Hace once a帽os, cuando este suplemento comenz贸 a tratar el tema de la preservaci贸n del patrimonio, la reacci贸n de funcionarios y empresarios era confianzuda, sobradora. Patrimonio era nostalgia, romanticismo, algo alejado de la vida real de n煤meros, ganancias y 鈥減rogreso鈥. Estos 鈥渞ealistas鈥 deben estar sorprendidos por los cambios de esta d茅cada en que los ciudadanos dejaron de aceptar pasivamente que Buenos Aires sea nada m谩s que una escena de negocios ajenos. Para los especuladores, esta ciudad es un Amazonas a talar para hacer muebles y sus habitantes los macacos que no tienen voz ni voto.
La herramienta que hace notar este cambio pasa por la Justicia, la palanca con que los vecinos lograron frenar tanto a los especuladores privados como a sus socios del gobierno porte帽o, salvando edificios y 谩mbitos. Como se sabe, Mauricio Macri es un empresario de la construcci贸n, como lo son sus ministros y directores generales de peso real, lo que explica que se reh煤se a controlar la industria aunque haya muertos. En sus cuatro a帽os de gobierno no invirti贸 en crear la capacidad de inspeccionar ni envi贸 leyes creando castigos reales. Lo que dej贸 al amparo como 煤nica manera de frenar los negocios a costa del p煤blico.
La plaza Intendente Alvear sigue a medio cerrar, con las obras del subte H paralizadas. La residencia Bemberg en la calle Montevideo estuvo parada por a帽os, aunque ahora viene la venganza de sus due帽os que lograron la aprobaci贸n de un proyecto francamente horrendo. Y la Confiter铆a Richmond es el nuevo caso: esta semana, la Justicia porte帽a confirm贸 el amparo que la tiene en stasis desde agosto e impide que Nike la transforme en local.
El fallo es importante porque es en apelaci贸n. La Justicia le hizo lugar a un amparo en agosto basado en argumentos francamente novedosos. El local de Florida al 400 es la planta baja de un edificio y nadie habla de demolerlo, el peligro tradicional, con lo que los argumentos del amparo pasan por la conservaci贸n de un Bar Notable de la ciudad.
Es previsible lo que opinan los especuladores de algo as铆, pero no lo era lo que opinar铆a un juez. La distinci贸n de Bar Notable le da cierto status de cosa protegida a los caf茅s y el caso del Brit谩nico dej贸 asentado que estas cuestiones son asunto p煤blico y no apenas entre privados. Que la C谩mara porte帽a confirme la cautelar refuerza la validez de estos argumentos y abre un nuevo campo de acci贸n para frenar piquetas y especulaciones.
Y el mensaje, por supuesto, es que ya no puede darse por hecho cualquier negocio, como no puede darse por hecha una demolici贸n patrimonial, por falopa que sea el actual sistema de preservaci贸n. Los l铆mites van creciendo cada vez m谩s y se van haciendo m谩s s贸lidos gracias a los vecinos y a las ONG como Basta de Demoler. Los pol铆ticos que ven esta tem谩tica todav铆a son escasos, pero a medida que crezca y se haga todav铆a m谩s clara se ir谩n acercando. De todos modos, los argumentos legales son particularmente cr铆ticos cuando se trata de estas cuestiones.
Como toda construcci贸n pol铆tica, estas cosas toman tiempo y trabajo. Este martes se da otro paso con una reuni贸n informativa para vecinos inquietos: 鈥溌緾贸mo participo de una audiencia p煤blica para defender el patrimonio de mi barrio?鈥, es una charla para explicar c贸mo usar este instrumento pol铆tico en el que los legisladores porte帽os tienen que escuchar a los vecinos antes de votar ciertas leyes. Ya est谩 comprobado que los diputados usan las audiencias para medir la bronca en sangre que causan ciertas iniciativas, con lo que se logran resultados. El encuentro es a las 18 en el auditorio de la UTE, Bartolom茅 Mitre 1984.
