrolladores se ocuparon de aclarar es que el juzgado de la doctora Sara Nasif nunca les comunic贸 que hab铆a un amparo, por lo que aparecieron demoliendo en medio del tr谩mite legal. Esto puede parecer incre铆ble, pero viendo c贸mo manej贸 todo la jueza, hasta resulta cre铆ble. Claro que sigue la duda de si la bola de hierro actu贸 con o sin permiso de la municipalidad.
Es una pena que la quinta Cobo quedara en medio de todo esto. Lafosse y Stoler dicen que buscaron integrarla al proyecto pero desistieron porque les dejaba tan poco espacio para construir que los n煤meros no cerraban. Y vuelven con el desfalcado argumento de que la casa estaba en un estado tal que no era posible salvarla. Esto, en realidad, quiere decir que era demasiado caro salvarla, porque siempre es posible salvar un edificio. Tambi茅n es una pena porque el proyecto de Hug, sin ser ninguna obra maestra ni buscar serlo, s铆 le presta atenci贸n al entorno y parece realmente un edificio del Tigre, con techos de aguas y miradores. En otro terreno, su fama no ser铆a pol茅mica y negativa, y hasta se ganar铆a sus buenos elogios.
Pero la falta de protecci贸n y orden legal al patrimonio, y las promesas de intendentes crearon una situaci贸n donde lo que hay es un proyecto en veremos, una causa legal, una cat谩strofe de relaciones p煤blicas y una pieza patrimonial valiosa destruida.
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