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Sábado, 24 de marzo de 2012
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Obras, audiencias, amparos

La casa del obispo Podest谩 con una obra justo al lado, mientras se preparan audiencias importantes y se va a votar la renovaci贸n de la 3056.

Por Sergio Kiernan
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La galer铆a de la casona de 1864, que ya tiene rajaduras y da帽os por la violencia de su vecina.

El 29 de marzo, la Legislatura porte帽a va a tratar sobre tablas la renovaci贸n de la ley 3056, lo que despierta tanta inquietud como esperanza. Esta ley es la 煤nica que mal que mal protege el patrimonio, sosteniendo el sistema especial para demoler edificios anteriores a 1941. Como se recuerda, el macrismo tuvo un feo tiro por la culata a fin de a帽o cuando sus integrantes en la comisi贸n de Planeamiento dejaron el despacho sin firmar, con lo que no se pudo tratar su renovaci贸n. La idea era que no hubiese ley de patrimonio al menos por el verano, con lo que la industria favorita del PRO podr铆a demoler en paz. Pero la Justicia acept贸 un amparo que mantuvo el sistema en funcionamiento 鈥渉asta que la Legislatura se pronuncie鈥.

Eso es lo que ocurrir谩 el 29, y lo de sobre tablas significa que se vota a libro cerrado, sin debate. Esta peculiar manera despert贸 sospechas fort铆simas de que Cristian Ritondo 鈥搎ue organiz贸 la movida en diciembre y hasta violent贸 a su colega de bancada Patricio Distefano, que s铆 hab铆a firmado, para que retirara la firma鈥 se tra铆a algo en la manga para la sesi贸n que 茅l efectivamente preside. Una nota de tranquilidad la aport贸 el comunicado del CPAU, el colegio profesional de arquitectos y urbanismos que efectivamente funciona como un lobby de la piqueta libre.

El CPAU vuelve a oponerse a que se renueve la 3056 y lo hace, con picard铆a, desde el m谩s noble perfeccionismo. Para la entidad, la 3056 genera una 鈥渋ncierta situaci贸n鈥 porque es 鈥渁leatoria鈥, 鈥渄e complicada administraci贸n鈥 y 鈥渕orosa鈥. Con acierto, el Consejo se帽ala que como no hay una normativa sobre qu茅 densidad tiene que tener la ciudad, qu茅 zonas deben renovarse y cu谩les preservarse, y el gobierno porte帽o se niega terminantemente a cumplir la ley y hacer un cat谩logo, el sistema es una serie de parches. Todo esto es cierto, pero la soluci贸n no es destruir la 煤nica herramienta de preservaci贸n hasta que se atiendan los temas de fondo. La mala fe de este argumento es evidente y s贸lo es explicable por el fastidio de las empresas especulativas hacia los l铆mites, d茅biles como son, que les impone la pobre 3056.

Audiencias

Justo el d铆a antes de que se trate esa ley se har谩n las audiencias p煤blicas para otras leyes de gran impacto hacia el patrimonio. El 28 de marzo a las 14, en la misma Legislatura, los diputados escuchar谩n a los vecinos sobre una reforma del C贸digo de Planeamiento Urbano que les va a retirar un bello caramelo a los especuladores en la zona sur, salvando muchos edificios patrimoniales. Y a las 15.30 se debatir谩 la tan demorada y maltratada ley de transferencia de capacidad constructiva, la que permitir铆a a los due帽os de edificios catalogados vender los metros potenciales de construcci贸n que nunca se realizar谩n por la preservaci贸n.

El c贸digo que regula esta ciudad fue sancionado por mano militar en 1977, y se nota. Construir, construir y construir es la tendencia, en la b煤squeda de una urbe que tenga el triple de poblaci贸n de la actual, el tipo de cosas que se le ocurren a un general de brigada metido a intendente, aplaudido por los que ven el negocio. Esta l贸gica no se cambi贸 en democracia, aunque cada vez crece m谩s el horror ante lo que ser铆a una Buenos Aires as铆 y 鈥揷omo para que se entere el CPAU鈥 los porte帽os inventaron la militancia urban铆stica, casi exclusivamente dedicada a contener la densidad, traducci贸n t茅cnica del 鈥渂asta de torres鈥.

Pero resulta que la Legislatura entr贸 en p谩nico en 2001 y vot贸 un proyecto que les da una regia yapa a los especuladores en toda la zona sur. El tercio austral de la Capital, de la l铆nea que forma la avenida San Juan y sus continuaciones f铆sicas, pas贸 a ser el Area de Desarrollo Prioritario 1, con un 25 por ciento extra de altura para cualquier cosa a construir por all铆. El proyecto original pon铆a l铆mites a otras yapitas y picard铆as que permite el c贸digo, pero lo que se vot贸 se 鈥渙lvid贸鈥 de los l铆mites y dej贸 el extra. Puro negocio.

