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Sábado, 15 de enero de 2011
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Un caso ejemplar

Casa chorizo, fachada romana, terreno grande, manzana de casas similares, barrio de Barracas... y la amenaza de perderlo todo por la especulaci贸n inmobiliaria y la zonificaci贸n absurda.

Por Sergio Kiernan
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El plano azul la muestra como era en 1901, una demostraci贸n literal de c贸mo le debemos al experimento romano. Impecablemente cl谩sica, con sus ventanales pedimentados, su puerta coronada con marco y guirnalda, su frente rematado con balustres, la casa de Francisco Verdier sigue intacta en la calle Ituzaing贸 846, a media cuadra de Montes de Oca. A esta ciudad tratada como un Amazonas de casas a talar le van quedando pocas de 茅stas, una 鈥渃horizo鈥 de galer铆as y zagu谩n, nunca remodelada y bien llevada. Los tours del barrio siempre la incluyen y los que esperan para deprimirse la noticia de que un d铆a Buenos Aires ya no tendr谩 ni una casa chorizo, la tienen en mente.

Pues la casa de Don Francisco est谩 en sucesi贸n y la l贸gica econ贸mica indica que ser谩 tumbada para hacer algo peor, pero m谩s grande y rentable.

Esa es la l贸gica que va a destruir Barracas, nuestro gran repositorio de patrimonio edificado. Quien se llegue a esa cuadra de Ituzaing贸 podr谩 hacerse una gran panzada con dar la vuelta a la manzana. El caminante ver谩 edificios comerciales, casas bajas, casas de altos, lujos de anta帽o, de los de una sociedad en ascenso que ten铆a el tup茅 de decorarse con signos europeos y a帽ejos para vivir. Toda esta belleza est谩 amenazada por la zonificaci贸n que permite irse para arriba. Barracas ya deber铆a hace tiempo ser una zona hist贸rica, una reserva de esta ciudad tan grande con mucho espacio para construir, pero es apenas una jugueter铆a para los que construyen mal y venden caro.

Este es el problema de fondo que la Legislatura deber铆a encarar este a帽o para terminar con esta verg眉enza. Pero esta casa no puede esperar estas soluciones largueras y necesita una catalogaci贸n r谩pida. A su propia belleza y rareza se le suma un buen estado de conservaci贸n, que ni los c贸mplices del Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales se animar铆an a descartar. Pero adem谩s resulta que Don Francisco tuvo un yerno destacado, que vivi贸 muchos a帽os en esta casa: su hija Amelia se cas贸 con el pintor Augusto Fusillier.

En el a帽o que termin贸, varias obras de Fusillier comenzaron a ser parte del patrimonio hist贸rico porte帽o cuando la Legislatura vot贸 su inclusi贸n en primera instancia, por iniciativa del diputado Patricio Di Stefano, presidente de la comisi贸n de Patrimonio. Fusillier no es todo lo famoso que podr铆a ser porque se especializ贸 en pintura religiosa y en la decoraci贸n de templos e iglesias, una manera de hacer gran obra, pero sin que se note tanto la firma.

Lo de especializarse es en serio: la carrera de Fusillier coincide con la expansi贸n del pa铆s, con lo que hab铆a cada vez m谩s iglesias para decorar. El artista particip贸 en 115 en todo el pa铆s, de las cuales veinte est谩n en Buenos Aires. Quien vaya a La Piedad, a Balvanera, a Santa Luc铆a o a la notable capilla del Hospital Rivadavia, conoce su obra.

Por algo estaba en la Argentina esta familia belga. Augusto naci贸 en Buenos Aires durante el contrato de su padre con el ingeniero Madero, al que le construy贸 puentes giratorios y estructuras met谩licas para el puerto. Luego fue la vuelta a B茅lgica, las estad铆as en Rusia y Alemania por otros contratos y, para el peque帽o argentino, la educaci贸n europea y la Real Academia de Artes de Bruselas. A tiempo para el Centenario, los Fusillier vuelven a la Argentina y el joven Augusto le muestra su trabajo a Pio Collivadino, nada menos, que lo invita a seguir estudiando en la Academia de Bellas Artes que 茅l dirig铆a. Augusto se recibe, hace el servicio militar, se aquerencia y se casa con Amelia, dedicado a la pintura de caballete y al retrato. Pero en 1920 presenta una obra en el Sal贸n Anual de Artistas y se hace de un cliente especial: Nicol谩s Fasolino, p谩rroco de Balvanera y m谩s tarde cardenal y el primer arzobispo de Santa Fe. As铆 empieza el peculiar camino de Fusillier.

Con lo que tenemos una casa evidentemente valiosa, asociada a una figura cultural que ya est谩 siendo honrada y destacada por la Legislatura. No extra帽a que la catalogaci贸n de la casa ya ronde las mesas de Di Stefano; que M贸nica Capano, directora de la Comisi贸n para la Preservaci贸n del Patrimonio Hist贸rico porte帽o, est茅 dispuesta a ayudar; y que los asesores de Fernando S谩nchez escucharan el tema con simpat铆a. Para m谩s argumentos, esa cuadra de Ituzaing贸 est谩 en pleno Casco Hist贸rico, a muy peque帽a distancia del Area de Protecci贸n Hist贸rica de San Telmo y en la lista del proyecto 2708D2009 de la ex diputada y fundadora de la comisi贸n de Patrimonio, Teresa de Anchorena, que si bien perdi贸 estado parlamentario bien sirve de antecedente. S谩nchez tom贸 la lista para su proyecto 3328D10.

De paso, todo lo que lleve a hablar de Barracas ayuda a recordar que hay que proteger ese barrio con un APH propio y con una zonificaci贸n que liquide el negocio especulativo. El barrio no necesita ser demolido para vivir.

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