La quinta que mand贸 a construir en 1918 el abogado y fil贸sofo Carlos Vaz Ferreira fue edificada bajo la direcci贸n de Alberto Reborati y ampliada por 煤nica vez en 1928 por la firma Bello & Reborati. Ubicada en el barrio Atahualpa de Montevideo es una joya del patrimonio cultural uruguayo que se ha conservado intacta hasta el d铆a de hoy. Fue declarada monumento hist贸rico nacional en 1975 y desde 2004, la Fundaci贸n Vaz Ferreira, creada por los descendientes del fil贸sofo, la abre al p煤blico como museo de sitio y centro cultural.
El inmueble es una joya modernista del arquitecto Alberto Reborati, el mobiliario y la decoraci贸n obra del artista Milo Beretta 鈥揹isc铆pulo de Pedro Figari鈥, el jard铆n es claro ejemplo de un paisaje cultural indisoluble del conjunto, y el patrimonio inmaterial representado por el legado intelectual del fil贸sofo y por las actividades culturales de ayer y de hoy, dan vida a la casa y completan el conjunto.
Cruzar la reja de entrada a la quinta Vaz Ferreira es tener la oportunidad de palpar la historia del Uruguay de principios del siglo XX. Vaz Ferreira le encomend贸 al reconocido arquitecto uruguayo Alberto Reborati construir una casa en un predio del barrio Atahualpa de Montevideo que hab铆a visitado a帽os antes. Ser铆a luego la residencia de la familia y a煤n hoy la conservan los descendientes del fil贸sofo en forma inalterada.
La casa est谩 emplazada en medio de un jard铆n de aspecto selv谩tico de algo m谩s de un cuarto de manzana, fue dise帽ada con una planta rectangular desarrollada en dos pisos y un entrepiso. Si uno entra por la puerta principal, orientada hacia la calle que hoy lleva el nombre de Vaz Ferreira, atraviesa el jard铆n y luego una gran puerta de vidrio y hierro forjado, coronada por un vitral realizado en la Escuela de Artes y Oficios de Pedro Figari.
Eso hace muy luminoso el espacioso hall de entrada, con las paredes recubiertas de esterilla vegetal. A la izquierda, a trav茅s de dos grandes aberturas, est谩 la sala de m煤sica y m谩s all谩 el estudio del fil贸sofo con dos grandes ventanales sobre el jard铆n-selva. El cielorraso fue pintado por Milo Beretta, encargado de la decoraci贸n y el equipamiento de la casa, con dibujos geom茅tricos coloridos, y fue restaurado recientemente con fondos del Estado uruguayo. La inspiraci贸n precolombina para la ornamentaci贸n del techo fue consecuencia de una visita de Beretta al Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
La planta baja se completa con una peque帽a sala de recibo y con el cuarto con piano y mobiliario que pertenecieron a la hermana del fil贸sofo, la poetisa Mar铆a Eugenia Vaz Ferreira. La tradici贸n familiar indica que pas贸 en la casa una sola noche, afectada por el intenso movimiento de la quinta, en la conviv铆an el matrimonio con sus ocho hijos.
El entrepiso, una construcci贸n m谩s sencilla, fue un agregado de 1928 cuando intervino el estudio Bello & Reborati, y es uno de los lugares m谩s recordados por los descendientes, que de ni帽os jugaban ah铆. En el piso superior se destacan la habitaci贸n del fil贸sofo y la de su esposa, con una amplia terraza que mira hacia el frondoso parque, y en la que se conservan intactos el mobiliario, la decoraci贸n y hasta los utensilios y ropa que perteneci贸 a los due帽os originales. En torno de un hall contiguo con claraboya est谩n dispuestas las habitaciones pertenecientes a los hijos del matrimonio, y en el ba帽o sobresalen unas may贸licas de color.
El dise帽o interior de la casa y el equipamiento son obra del pintor Milo Beretta, disc铆pulo de Pedro Figari y docente como aqu茅l de la Escuela de Artes y Oficios. Beretta conjuga un equipamiento de gran sencillez estructural, y en su integraci贸n en el espacio arquitect贸nico re煤ne conceptos de las corrientes europeas de fin de siglo XIX del movimiento ingl茅s de artes y oficios con elementos decorativos de inspiraci贸n prehisp谩nica. Todo ello dentro de una concepci贸n modernista en cortinas, alfombras, luminarias, objetos diversos y especialmente en la pintura del cielorraso del escritorio del fil贸sofo.
El jard铆n es uno de los espacios m谩s asombrosos y con una tradici贸n casi m铆tica en la historia familiar. Fue concebido por Don Carlos para el disfrute, el estudio y la fantas铆a de toda la familia, dentro de un proyecto de vida en armon铆a con la naturaleza. Vaz Ferreira respet贸 谩rboles y plantas que exist铆an cuando compr贸 el predio. Incorpor贸 especies ex贸ticas y nativas creando un jard铆n de 谩rboles librado a su evoluci贸n natural, que permitiera desarrollar los ejemplares seleccionados, con una m铆nima intervenci贸n en el control de especies invasoras. El desarrollo libre del jard铆n permite ver hoy un palo borracho de enorme altura y especies florales de dimensiones sorprendentes.