Una d茅cada despu茅s de la crisis, este sistema es moralmente insostenible, pero ah铆 sigue porque es rentable para los amigos. Lo que se va a debatir el 28, por iniciativa de Proteger Barracas y otras ONG del sur, es eliminar el premio de la zona m谩s patrimonial de Buenos Aires, San Telmo, La Boca, buena parte de Barracas y Parque Patricios, o sea del eje de V茅lez Sarsfield hacia el r铆o. Esta ley fue presentada por los entonces diputados Eduardo Epszteyn, Mart铆n Hourest, Sergio Abrevaya, An铆bal Ibarra y Mar铆a Jos茅 Lubertino, y tiene media sanci贸n desde el a帽o pasado.

La otra ley retoma una idea de la ex diputada y fundadora de la comisi贸n de Patrimonio legislativa, Teresa de Anchorena, que quiso arreglarles un problema a los que tienen edificios catalogados y desarmar una excusa de los enemigos de la protecci贸n. Como en esta ciudad en lo 煤nico que se piensa es especular con el valor de los terrenos 鈥搉i siquiera se especula con el valor de los edificios鈥, se critica la catalogaci贸n como ruinosa econ贸micamente porque impide demoler y vender los lotes. La ley que se debatir谩 el 28 en audiencias crea un tr谩mite por el cual se les reconocen a estos edificios los metros que se podr铆an construir en el lugar si no estuvieran catalogados. Con ese certificado, esos metros 鈥渧irtuales鈥 se pueden transformar en un objeto transable: se pueden vender sin necesidad de destruir el edificio.

驴Qui茅n comprar铆a estos metros? Los que hoy reciben todo tipo de favores gratuitos del pueblo porte帽o. Cuando uno ve una torre rodeada de jardines o canchas, con pileta y estacionamiento subterr谩neo, planta baja libre y Sal贸n de Usos M煤ltiples, uno est谩 viendo un regalo que le hizo al especulador que construy贸 as铆. Es que los jardines, las cocheras, el SUM, la pileta y el hall no se cuentan a la hora de calcular los metros que se permiten construir. El resultado es que los edificios surgen en altura, porque los metros 鈥渘etos鈥 que permite el c贸digo se usan toditos para hacer los departamentos en s铆.

Todo esto, y otros trucos como el 鈥渆nrasamiento鈥 entre edificios de distintas alturas, se tendr谩 que pagar con metros virtuales de edificios catalogados. La creaci贸n de este mercado puede generar fondos interesantes para mantener estos edificios y pueden poner alg煤n l铆mite econ贸mico a la fiesta de los especuladores.

Los que hablan

Estas leyes son tan fuertes que este mi茅rcoles la Comisi贸n para la Preservaci贸n del Patrimonio Hist贸rico Cultural que dirige M贸nica Capano organiz贸 una reuni贸n con vecinos para explicar qu茅 es una audiencia y c贸mo participar. Este tipo de encuentros se traduce en un intercambio de informaci贸n sobre c贸mo hacer las cosas, sobre procedimientos parlamentarios y pasos legales, una transferencia de herramientas ciudadanas. Resulta llamativo que suelan ser interminables por la curiosidad, las preguntas de los vecinos.

El debate esta vez, en la sede de la UTE en Bartolom茅 Mitre, fue muy detallado. Laura Weber, de la Defensor铆a del Pueblo porte帽o, explic贸 el proyecto de los metros virtuales, que ayud贸 a escribir cuando era asesora de Anchorena. Miembros de Proteger Barracas contaron las negras consecuencias del 25 por ciento extra en su barrio y en los dem谩s afectados. Y Capano 鈥揺ntre otros鈥 cont贸 la utilidad de anotarse para hablar en las audiencias p煤blicas: la m谩s b谩sica, que los diputados se enteren de que a alguien realmente le importan los temas a tratar.

Desastre en Gaona

La avenida Gaona guarda muy celosamente un secreto patrimonial. Quien se acerque al n煤mero 1367 se encontrar谩 frente a una puerta de buenos hierros en lo que parece la casa m谩s chica del mundo. La entrada franquea un pasillo largu铆simo que sigue casi hasta el centro de la manzana, donde se alza lo que fue una quinta de campo construida en 1864. La casa, de galer铆as y entrada italianizante con p贸rtico de columnas, fue el hogar del obispo Jer贸nimo Podest谩 y es hoy el de su viuda. Podest谩 la alquil贸 en 1981, cuando volvi贸 del exilio, y la compr贸 una d茅cada despu茅s. El militante de derechos humanos, sacerdote del tercer mundo y suspendido ad divinis por casarse vivi贸 ah铆 los 煤ltimos a帽os de su vida.