Palacios
El blog La Mirada Atenta acaba de subir una nueva edici贸n, como siempre dedicada a un gran edificio de la ciudad. Esta vez el sujeto es una relativa rareza, una gran residencia porte帽a que todav铆a es casa particular y no hotel o embajada. La historia que cuenta Pablo Chiesa en esta edici贸n es la de Montevideo 1639, un bomb贸n franc茅s que tiene un patio amurallado al frente, una gran entrada principal y pabellones laterales ornados con m谩scaras.
La casa es de 1924 y la firma Rene Sergent, el franc茅s que tanto bien hizo por estos rumbos y que tiene un papel de hilo conductor en la historia de la casa. Resulta que Sergent construy贸 en 1917 un palacio sobre Libertador 鈥損or aquel entonces, Alvear鈥 para el matrimonio de Ernesto Bosch y Elisa Alvear. El palacio Bosch es todav铆a una de las grandes cosas de esta ciudad demolida, ya que en 1929 Bosch se la vendi贸 a la embajada de Estados Unidos, que todav铆a tiene su residencia all铆.
La venta tiene su leyenda, ya que el embajador de esos tiempos era un hombre rico y consciente de que un pa铆s importante es juzgado por cosas concretas, como los edificios que lo representan. Pero en 1929, los norteamericanos ten铆an oficinas y residencias nada impresionantes, reflejo de las relaciones tibionas entre nuestros pa铆ses. El embajador conoci贸 a Bosch, fue invitado al palacio y ofreci贸 comprarlo a cualquier precio. El argentino no quer铆a venderlo, por lo que mencion贸 un precio absurdo. El americano acept贸 de inmediato.
Con lo que los Bosch-Alvear tuvieron que mudarse y lo hicieron a la preciosa casa de la calle Montevideo, tambi茅n de Sergent y con jardines de Achile Duchene, el mismo que hab铆a parquizado su palacio y el de los Err谩zuriz. Ambas residencias comparten el gran estilo franc茅s, las citas expl铆citas al barroco de ese origen y una elegancia suprema. La p谩gina de Chiesa 鈥搇amiradaatenta.worldpress.com鈥 comparte unas raras im谩genes de 茅poca que dan una idea de los interiores y del jard铆n. Es imposible tener im谩genes actuales y hasta tomar una de exteriores que no sea al pasar resulta en un encuentro a los gritos con la agresiva custodia de la casa.
Y hablando de edificios notables, Siemens puso en venta su gran esquina en Bol铆var y Diagonal Sur, que construy贸 Arturo Dubourg en 1952 en el 鈥渆stilo diagonales鈥 y tomando con potencia la esquina aguda. Seg煤n Colliers International, la inmobiliaria que maneja la venta, son 7665 metros cuadrados que salen por casi diez millones de d贸lares.
El edificio es famoso, por supuesto, por su reloj. All谩 arriba, sobre la ochava, se ve su gran tablero rematado por los dos titanes de tres metros de altura que baten una gran campana con sus mazos. El reloj era la joya del edificio original de Siemens en la Avenida de Mayo, que fue confiscado en 1945 como propiedad enemiga cuando Argentina finalmente entr贸 en la Segunda Guerra Mundial. La pieza fue enviada a Bouchard al setecientos para ornar la redacci贸n del diario Democracia, cerrado con el golpe de 1955.
Tres a帽os despu茅s, Siemens se mudaba al edificio que ahora vende y el reloj segu铆a en el bajo deterior谩ndose. En 1988, Siemens se ofreci贸 a restaurarlo 鈥揳hora tiene un sistema computarizado鈥 y reci茅n en 1992 lo coloc贸 en la esquina actual. No se sabe si la venta incluye o no esta pieza.
M谩s de trenes
La ciudad de La Plata le est谩 pidiendo a la Secretar铆a de Transportes de la Naci贸n que por favor, de una vez, la l铆nea Roca arregle la estaci贸n Tolosa. El Concejo Deliberante local tiene un pedido de los vecinos de ese barrio platense, que viven con una estaci贸n abandonada. Seg煤n los locales, las casi ocho cuadras de largo del terreno en cuesti贸n son un yuyal oscuro con ratas y malezas, donde ya se junta la basura y funciona como una tierra de nadie. Lo que piden es que se repare la estaci贸n, se iluminen los andenes y accesos, se corte el pasto y recoja la basura, y se exija a la Roca un plan de mantenimiento.
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