Su respeto por la evoluci贸n de la naturaleza lo llev贸 a ordenar la demolici贸n parcial de la pared perimetral de la quinta y su continuaci贸n unos metros m谩s adelante, para evitar que el muro afectara el crecimiento de un 谩rbol. El fil贸sofo que prohib铆a cortar si quiera el m谩s peque帽o de los yuyos, compr贸 un terreno lindante para que su esposa Elvira pudiera tener su jard铆n de flores, cercado, carpido y organizado en canteros con variedad de rosales, violetas, magnolias, jazmines y lilas.
La casa fue por varias d茅cadas centro de veladas musicales. Vaz Ferreira sent铆a pasi贸n por la m煤sica erudita. El fil贸sofo compraba los equipos de m煤sica de 煤ltima generaci贸n, y a煤n se conservan una pianola Grotrian Steinweg (Alemania) de 1923, un armonio sin teclado Melodant Angelus-Meridan de EE.UU. que puede ser acoplado a la pianola, dos victrolas RCA, varias radios, un tocadiscos, una fonoteca constituida por m谩s de 2000 discos y 1700 rollos de m煤sica, y el piano M.F. Rachals & Co que perteneci贸 a Mar铆a Eugenia Vaz Ferreira.
鈥淟os jueves de tarde y los viernes por la noche, ten铆an lugar las reuniones musicales en el escritorio de mi padre. Circulaba, con respecto a esas tertulias, la versi贸n de que la puerta estaba abierta y el que quisiera entrar entrara. No era tan as铆 la cosa, pero tampoco muy de otra manera, ya que se realizaban reuniones de ideolog铆a muy amplia y de tendencias muy variadas, en las que se conoc铆a gente heterog茅nea y se escuchaban, algunas veces, obras por primera vez en Uruguay. La puerta estaba abierta s铆, pero jam谩s se atrev铆a a entrar quien no conociera bien el lugar...鈥, recordaba hace unos a帽os Matilde, hija de Vaz Ferreira.
En las veladas participaron artistas de la talla de Brailowsky, Friedman, Risler, Rubinstein, y Villalba, y los uruguayos Demicheri, Fanny Ingold, Luis Cluzeau Mortet, Mercedes Olivera y Eduardo Fabini. Entre los asistentes se destacaron Domingo Arena, Juan Zorrilla de San Mart铆n, Milo Beretta, Enrique Legrand, Emilio Oribe, Federico Capurro, los hermanos Jos茅 y Jacobo Varela y Esther de C谩ceres.
En 1997 la quinta dej贸 de ser residencia familiar. A帽os m谩s tarde los descendientes no se dejaron tentar por la especulaci贸n inmobiliaria y se organizaron para comenzar a restaurarla con un significativo aporte del Estado. Fue un acto de generosidad hacia su pa铆s y su cultura, tal vez inspirados en el ejemplo de la generaci贸n anterior. La restauraci贸n de las fachadas y la planta baja permiti贸 que desde 2004 la quinta se abriera al p煤blico en las jornadas de patrimonio, recibiendo 17.000 personas. Esta oferta cultural contempl贸 tambi茅n la realizaci贸n de visitas escolares, conciertos y conferencias.
En 2007 se constituy贸 la Fundaci贸n Vaz Ferreira-Raimondi, una instituci贸n privada sin fines de lucro, integrada por los descendientes directos del fil贸sofo, pensador y educador uruguayo. Se retom贸 la tradici贸n musical de la casa con ocho conciertos de estudiantes avanzados de la Escuela Universitaria de M煤sica y con artistas de renombre como el Ensemble De Profundis.
La revitalizaci贸n de la casa que incluye la restauraci贸n del patrimonio mueble e inmueble y la recuperaci贸n del legado intelectual y cultural del fil贸sofo son obra de este magn铆fico emprendimiento familiar comandado por la arquitecta Cristina Echevarr铆a, con el incondicional y entusiasta apoyo de su primo George Vaz Ferreira, y de muchos otros familiares, incluyendo a los c贸nyuges y a las nuevas generaciones. Esta tarea la llevan adelante en coordinaci贸n con el Estado, representado por la Comisi贸n de Patrimonio Cultural de la Naci贸n, el Ministerio de Transporte y Obras P煤blicas, y por la Intendencia de Montevideo que colabora con personal de apoyo en la celebraci贸n de los D铆as del Patrimonio. Todo ello con esa facilidad tan uruguaya para consensuar y trabajar entre el sector p煤blico y el privado.
Las actividades culturales se financian con cuotas de los socios de la fundaci贸n y el apoyo de empresas privadas como el Nuevo Banco Comercial, Fundaci贸n Itau, Cambadu y Estudio Guyer-Regules, y se realizan con la colaboraci贸n de la Asociaci贸n de Amigos, integrada por personalidades destacadas en el 谩rea de conservaci贸n de patrimonio y del paisaje, de la m煤sica y de la cultura: Mariano Arana, Gabriel Peluffo Linari, Vera Heller, Belela Herrera, Hugo Achugar, William Rey, Mecha Gatt谩s, Ricardo Pascale, China Zorrilla, Jorge Abondanza, Lil Bettina Chouhy, Antonio Larreta, Luis Carrau y Jorge Schinca.
Las fechas de apertura al p煤blico de la quinta se anuncian en el grupo de la fundaci贸n en Facebook (http://www.facebook.com/group.php?gid=105905329446171). Vale la pena cruzar el charco para ver esta experiencia excepcional de patrimonio vivo.
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