Página/12 :: m2 :: Mensajes de hace un siglo

La restauracion de la cúpula del Congreso deparo una sorpresa a los que se animaron a subir a esas alturas. Escritos con lápices de carpintero o marcadores, lo grabados en el metal directamente, hay una colección de grafitis que arranca con la misma obra de construcción, hace más de un siglo. Tapados por décadas de smog y mugre, estos textos reaparecieron como una sorpresa durante los trabajos de limpieza y restauración del glorioso lugar.

Como se sabe, la restauración del Congreso Nacional fue comenzada durante la gestión de Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados, que organizó una fuerza de trabajo literalmente única. El equipo de restauradores involucrados en la obra pasó el centenar y ya tiene un nivel de entrenamiento raro entre nosotros, simplemente porque los encargos de esta escala y duración no son comunes en Argentina.

Mientras se rehacían estucos, se limpiaban salones y se despejaban ámbitos atiborrados por años, se comenzaba el trabajo en exteriores. Ya están listas los contratos para limpiar la envolvente de piedra del Palacio, pero lo primero que se hizo fue trabajar los bosques de metales que coronan el edificio. Así, se repararon o cambiaron las cresterías de zinc, se recalzaron las victorias que en varios casos estaban sostenidas por simple ley de gravedad, con sus anclajes rotos por el óxido y se intervino la cúpula.

Ahí es donde apareció la sorpresa. Quien mire para arriba verá que la cúpula del Congreso tiene dos suerte de balcones florales, creados por cresterias ornamentales. Uno está en las alturas más remotas, el otro en la base del metal verde, lo suficientemente alto como para marear. Al limpiar el metal, aparecieron estas inscripciones de antaño. La mayoria son nombres y fechas, escritos con elegante caligrafía en lápiz de carpintero, o con letra más improvisada y con marcador. Pero entre ellas se destacan dos, una que grita “Muera el Peludo” un contrera a Yrigoyen que la firmó en el mismo 1916 en que eligieron al radical y una que homenajea a los obreros muertos en la construccion del palacio.