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Sábado, 6 de julio de 2013
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Un fallo por Goya

La valiosa ONG local logr贸 un amparo clar铆simo de la Justicia frenando un hecho consumado y poniendo fin al truco institucional del intendente local para que se demuela el patrimonio.

Por Sergio Kiernan
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Hay una vieja frase, no muy cre铆ble por estos pagos, que dice que el brazo de la ley es largo, largo. Pero cada tanto pasa algo que alienta a superar el cinismo, y es lo que acaba de pasar en Goya, la segunda ciudad de la orgullosa provincia de Corrientes. Un juez acept贸 el amparo de la ONG Proyecto Goya y emiti贸 un fallo tajante frenando una obra en el casco hist贸rico, y le puso un parate al truquito institucional del intendente local para que los especuladores se carguen un 谩rea tan valiosa que el Senado nacional vot贸 protegerla por unanimidad.

La primera victoria judicial de Proyecto Goya vino de la mano del juez Jorge Urresti, que le orden贸 al Ejecutivo municipal suspender la modificaci贸n de la fachada de la vieja residencia del Banco de Corrientes. La foto en blanco y negro de la tapa explica el lugar: en la esquina se ve el banco, destruido hace a帽os en otro ataque de modernidad falluta. Luego viene el frente y la reja del jard铆n de la vivienda del director de la sucursal Goya. Luego la casa parroquial y el noble volumen de la catedral local. Como se entiende, esta obra amenaza la integridad de la cuadra hist贸rica de la ciudad.

La residencia hab铆a sido vaciada en el habitual procedimiento de demoler de adentro para afuera, de modo de crear un hecho consumado. Seg煤n Proyecto Goya, la demolici贸n le pas贸 por delante al intendente Ignacio Osella, un radical af铆n al PRO, en particular en su blandura con la piqueta. Frente a sus narices, el Banco de Corrientes mand贸 a demoler la residencia, como ya hab铆a demolido el banco en s铆, sin molestarse en pedir permiso de obra. Tal vez sospechando que nunca se autorizar铆a por derechas la demolici贸n, el arquitecto Hugo Fagetti 鈥揺l mismo que se carg贸 la escuela donde ense帽aba Camila O鈥橤orman en el mismo casco hist贸rico para hacer un edificio de departamentos perfectamente olvidable鈥 arranc贸 de adentro para afuera.

Cuando quedaban las paredes exteriores estall贸 un esc谩ndalo local y Osella se vio obligado a clausurar la obra. Pero Fagetti simplemente pag贸 una multa, present贸 planos y, cosa incre铆ble, obtuvo un permiso de obra sin pasar por la comisi贸n de patrimonio. El tr谩mite, de hecho, fue rapid铆simo, una cortes铆a para el banco que quiere ampliar las oficinas del feo edificio lindero, en la esquina.

Fue entonces que Proyecto Goya pleite贸 acusando que se hab铆a violado la Ley 5067 de impacto ambiental y la ordenanza 1663, que ordena un tr谩mite especial para los edificios anteriores a 1930. Este tr谩mite indica que toda modificaci贸n a este patrimonio con fecha fija tiene que ser autorizada por la Comisi贸n de Patrimonio del municipio. Pero esta comisi贸n no se re煤ne hace tiempo porque Proyecto Goya logr贸 ser parte, algo que Osella no acepta: la comisi贸n duerme el sue帽o de los injustos, cajoneada por el intendente macrista. De ah铆 que la ONG recurriera a la Justicia.

El juez Urresti fue clar铆simo: 鈥淭eniendo en cuenta el peligro en la demora y principalmente la irreparabilidad del da帽o que pudiera causarles, porque impedir铆a volver atr谩s lo demolido, ya que con los materiales de construcci贸n actuales podr铆an copiarse las formas, pero su valor cultural no ser铆a el mismo, corresponde hacer lugar parcialmente a la medida solicitada鈥. En consecuencia, 鈥渞esuelvo (...) ordenar al Departamento Ejecutivo Municipal y a la empresa constructora que est谩 realizando la obra de referencia la suspensi贸n provisoria de la modificaci贸n de la fachada del edificio鈥.

El frente, lo 煤nico que queda del edificio, est谩 en el centro de la cuesti贸n y por eso Proyecto Goya pidi贸 que 鈥渟e vuelvan a abrir los vanos originales tapiados y se restituya el predio con sus construcciones y bienes: puertas, ventanas, pisos, rejas, parque, aljibe, 谩rboles, etc., a su condici贸n original a costa de su propietario, conforme lo dispone la Ordenanza 1663 en su art. 6鈥. El juez entendi贸 que justamente 鈥渞esulta necesario seguir el procedimiento establecido en la ordenanza municipal 1663 para conservar edificios y sus fachadas cuya construcci贸n fuere anterior al a帽o 1930鈥.

La ordenanza establece que son de 鈥渋nter茅s arquitect贸nico, hist贸rico y cultural-art铆stico鈥 y parte del patrimonio cultural de la ciudad los inmuebles anteriores a esa fecha. La protecci贸n, gen茅rica, es preventiva y, seg煤n entendi贸 el juez, 鈥渆xige que la Comisi贸n Municipal de Asesoramiento del Patrimonio Cultural produzca un dictamen t茅cnico particular para determinar su afectaci贸n definitiva al patrimonio鈥, argumenta el juez.

Es exactamente lo que el banco, el arquitecto y el intendente buscaron evitar con el galerazo. Es que resulta dif铆cil que ganen por derechas un fallo que permita arrasar el edificio y el jard铆n. Es que, seg煤n los registros hist贸ricos, hace casi dos siglos que hay un jard铆n en ese lugar. El lugar figura en el plano que realiz贸 Tom谩s Mazzanti en 1850 y en una acuarela de 茅poca. De hecho, el jard铆n es el entorno tradicional de la catedral y le pertenec铆a en el siglo XIX.

Tanto cari帽o a la piqueta le est谩 complicando la vida al intendente Osella, que es uno de tantos pol铆ticos que no vieron venir la tem谩tica patrimonial y siguieron con un 鈥渂usiness as usual鈥 peligroso. Osella y su director de Obras est谩n denunciados por incumplimiento de los deberes de funcionario p煤blico, acusados de haber permitido el avance de una obra que no contaba con los permisos correspondientes. El banco correntino puede tambi茅n terminar pagando una cuenta de las altas, porque la Ordenanza 1663 ordena que 鈥渟i por incumplimiento de la presente ordenanza el Departamento Ejecutivo municipal encontrare que ha sido afectado el valor hist贸rico o art铆stico de un inmueble incluido dentro del art 1潞, el infractor deber谩 restaurar a su costo el edificio, llevando la obra a su situaci贸n anterior鈥.

Y todo por la falta de imaginaci贸n de reciclar un edificio literalmente insustituible para hacer oficinas, como se hace en tantos otros pueblos y ciudades de este pa铆s. Proyecto Goya afirm贸 con entusiasmo justificado que 茅ste es un fallo hist贸rico que frena la impunidad de las constructoras y del intendente.

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