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Base de todo tipo de diseños, las creaciones de patrones o rapors son un arte especial dentro del universo proyectual que muchos anhelan manejar. En las cúspides de esa expertise, la diseñadora sueca Lotta Kühlhorn los crea desde pequeña con virtuosismo y comparte su técnica a través de un bello libro recién editado por la alemana Gestalten. Diseño de patrones para la decoración, la moda y la gráfica es un manual que enseña cómo crearlos para todo tipo de productos, desde empapelados a tazas de té, pasando por ropa y mobiliario. Las mejores maneras de combinar formas y colores.
Kühlhorn nació en 1963 y cuentan que desde pequeña, con sólo diez años, decidió que quería convertirse en ilustradora. Siguió la carrera de Artesanía y Diseño en Konstfack, la prestigiosa Facultad de Artes de la Universidad de Estocolmo, y dedicó su vida profesional al diseño de portadas de libros, ilustraciones para revistas y diseño de patrones originales para clientes como Ikea. Y siempre a partir de las creaciones de originales patrones. No extraña, porque Escandinavia se consolidó hace tiempo como el reinado del rapor. Aunque sus muebles se caracterizan por el minimalismo, o justamente por ello, en el textil, papelería y cerámica desatan toda su versátil y colorida paleta gráfica.
Con la ayuda de fotografías y anécdotas personales, y dividiéndolo en cinco capítulos, Lotta comparte en su libro sus temas de inspiración, explica cómo trabaja y ofrece soluciones y mecánicas prácticas.
“Empecé a trabajar como ilustradora y diseñadora gráfica y mi solución siempre era recurrir a patrones. Lo que más me gusta de ellos es que parecen fotografías aéreas. El rojo puede ser desde una flor o un shopping mall, el verde una carretera o un lago. Mucho más intenso cuando descubrí que hay patrones que dan cuenta de informaciones, historias y hasta se convierten en un código secreto o un diario. Los jeroglíficos y los dibujos africanos dan cuenta de eso. También me encanta que la palabra que usamos en sueco para ‘reaparición’ en el sentido de repetición regular de una imagen de un modo que forma un patrón, significa también ‘historia’, ‘cuento’. Por eso este libro es un reporte de mi mundo, de las cosas que me inspiran y que yo cuento a través de ellos”, adelanta en la introducción.
“Veo a la naturaleza como a un padre contra el que me quiero rebelar. Tomen cualquier libro de patrones y verán cómo siempre nos lleva a ella, que es perfecta y siempre tiene la razón. Animales, hojas, flores, piedras, caracolas, nuestras huellas dactilares... un árbol, la repetición de ese árbol, un bosque... Un patrón no tiene por qué mostrar cosas lindas de la vida. También pueden mostrar problemas, aburrimiento”, continúa Lotta, que ve patrones donde vaya.
Están en todas partes y una de las virtudes y gracias del trabajo de Kühlhorn es demostrarlo. Ella sostiene que los colores que mamó en la infancia, desde los vestidos de su mamá al jumper de su hermano, pasando por todos sus juguetes y paisajes, son los que conforman su paleta actual. Y luego va por más, inspirándose a través del cine, el campo, los mercados de pulgas y hasta los de pescados. Por eso a la hora de trabajar ella prefiere los colores de su niñez combinados generalmente de a tres. Cuatro, para un patrón, para ella ya es multitud.
¿Cómo hacer su propia creación? Queda claro que para ella la mejor solución es jugando. Entonces sus recetas pasan por descomponer la bolsa del supermercado en partes que dibuja, escanea, repite, duplicada, imprime y recrea. Megacollages. Mención aparte merecen para ella las rayas y los lunares. La geografía y las matemáticas. Los números, las letras y las palabras. Todos juntos, separados, combinados. ¿Cuándo termina el trabajo? Cuando ella siente que tiene ganas de usarlo, en un producto o prenda.
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