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Sábado, 23 de junio de 2012
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Blues del Zool贸gico

El desastre es patrimonial y tambi茅n humanitario, como se descubri贸 en una jornada. Mientras, en Desarrollo Urbano consideran volver a ser generosos.

Por Sergio Kiernan

Este martes preferiado se realiz贸 en la Legislatura el encuentro para debatir acerca del Zool贸gico porte帽o, organizado por el diputado de Proyecto Sur Adri谩n Camps. El viejo parque, que es monumento hist贸rico y tiene un discutible, tramposo estatus en la protecci贸n porte帽a, est谩 en estado cr铆tico, con m谩s de un a帽o de concesi贸n vencida y muy serios problemas de mantenimiento de su patrimonio edificado y de sus pobres, pobres animales. El encuentro permiti贸 enterarse de cosas alarmantes y entender un misterio: por qu茅 Mauricio Macri tarda tanto en hacer la licitaci贸n, que se iba a realizar el 20 de junio y fue nuevamente pospuesta para el 20 de julio.

La actividad fue abierta y cerrada por Camps y tuvo la novedad, ins贸lita, de tener por un rato la presencia de dos diputados PRO. El macrismo se neg贸 cerradamente a discutir, hablar o compartir el tema del Zool贸gico, con lo que los minutos que estuvieron los legisladores fueron apreciados. Fue durante la primera mesa, la del patrimonio edificado del jard铆n, y para la segunda, que trat贸 de los animales y el rol de la instituci贸n como lugar de ciencia y crianza, ya no estaban.

En la primera mesa estuvieron M贸nica Capano, titular de la Comisi贸n para la Preservaci贸n del Patrimonio Hist贸rico y Cultural de la Ciudad, Lidia Waissman y Pedro Kesselman. Lo que se habl贸 fue el pat茅tico estado de los edificios y el parque, con un resaltado muy importante: el Jard铆n Zool贸gico es un conjunto, un paisaje, el Jard铆n de su nombre completo, y no unos edificios victorianos con pastito entre medio donde construir stands. De hecho, la ley 12.665 que lo declara monumento hist贸rico lo hace porque es un 鈥渦n conjunto edilicio, paisaj铆stico, ambiental y art铆stico-ambiental鈥.

Esta claridad de la ley nacional contrasta con el raro limbo en el que el lugar est谩 en la legislaci贸n porte帽a. Resulta que el APH que protege el Parque Tres de Febrero termina en la avenida Libertador, con lo que mapa en mano no incluye al Zoo. Pero el anexo de la ley 鈥搎ue es tan parte de la ley como el resto鈥 s铆 incluye al Jard铆n, con lo que no termina de saberse de qu茅 se trata. Para m谩s confusi贸n, hay m谩s de un proyecto de ley para catalogar los edificios individuales, pero no el conjunto. Lo m谩s notable del enredo legal es que el Zool贸gico es por ley una urbanizaci贸n parque, un distrito especial para zonas verdes de uso p煤blico, o sea sin pago de entrada. Y si es parte del APH, no puede tener ning煤n uso comercial, algo absolutamente prohibido por esas leyes.

Como destac贸 Capano y tambi茅n el resto de los panelistas, el nuevo pliego de licitaci贸n dedica casi todo su texto a hablar de los edificios patrimoniales, con apenas menci贸n de las actividades y muy poco sobre animales, que al fin son el centro de la cuesti贸n.

Esto no estar铆a mal si no fuera porque la sobreexplotaci贸n del Jard铆n, la concesi贸n avara de espacios, no fuera la raz贸n de su deterioro. Quien recorra el lugar, chico en mano, ver谩 que las rejas perimetrales se est谩n por caer, los pabellones son una ruina y la circulaci贸n fue alterada para que uno pase por los negocios, que son lo 煤nico limpio y brillante. Toda la obra nueva es una porquer铆a utilitaria que degrada uno de los lugares mejor construidos de Buenos Aires. Y todo espacio 鈥渧ac铆o鈥 es ocupado por un kiosco, una granja paga, un concesionario o un bar.

Finalmente, est谩 el da帽o irreparable a los bienes muebles, como la biblioteca, que ni siquiera tiene un cat谩logo, y los muebles, que desaparecieron en buena parte. Y pensar que los concesionarios hasta acusaron al Museo de la Ciudad de 鈥渁propi谩rselos鈥 porque, sabiendo con qu茅 bueyes araban, lograron salvar algunos para sus colecciones... De hecho, que se haga una auditor铆a antes de la licitaci贸n fue una de los reclamos consistentes en el encuentro, con el anfitri贸n hablando de poner un interventor y otros pensando en el proyecto de Tito Nenna de formar un comit茅 de inspecci贸n, con input legislativo, de la comuna y los vecinos.

El segundo panel habl贸 de la tragedia en que viven los animales del Zoo, cuya mortandad es muy alta. La instituci贸n supo ser un centro cient铆fico y por eso todav铆a recibe los animales secuestrados como contrabando, que engruesan sus colecciones y disimulan las muertes. Pero el Zool贸gico porte帽o est谩 reducido a un teatro con prisioneros, sin investigaciones y sin el menor inter茅s en volver a ser la instituci贸n que publicaba boletines, investigaba y creaba ciencia. 驴Para qu茅? El concesionario quiere vender galletitas y alquilar bares, no mantener bibliotecas y laboratorios.

Las propuestas o铆das fueron dr谩sticas, como la de darles a los animales un lugar digno donde morir en paz y transformar el actual Zoo en un parque ecol贸gico con espacios donde no haya prisioneros.