La casona 鈥搊riginal en todo menos los ba帽os鈥 fue catalogada en 2005 y exhibe una placa en la puerta destacando la carrera de Podest谩. Pero quien pase por ah铆 hoy ver谩, aunque la casa en s铆 es invisible desde la vereda, que el edificio corre serio peligro. En el lote de al lado, en el 1343, se va a construir una torre de las bravas y a la delicada vecina del siglo XIX le est谩n lloviendo mazazos destructivos por la demolici贸n.

El actual gobierno porte帽o se niega a cumplir cuanta ley o reglamento condicione la especulaci贸n inmobiliaria. Podr谩n morir vecinos, pero el Ejecutivo encontrar谩 excusas para no hacer nada, con lo que no se puede esperar seriamente que haga cumplir la protecci贸n de los entornos patrimoniales. Una manera de ver a qu茅 extremos llegan es ver la saga de cartas que envi贸 a los funcionarios implicados el defensor adjunto del Pueblo porte帽o, Gerardo G贸mez Coronado.

La primera nota es del 19 de septiembre de 2011 y pide simplemente que el director general de Fiscalizaci贸n y Control de Obras, Mario Boscoboinik, env铆e una inspecci贸n a la casa de Podest谩 y compruebe si hay una obra al lado y qu茅 consecuencias tiene. Se podr铆a pensar que Boscoboinik atender铆a sin problema un pedido de, justamente, fiscalizar y controlar. Pero no: el funcionario no hizo nada en absoluto. Los oficios del defensor adjunto se deben responder en diez d铆as pero, para el 16 de noviembre, G贸mez Coronado reiteraba la orden a Boscoboinik.

La obra fue finalmente suspendida por un breve tiempo, pero luego se retom贸. Esta semana, G贸mez Coronado fue m谩s espec铆fico y volvi贸 a dirigirse al director general, preguntando si las obras se corresponden a lo aprobado en el expediente de obra, el 1660012/2011. Ser谩 interesante ver qu茅 contesta el funcionario 鈥搒i es que contesta鈥 sobre los da帽os que ya sufri贸 la casona por los golpes que se est谩n cargando a la vieja propiedad vecina.

En Sucre

Gracias a un lector atent铆simo, este suplemento estuvo recientemente en una de esas ceremonias m贸rbidas que son los remates de demolici贸n. Este tipo de operativa implica ir a una casa de calibre patrimonial, vaciada pero todav铆a en pie, donde la misma materialidad del edificio fue desguazada comercialmente. Cada piso es un 鈥渓ote鈥, cada escalera, puerta y ventana, cada pa帽o de may贸licas. Quien compre esto en remate lo recibir谩 post mortem, cuando el edificio sea destruido.

Esto es lo que ocurri贸 a principios de mes en Sucre 2255, una muy linda casona ecl茅ctica firmada por el maestro Gianotti donde funcion贸 una peque帽a cl铆nica. El caso ten铆a dos peculiaridades: la primera, que nadie hab铆a hecho ning煤n pedido de demolici贸n; y la segunda, que la casa estaba pr谩cticamente intacta, con lo que el remate era un il铆cito anunciado y un acto de barbarie cultural.

Recorrer el edificio era encontrarse con salones de boisserie, barandas talladas, una escalera gloriosa, un jard铆n de invierno de herrer铆as y hasta un ascensor de jaula en funcionamiento. El 煤nico cambio era que alg煤n pavote retir贸 el balc贸n franc茅s del piso principal y lo reemplaz贸 por un vidrio fijo, cosa de hacer una vidriera (una reforma que los peluqueros pretenciosos parecen considerar indispensable). Hasta los consultorios est谩n construidos dividiendo grandes ambientes con durlock, con lo que pod铆an desaparecer en el d铆a.

Basta de Demoler se moviliz贸 y consigui贸 un amparo ante la Justicia porte帽a. La precautelar le ordena al gobierno porte帽o no innovar hasta que el tribunal tenga la informaci贸n necesaria para saber si se pidi贸 permiso para demoler el edificio, si este permiso fue concedido o si se estaba actuando de prepo. El juzgado orden贸 expl铆citamente que no se conceda ahora ning煤n permiso de obra de ning煤n tipo que afecte la casona.

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