Una de las tantas orfandades que tiene el patrimonio edificado es la falta de una pol铆tica de Estado a nivel nacional para cuidarlo. Hay museos, hay casas hist贸ricas, hay paisajes, hay edificios puntuales, todo con el com煤n denominador de ser piezas sueltas protegidas con el argumento de que 鈥渁lgo鈥 importante pas贸 all铆. Lo que no hay es una idea coherente para proteger el mismo tejido de nuestras ciudades y pueblos, una vara con qu茅 medirse, una reglamentaci贸n que permita frenar a los v谩ndalos y marcar la cancha. Y, por supuesto, no hay ni remotamente una entidad que pueda supervisar o cuidar todo esto.
Antes de llorar pensando en M茅xico y su ej茅rcito de funcionarios custodiando el patrimonio, o de recordar que Minas Gerais hasta tiene un fiscal en lo criminal cuidando edificios, hay que subrayar el fallo de la Corte Suprema bonaerense que congel贸 la legalizaci贸n de la destrucci贸n del patrimonio en esa ciudad. Lo hizo la Corte, la iniciativa fue de varias ONG y vecinos, y el rol del Estado a distintos niveles fue el de hacer trampa, ser indiferente o mostrar su impotencia total.
La historia comienza hace unos a帽os, cuando se protegen 1826 edificios en el Casco Fundacional de La Plata. Esta 谩rea es, como su nombre lo indica, el dibujo original de la ciudad y los 1826 edificios formaban parte del conjunto que queda de esos a帽os, m谩s agregados anteriores al modernismo de mitad del siglo pasado. El esc谩ndalo fue may煤sculo, las cr铆ticas llovieron y el gobierno municipal tuvo que pasar su protecci贸n por decreto.
El a帽o pasado se vio la contraofensiva. Con la excusa de que 鈥渉ab铆a que ordenar la ciudad鈥, tan cara a los especuladores, el Concejo Deliberante prepar贸 un nuevo C贸digo de Ordenamiento Urbano. El C贸digo era simplemente una carta blanca a la piqueta y a las grandes constructoras. Los 1826 edificios quedaban desprotegidos y se permit铆a construir torres de hasta 45 metros de altura en pleno centro hist贸rico. Esto estaba pr谩cticamente firmado por las grandes constructoras, que odiaban del r茅gimen anterior la prohibici贸n de la altura en el centro. Es que eso abre el negocio a las peque帽as constructoras, que no tienen capital para hacer 45 metros pero s铆 un par de pisos, y ven el negocio de refaccionar y restaurar peque帽os edificios catalogados para su reventa.
Tal vez por eso, el Concejo Deliberante platense pas贸 a la clandestinidad. El C贸digo fue ins贸litamente votado sobre tablas y sin debate. La compleja ley fue vista apenas una vez por una comisi贸n, la de Planeamiento, en una sesi贸n cerrada a la prensa de la que se expuls贸 a los vecinos. No se consult贸 al Colegio de Arquitectos ni a la FADU local, como marca la ley, y como para barrer toda cr铆tica interna, se disolvieron la Direcci贸n de Preservaci贸n del Patrimonio de la misma Municipalidad y la Comisi贸n de Sitio, creada cuando se pens贸 en que La Plata fuera patrimonio de la Unesco.
La complicidad evidente del Estado municipal llev贸 a una ONG a recurrir a la ley. La Asociaci贸n Civil La Ciega obtuvo un amparo de la C谩mara Federal de La Plata que dec铆a, entre otras cosas, que el Estado a nivel provincial no deb铆a promulgar el C贸digo. Pero Daniel Scioli anunci贸 que s铆 iba a firmarlo, como un tr谩mite de rutina, con lo que hubo otro amparo. La Fundaci贸n Bi贸sfera, la Asociaci贸n Civil Hoja de Tilo y la Asociaci贸n Civil Nuevo Ambiente se presentaron directamente ante la Corte Suprema bonaerense con el patrocinio de una real experta, Ana Mar铆a B贸scolo.
El fallo de la Corte fue lapidario para los v谩ndalos y sus socios pol铆ticos. Los jueces 鈥渄ecretan鈥 la suspensi贸n del C贸digo hasta que exista sentencia definitiva y 鈥減roh铆ben鈥 al gobernador que lo promulgue. Esta misma Corte fue la que sent贸 jurisprudencia y dej贸 a m谩s de uno gratamente asombrado al ordenar la demolici贸n de un edificio flamante en Caril贸 porque no cumpl铆a con el marco de protecci贸n ambiental del lugar.
La Corte tambi茅n retom贸 una cr铆tica que ya hab铆a hecho la Justicia Federal en el primer amparo, a la 煤nica instancia del Estado nacional que tiene como tarea entenderse con el patrimonio edificado. Tanto federales como supremos hablaron de la Comisi贸n Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Hist贸ricos, se帽alando su insondable pasividad.
