Quienes defienden el patrimonio est谩n acostumbrados a que buen trato viene a ser una oferta de coima para que no molesten m谩s, paso previo al prepeo, agresi贸n o amenaza. Estas son cosas que pasan cuando se molesta al negocio y se intenta que alguien haga eso tan desagradable, cumplir la ley. Por eso result贸 especial el evento que organizaron el mi茅rcoles en la Legislatura porte帽a los vecinos de Salvar a Floresta. Gente de buen coraz贸n, se juntaron con invitados para dar las gracias a quienes los apoyaron.
Floresta fue el arranque del Oeste porte帽o, el pedazo de ciudad que naci贸 pasando el pueblo viejo de Flores cuando Buenos Aires se capitaliz贸 y comenz贸 a urbanizarse. Quien vea un mapa de la flamante Capital Federal hacia 1882 ver谩 la ciudad vieja, que apenas pasaba de Callao, Flores y Belgrano, el otro pueblo del 谩rea. El resto era campo abierto, chacras verduleras para proveer los mercados, tambos y alg煤n caser铆o en un cruce de esas huellas anchas que hoy son avenidas.
La ventaja de estos barrios creados por los ferrocarriles y el tranv铆a, loteados a principios del siglo XX a un peso la vara de frente, es que fueron bien dise帽ados: veredas anchas, calles amplias, avenidas regulares, forestaci贸n abundante, buena infraestructura y hasta luz el茅ctrica de arranque. A este Buenos Aires de Floresta, Santa Rita, Villa del Parque, Villa Devoto y dem谩s paradas al Oeste s贸lo le faltan plazas: nadie se imagin贸 que terminar铆an siendo los 煤nicos lugares no pavimentados.
Floresta es hoy un barrio en crisis porque lo est谩n cambiando de un modo violatorio. Es una zona residencial de cielo abierto, tranquila que sufre la invasi贸n de torres especulativas pero adem谩s es maldecida por un virus golondrina: se llen贸 de 鈥渙utlets鈥 de la peor cala帽a. Este tipo de comercio es especialmente grit贸n y vand谩lico porque tiene fecha de vencimiento. Es que un outlet es en realidad un negocio de descuento o uno de segunda selecci贸n, en el que se venden saldos o se apuesta a una rebaja para mover la mercader铆a. Al ser una 鈥渮ona鈥 atraen gran volumen y hasta tours de compras que llegan en micros de los lugares m谩s inesperados.
Pero registrar como 鈥渮ona鈥 es algo pasajero, provisional, con lo que el tono de estos lugares es hist茅rico: los negocios 鈥済ritan鈥 visualmente para ser vistos y competir con los de al lado. Para el barrio que recibe esta visita, el da帽o es notable porque las calles quedan sucias, cribadas de carteles, berretizadas y abarrotadas. Toda serenidad desaparece.
Este ataque despert贸 una reacci贸n y los vecinos formaron su ONG, que logr贸 que 19 manzanas fueran consideradas un Area de Protecci贸n Hist贸rica, de acuerdo con una propuesta muy impresionante por su detalle y cordura. El mi茅rcoles, los vecinos dieron las gracias a quienes apoyaron la movida. Empezaron entregando sus diplomas a los dos diputados que presentaron sendos proyectos luego unificados, Silvina Pedreira, que preside la Comisi贸n de Planeamiento Urbano, y Sergio Abrevaya, vicepresidente tercero de la Legislatura. En un toque muy c谩lido, tambi茅n se los entregaron a asesores como B谩rbara Rossen y Adriana N谩poli. Luego le toc贸 el turno al defensor adjunto del pueblo porte帽o, Gerardo G贸mez Coronado, y a sus asesoras, Pamela Leiva y Laura Weber, que de hecho redact贸 el proyecto. Tambi茅n lo recibieron M贸nica Capano, que hizo fuerza desde su Comisi贸n de Preservaci贸n del Patrimonio Hist贸rico de la Ciudad, y representantes de la Sociedad de Fomento de Palermo Viejo y de Caballito, que se solidarizaron y ayudaron a mover el tema. Los vecinos de Floresta Antonio Puj铆a, Julio Mendiguren, Rub茅n L贸pez, Alberto S谩nchez, Miguel Middomo y Ricardo Vitiritti fueron mencionados, as铆 como medios que difundieron el asunto, como Floresta y su mundo, All Boys Locura, Frecuencia Mataderos, La Raz贸n y este suplemento.
El a帽o pasado se recomend贸 en esta p谩gina un libro norteamericano sobre las ciudades, The Death of the Cities, del profesor Max Page, que en ese entonces estaba pasando una temporada de estudio en Buenos Aires con su familia. Page ense帽a Historia y Arquitectura 鈥搉o historia de la arquitectura鈥 en la Universidad de Massachusetts, en Amherst, un encantador pueblo universitario cerca de Boston. En nuestra ciudad estudiaba el duro y dif铆cil tema de la preservaci贸n de la memoria del dolor, en particular de los lugares donde se tortur贸 y se asesin贸 durante la dictadura.
Page volvi贸 a Buenos Aires esta semana, con su familia y con un nutrido grupo de estudiantes de Amherst, en un viaje de estudio dedicado en parte a la memoria, en parte a la arquitectura y en parte al sindicalismo argentino, una mezcla que refleja el flexible eclecticismo de su c谩tedra. Y que tambi茅n explica que sus recorridos mezclen la ESMA con la CGT, edificios patrimoniales con la ronda de las Madres, clases de castellano con una visita a una f谩brica.
La revista especializada en reciclaje y restauraci贸n que edita Eduardo Leguizam贸n acaba de aparecer con una serie de notas sobre, como siempre, trabajos concretos sobre edificios patrimoniales. Este medio difunde t茅cnicas y maneras de trabajar que van de la demandante complejidad del cielorraso de la capilla dom茅stica de los jesuitas cordobeses 鈥損atrimonio de la Unesco鈥 y la vasta intervenci贸n en la tambi茅n jesu铆tica San Ignacio de Loyola 鈥搇a iglesia porte帽a m谩s antigua鈥 hasta los m谩s normales trabajos que permitieron reinaugurar un magn铆fico petit hotel en la calle Paraguay como sede de la empresa Insud.
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