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Sábado, 14 de agosto de 2010
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El derrumbe esperado

Los tres muertos del pasado martes son el resultado tr谩gico del estado de impunidad deliberada que disfruta la especulaci贸n inmobiliaria en esta ciudad, que es coordinada con cuidado por el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain.

Por Sergio Kiernan
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Era cuesti贸n de tiempo para que la impunidad de la especulaci贸n inmobiliaria terminara en muertos. El derrumbe del martes pasado re煤ne todos los elementos concretos y simb贸licos de la situaci贸n en Buenos Aires: una obra denunciada varias veces en la que los inspectores nunca ven nada, una empresa cortando costos de un modo suicida, un edificio 鈥揳ntiguo, nada menos鈥 que se cae. Y todo para hacer una torre.

Mauricio Macri privilegi贸 la especulaci贸n inmobiliaria desde la Jefatura de Gobierno porte帽a y nombr贸 en el puesto clave a un incondicional de esa 鈥渋ndustria鈥: el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain. Esta semana, ante el esc谩ndalo de tres muertes, Macri ech贸 al director ejecutivo de la Agencia Gubernamental de Control, Ra煤l R铆os, luego de percibir al fin que no ten铆a la capacitaci贸n que demanda la ley para el puesto. Ser谩 dif铆cil ilusionarse con que Chain siga ese camino, porque el ministro es de tefl贸n y est谩 perfectamente capacitado para lo que le encargaron.

Chain era un desconocido hasta llegar al ministerio y su 煤nico m茅rito evidente es su cercan铆a a Macri. Como arquitecto, hay que juzgarlo por su pertinaz mal gusto a la hora de aprobar o decidir obras p煤blicas. Basta visitar las plazas frente al Cementerio de Recoleta para ver su pasi贸n por los materiales descartables 鈥揳ma las bochas de cemento, de las que se ensucian en cosa de semanas鈥, o recordar su plan para semipeatonalizar Defensa.

El 鈥渁la pol铆tica鈥 del PRO estuvo bastante tiempo desconcertada con Chain, un hombre impermeable a la noci贸n de hacer pol铆tica. Con el proyecto de Defensa logr贸 un mot铆n en San Telmo, con vecinos luchando a brazo partido y presentando amparos 鈥減ara que no se haga una obra p煤blica鈥. Chain concluy贸 que el problema es que en ese barrio 鈥渟on todos peronistas鈥, seguramente sin saber que su partido lo hab铆a ganado en las elecciones. Inmediatamente traslad贸 el proyecto al barrio Segurola, cuyos vecinos tambi茅n organizaron una asamblea de repudio a que sus pasajes apacibles se transformaran por capricho del ministro. Finalmente, Chain se calm贸 semipeatonalizando Reconquista y anunciando que har谩 lo mismo con Suipacha.

Este nivel de cabotaje lo muestra en su peor luz posible, pero como ministro de Desarrollo Urbano el hombre algo tiene que desarrollar. Sin embargo, Chain es muy h谩bil en su tarea central: la de garantizar la impunidad de la especulaci贸n inmobiliaria. Y es adem谩s un sofista digno del 谩gora, siempre listo con una l贸gica falluta para justificar hasta los muertos de esta semana.

Cada vez que hay un problema en la Ciudad, por ejemplo una obra clandestina, Chain o su secretario H茅ctor Lostri, que es su versi贸n pulidita, explican serenamente que 鈥渘o se puede tener un inspector en cada esquina鈥. Esta semana, con absoluta impavidez, Chain detall贸 que 鈥減ara poder controlar en forma permanente todas las obras鈥 se necesitar铆an 鈥12 mil profesionales, que es toda la curr铆cula de arquitectos de Buenos Aires鈥. Lo de 鈥渃urr铆cula鈥 uno espera que sea un error del periodista que recogi贸 la declaraci贸n y que el ministro haya querido decir 鈥渕atr铆cula鈥...

Como sea, Chain sabe perfectamente que no es necesario tener 12 mil inspectores parados en 12 mil obras para que estas cosas no pasen. Basta con tener leyes m谩s rigurosas, multas que se hagan sentir y algunos inspectores m谩s, ideas que se ocup贸 de cajonear rigurosamente.