MEDIANERAS

Si tanta indefinici贸n legal llama la atenci贸n, hay que recordar las inmortales del Garganta Profunda de Watergate: Sigan el dinero. En temas urbanos, de construcci贸n, obras p煤blicas y concesiones, entre m谩s fum茅 sea todo mejor. La defensora del Pueblo porte帽o, Alicia Pierini, acaba de emitir su resoluci贸n 1159, que descubre con precisi贸n la vuelta al ruedo de un viejo favor municipal a los especuladores inmobiliarios. Se trata de la interpretaci贸n de todo a favor de la mayor cantidad posible de metros a construir, pase lo que pase con el entorno urbano.

La historia empieza a fines de 2010, cuando el ombudsman adjunto Gerardo G贸mez Coronado abri贸 la actuaci贸n 5763 por pedido de la vecina Adriana D铆az por una obra en la avenida Cramer 3151, comuna 13. La se帽ora avis贸 de obras en un terreno que, entend铆a, iban a superar la altura m谩xima permitida hoy en el barrio, que es un R2bI. El 2 de diciembre, G贸mez Coronado le envi贸 una nota a la Direcci贸n General de Registro de Obras y Catastro preguntando si efectivamente hab铆a alg煤n pedido de permiso de obra en esa direcci贸n. La DGROC remolone贸 鈥揾ubo que repetir la nota鈥, pero el 27 de enero de 2011 contest贸 que no, que no hab铆a nada.

Un a帽o despu茅s, el 5 de enero de 2012, la vecina D铆az se volvi贸 a comunicar con la Defensor铆a avisando que esta vez s铆 hab铆a una obra. Otro oficio, esta vez a Interpretaci贸n urban铆stica, que respondi贸 que s铆: el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales nuevamente hab铆a mostrado qu茅 f谩cil tiene el s铆, hab铆a permitido la demolici贸n y por eso se hab铆a permitido una obra. En el f谩rrago de tecnicismos de la nota aparec铆a algo llamativo, que la Digiur encontraba que se pod铆a aplicar parte de las disposiciones sobre 鈥渃ompletamiento de tejidos鈥 a esta obra.

En castellano llano, el regalito municipal suele llamarse 鈥渆nrase鈥 y consiste en los metros de m谩s que se permiten, gratis y gratarola, cuando un edificio queda entre medianeras m谩s altas. Esto ocurre muy seguido, porque las alturas cambian y es com煤n que un edificio de hoy tenga que ser m谩s petiso que los construidos cuando la industria ten铆a mano libre. Para no dejar la famosa 鈥渉uela cariada鈥, el baj贸n en la l铆nea all谩 arriba, se dan excepciones.

Pero en este caso el regalito es incre铆ble.

Resulta que el proyecto original es de planta baja con garaje y tres pisos de peque帽os departamentos, m谩s un cuarto piso en retiro m谩s chiquito, con lo que el edificio tiene 10,81 metros adelante y 13,90 atr谩s. Esto es exactamente lo que permite la zonificaci贸n actual y no habr铆a mucho que discutir, excepto por uno de los vecinos. Resulta que el lote de Cramer tiene de un lado una casa de familia que llega apenas a los siete metros de altura, y del otro un edificio con la altura anterior, de 28 metros de altura. Los desarrollistas se quejan de que les va a quedar en su obra nueva 鈥搎ue describen en t茅rminos de gloria, con todos las 鈥渧olumetr铆as鈥 y pomposidades imaginables鈥 un pared贸n ciego sin gracia. Y por eso piden que les permitan enrasar hasta los 28 metros de altura.

La Dgiur todav铆a no dijo ni que s铆 ni que no, pero alguien debe ser muy optimista o debe saber algo que los civiles no sabemos, porque la inmobiliaria que comercializa el emprendimiento ya lo da por hecho. Para ellos, el futuro edificio tiene nueve pisos de altura, descriptos con todo detalle en cuanto a n煤mero de unidades y retiros. La defensora Pierini hasta incluye un p谩rrafo advirtiendo que esta publicidad puede 鈥済enerar importantes perjuicios a los posibles compradores鈥 y puede incumplir la ley porte帽a 2340, que regula a las inmobiliarias.

La resoluci贸n recomienda al secretario de Planeamiento porte帽o 鈥搚 ya no subsecretario, porque es el 煤nico que recibi贸 un ascenso鈥 H茅ctor Lostri que revea la resoluci贸n de sus subordinada Dgiur y no permita un registro de obra hasta que lo haga. Le da treinta d铆as para hacerlo y contestar con qu茅 se encontr贸. Habr谩 que esperar para saber si volvimos a los viejos buenos tiempos de la generosidad municipal.

NOMBRECITOS

Los lectores de m2 recuerdan divertidos que el gobierno porte帽o quiere poner la estaci贸n Plaza Francia del subte H en la Plaza Intendente Alvear, que viene a quedar enfrente cruzando Pueyrred贸n a la altura de Libertador. Hasta se vio, en vivo y sin doblaje, al titular del subte explicarle a la Justicia porte帽a que no importaba que la ley dijera 鈥渆staci贸n en Plaza Francia鈥 porque igual todo el mundo le dice 鈥淔rancia鈥 a la 鈥淚ntendente Alvear鈥. Pues parece que no era un truco sino alg煤n tipo nuevo de dislexia municipal, que afecta a funcionarios involucrados con 谩reas p煤blicas.

La conclusi贸n surge de la nueva parada de colectivos que acaban de estrenar en la Plaza Francia 鈥搇a Francia de verdad鈥 casi en la esquina de Pueyrred贸n. La flamante pieza del nuevo mobiliario urbano tiene al frente su adhesivo con el n煤mero del colectivo que all铆 para y el nombre de la estaci贸n. Pero esta parada, sombreada por el gran omb煤 de Plaza Francia y con vista privilegiada del monumento de los Franceses, tiene un adhesivo que lee 鈥淧laza Intendente Alvear鈥.

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