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El mundo hiperconectado y globalizado está dando lugar a nuevos fenómenos que se ofrecen como contracara a lo “líquido”, lo plagado de los no lugares de Zygmunt Bauman. Cuando actualmente se visitan muchas capitales en clave design se impone retirarse unos kilómetros del Centro, ya que lo más interesante pasa en las afueras. Nuevos distritos llenos de propuestas que escapan de las grandes urbes para palpitar otros ritmos, cruces y diálogos. Es lo que sucede en Tigre, en el Distrito Boulevard Sáenz Peña. Bellamente encriptado entre el río y el Puerto de Frutos, a pasos del tren, palpitando otros aires.
El viernes, sábado y domingo pasado se llevó a cabo otra Noche de las Artes con una participación masiva de público que se acercó a visitar las propuestas de sus sitios claves: el restaurante Boulevard y la Usina del Arte, que organizaron el evento, las tiendas de ropa Alto Pirulo y Lucila Negri, el mercado de antigüedades Don Toto y sobre la calle Albarellos al 280, una comunidad muy especial. Factoría con vida propia que en un precioso edificio comparten tres colectivos, La Espátula, Club Albarellos y Atico de Diseño.
La visita puede comenzar en la planta baja donde comparten atelier los cuatro artistas de las islas Tempe Hernández, Fernanda Nanda, Bruno Prin y Oldemar Cimadoro.
Hernández es el fundador del espacio y se reparte entre su formación musical de egresado del Instituto Tecnológico de Música Contemporánea con tres discos editados, y el estudio de plástica en el IUNA. Se reparte entre su obra pictórica que en mucho retrata sus vivencias personales, viajes y su aldea de los muelles, cañaverales, lancha colectivo y fauna del Delta. También invierte tiempo en los talleres y encargos de serigrafía que recibe su pata productiva, La Espátula. Muchos son creativos y otros son más técnicos e incluyen diseños de indumentaria, varios de su propia hermana, la reconocida Poty Hernández.
Cimadoro, con estudios de artes en la Prilidiano Pueyrredón y con Hermenegildo Sábat, trabaja como ilustrador en Le Monde Diplomatique, Crisis y Kranear, entre otras, y da clases de dibujo.
Prin, el más joven y autodidacta, incursiona en diferentes técnicas como aerosol para murales, arte callejero y dibujo.
La Nanda, bendita entre los varones, pinta y diseña muñecas recicladas.
Subiendo un piso por escalera, se llega al Club Albarellos. Conformado por cuatro amigos que a la vez son parejas: Tester, reconocido artista del rubro del Street Art con varias muestras internacionales y colectivos de arte (Hollywood In Cambodia, Run Don’t Walk) pareja de Consuelo Vidal, artista visual y restauradora en Las Vidalas. Y el coleccionista Nacho Fortini y la diseñadora, productora de eventos, y hasta Vj, Flora Dido. Así dadas las cosas, el Club oficia de galería, taller, espacio donde se generan un sinfín de propuestas relacionadas más precisamente con el mundo del street art, la ilustración y el stencil. En la noche de las artes dieron el presente con la muestra de Pastel.
Por último, subiendo por la escalera o montacargas, Atico propone los talleres más diversos de diseño, en todo tipo de técnicas y materiales, siempre por referentes. En sintonía con la Noche de las Artes, tuvo muestra de un diseñador y artista: Juan Pablo Cambariere con sus Papets. Reconocido como gráfico (destacado por sus tapas de discos y libros), Cambariere tiene una larga trayectoria en el desarrollo de marionetas de madera como parte de su proyecto escultórico “Ensayo sobre el poder”, que arrancó en 1999, participó de infinitas muestras y ya pisó suelo alemán y francés, entre otros. Con el tiempo las animó de forma mecánica y las desarrolló en todo tipo de formatos: las hubo hasta gigantes para su participación en la exposición Pictopia en Berlín de 2009, en el Centro Cultural Borges en 2005 y en la Galería Elsi del Río en 2003.
Recientemente y por un tema casi doméstico, lanzó su colección PAPETs en papel. Hermosas y expresivas como las otras, pero más al alcance. “PAPETs es un proyecto que surge de la unión de varios factores y circunstancias diferentes. Hace muchos años que quería hacer una versión muy económica de mis marionetas, había conseguido hacerlo en el exterior pero no logré que las importaran a la Argentina. Hace tres años me mudé y estuve varios meses sin taller. Por primera vez en 18 años no podía trabajar en madera. El síndrome de abstinencia me llevó a trabajar con lo que tenía a mano: unos cartones y una trincheta.”
“Me pareció muy interesante, continúa, el traspaso sin escalas entre la bi y la tridimensión. Siempre había dibujado las marionetas antes de realizarlas en madera, pero con el recurso del pliego de cartón esto se materializa en forma directa. Y por supuesto, hacer de forma sencilla que el usuario pudiera desmontar y construir en pocos segundos la obra, me parece que lo acerca mucho más al proyecto”, señala.
La muestra contó además con las intervenciones de otros destacados diseñadores e ilustradores, quienes trabajaron sobre las papets como Maria Elina, Ganz Toll, Mono Grinbaum, Isol Misenta, Andrés Mendilaharzu, Cristian Montenegro, Cynthia Orensztajn, Pum Pum, Horacio Petre, Daniel Roldán, Cristian Turdera y Lau Varsky.
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