Esta comisi贸n tiene un mandato creado hace muchos a帽os, cuando el patrimonio se entend铆a como la Posta de Yatasto o la casa de Sarmiento. Era el tipo de entidad que no tiene problema en que se destruya Tucum谩n si no se toca la casita de la Independencia. Pero como bien se sabe, las instituciones pueden cambiar y si sus miembros muestran energ铆a e ideas, pueden ganarse otros roles. No fue el caso en La Plata.
Resulta que el Casco Fundacional de la ciudad es 鈥渂ien de inter茅s hist贸rico nacional鈥 por decreto 1308 de 1999. Como tal figura no existe en la Ley 12.665, que regula la comisi贸n y el patrimonio nacional, fue creada por disposici贸n de la misma comisi贸n y, con muy buen tino, fue asimilada a la de Monumento. Sabiendo esto, la Justicia Federal platense tom贸 el amparo de los vecinos, ya que la Ley 12.665 es una ley nacional, ergo de alzada federal. Esto quiere decir tambi茅n que ese juzgado consider贸 que se pod铆a accionar con la parte relevante del Estado nacional, o sea la misma Comisi贸n Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Hist贸ricos.
Nada de esto pareci贸 preocupar demasiado a la comisi贸n, que se limit贸 a enviar notas y s贸lo al recibir presiones. Por ejemplo, cuando el diputado nacional Horacio Piemonte le hizo un pedido de informes. El 27 de agosto de 2010, la Comisi贸n le contest贸 que le estaba escribiendo al subsecretario de Vivienda y Urbanismo bonaerense 鈥減ara que se tenga en consideraci贸n鈥 al votar el nuevo C贸digo 鈥渆l car谩cter patrimonial del 谩rea protegida鈥.
Como se ve, el subsecretario de Vivienda no le prest贸 demasiada atenci贸n a la carta. Tal vez sea por qui茅n la firmaba: el presidente de la Comisi贸n Nacional es colega de gabinete del subsecretario, ya que Juan Mart铆n Repetto es subsecretario de Obras P煤blicas del gobierno bonaerense.
En este l铆o pol铆tico entre bonaerenses, el funcionario bonaerense Repetto llev贸 a su comisi贸n a actuar con una discreci贸n budista. Su 煤nico momento de indignaci贸n fue con la columna de m2 de la semana pasada, en la que Facundo de Almeida escribi贸 que el Decreto 1308/99 hac铆a de La Plata un monumento hist贸rico y no un bien de inter茅s. El tono de la nota era airado y ofendido.
Y muy lejano a la cautela del que no escupe para arriba que exhibi贸 Repetto y su Comisi贸n en el caso La Plata. El arquitecto-funcionario-presidente de comisiones parece no tener muy en claro que la Comisi贸n podr铆a tener un papel verdadero en la preservaci贸n del patrimonio si se lo propusiera. Repetto parece pensar que con sus notas alcanza, que tienen efectos tajantes y ya en enero se quejaba por escrito a este suplemento porque no se reconoc铆a que los escalones del cementerio de La Recoleta fueron restaurados por 鈥渋nstrucciones terminantes de esta Comisi贸n鈥. Cualquiera que revise la cronolog铆a de ese papel贸n ver谩 que la Comisi贸n lleg贸 tarde, cuando ya hab铆a un esc谩ndalo p煤blico. Cualquiera que viva en este mundo sabe que el gobierno de Macri no corre a obedecer las 鈥渢erminantes鈥 贸rdenes de la comisi贸n.
El C贸digo de La Plata termin贸 en la m谩s alta sede judicial que tiene la provincia de Buenos Aires, lo que invita a la idea de llegar a la Corte Suprema de la Naci贸n en busca de soluciones. Los concejales se pasaron de rosca, el gobierno provincial se hizo el distra铆do y la Comisi贸n Nacional se enmudeci贸 porque su presidente tiene una incompatibilidad de funciones realmente espectacular. El C贸digo no va a ser nunca aprobado como est谩 y los vecinos de la ciudad aprendieron cu谩les son las armas para defender lo suyo.
Y otra vez la 煤nica instancia nacional de patrimonio qued贸 desmarcada, impotente, del lado de los escritorios.
Como para terminar con buena onda, la semana pasada se inaugur贸 en el Hospital Brit谩nico la muestra de fotograf铆as 鈥淐ontrastes de Barracas鈥, que se presenta como un recorrido por su historia y sus tradiciones. La muestra fue organizada por esa vieja instituci贸n del barrio que es el Hospital, con m谩s de 120 a帽os en la calle Perdriel, y la Junta de Estudios Hist贸ricos de Barracas. Proteger Barracas aport贸 dos de las fotos premiadas en su concurso Mil Barracas del a帽o pasado. Es en Perdriel 74.
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