Por ejemplo, con las inspecciones de patrimonio de la Ley 1227. Esa pobre ley fue minuciosamente cajoneada por Silvia Fajre en tiempos de Ibarra-Telerman 鈥損ara que la reglamentaran hizo falta un amparo de la entonces diputada Teresa de Anchorena鈥 y el objetivo de cumplirla qued贸 para la siguiente gesti贸n. Entre otras cosas, la 1227 mandaba redactar una modificaci贸n del c贸digo urbano para proteger edificios catalogados y punir las demoliciones clandestinas. La sucesora de Fajre como secretaria de Patrimonio, Josefina Delgado, redact贸 un muy buen c贸digo y hasta logr贸 que lo firmara su ministro, Hern谩n Lombardi, persona con una verdadera fobia a los problemas.

Cuando lo vio Chain, lo trat贸 como los ingleses al Graff Spee. De ninguna manera iba a permitir Desarrollo Urbano que Cultura tuviera inspectores, y menos que se les cobrara multas a los colegas inmobiliarios. La humillaci贸n fue tal, la muestra de poder tan clara, que Delgado se dedica desde entonces a no cruzarse m谩s con el ministro y prefiere viajar a congresos de literatura, su especialidad.

M谩s sutil todav铆a fue la transformaci贸n del Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales de esperanza del patrimonio a m谩quina de liberar parcelas para demoler. El CAAP recibi贸 poderes especiales de la Legislatura para decidir si cada pedido de demolici贸n de edificios anteriores a 1941 proced铆a o ten铆a que ir a los legisladores para su eventual catalogaci贸n. Chain, con Lostri actuando directamente, dio vuelta el mecanismo metiendo el 鈥渆ntorno鈥 de cada edificio en la movida. As铆 se pod铆an liberar 鈥搇a frase es 鈥渄esestimar鈥濃 cientos de edificios para su demolici贸n, creando una rentable base de datos para la especulaci贸n inmobiliaria. Entre sus funcionarios propios 鈥揝usana Mesquida鈥, los de Cultura 鈥搎ue votan como si fueran de Chain鈥 y los de algunas instituciones que votan como si estuvieran en un seminario de arquitectura en Francia, el mecanismo funciona como un sue帽o.

Y el tema de los inspectores es ejemplar. Chain jam谩s habl贸 de hacer la inversi贸n de crear una herramienta que liquidara la evidente impunidad que reina en la Ciudad. Tampoco se movi贸 jam谩s para iniciar un cambio de leyes o al menos para elevar las absurdas multas, que no se indexan desde hace a帽os. Los derrumbes, las faltas de seguridad en el trabajo, los atajos para bajar el costo, son punidos con cifras tan absurdas que hasta en el remoto caso de que a uno lo sorprendan, resulta m谩s barato curar que prevenir.

La anomia es tal que llega a la comedia. En ediciones recientes se cont贸 en m2 el caso de la demolici贸n clandestina que se est谩 llevando a cabo en la calle S谩nchez de Bustamante casi Pacheco de Melo, en el viejo asilo de San Vicente de Paul. Ante las denuncias de vecinos, el defensor adjunto del Pueblo, Gerardo G贸mez Coronado, inici贸 una actuaci贸n y se comunic贸 con la Direcci贸n General de Fiscalizaci贸n y Control de Obras, que le garantiz贸 que visitar铆an el lugar. Tardaron trece d铆as en aparecer y cuando lo hicieron, se retiraron sin hacer nada porque un portero no los dej贸 entrar. Y si no invitan a entrar, no se puede hacer nada, pese a que por las ventanas se puede ver que el edificio est谩 siendo demolido sin permiso.

Este estado de cosas le parece feliz a Chain. Esta semana, el ministro dijo que la obra estaba 鈥渆n perfecto estado鈥 en la ma帽ana de la tragedia. Para Chain, lo que pas贸 fue que llegaron con 鈥渦na m谩quina absurda鈥 que quiso hacer el trabajo apurado. Lo que no dice, pero sabe, es que 茅ste es un caso tr谩gico de lo de siempre: recortar costos con garant铆a de impunidad, ya que el ingeniero a cargo de la obra sabe que las multas son nimias y una clausura, algo remoto. La aparentemente dura sanci贸n de quitarle la matr铆cula por quince a帽os al titular de la obra tambi茅n es falluta: la Justicia siempre las declara ilegales, por violentar la libertad de trabajo y porque la Ciudad en realidad no tiene ese poder.

Como el ministro sabe perfectamente de qui茅nes es el ministro, jam谩s habla de lo que podr铆a solucionar el problema. La dureza hacia sus patrones especuladores no entra en su temario mental.

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