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Sábado, 17 de agosto de 2002
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La apuesta al mundo

Tres jóvenes diseñadores argentinos fueron aceptados en la feria Tendence de Alemania, la más importante del mundo, justo cuando la crisis se desbocaba. Pese a todo –la devaluación, el desorden– y con mínimo apoyo, están por llevar sus productos al ruedo internacional.

Por Luján Cambariere
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los vitrofusionados de Ana Manghi

Son jóvenes diseñadores, creadores de objetos utilitarios y argentinos. En diciembre, justo cuando la realidad se puso totalmente adversa, tenían que enviar sus portfolios para ver si eran aceptados. En estos meses se opusieron a nuestro incierto destino e intentaron cumplir su sueño de mostrar sus diseños en la feria Tendence de Messe Frankfurt, Alemania, entre el 30 de agosto y el 3 de septiembre. No es poco: van a la más grande exhibición de artículos de diseño del mundo, la meca de los grandes negocios, la que reúne una elite internacional de 8000 expositores y convoca a 140.000 visitantes que son todos y cada uno profesionales.
Estos argentinos son Ana Manghi, diseñadora de objetos y autora de una línea exclusiva de guardas vitrofusionadas para colocar en paredes, pisos y muebles; Fernando Poggio, pintor y diseñador gráfico especializado desde el ‘87 en aluminio, al cual mediante un proceso de impresión, transforma en diversos objetos utilitarios y mobiliario; y Magdalena Boggiano, diseñadora concentrada en el desarrollo de lámparas hechas de polipropileno, producto que presenta plegado con instrucciones para el armado.

Los preparativos
“Cuando llegó la aprobación, empezó una carrera contra reloj de mucho crecimiento”, recuerda Manghi. “De buenas a primeras tuvimos que registrar y patentar los diseños y las marcas, homologarlos con las normas internacionales, asesorarnos sobre la parte operativa del negocio de exportar y los convenios laborales para la producción industrial.”
“Pulir nuestros productos, mejorar el packaging, hacer una página web, realizar el diseño e impresión de catálogos, la construcción del stand, calcular costos, definir precios competitivos y sobre todo conseguir el dinero para concretarlo”, suma Boggiano. El Centro Metropolitano de Diseño los orientó con algunos pasos a seguir y otros diseñadores colaboraron ad honorem, por ejemplo con el stand y los catálogos, aunque la mayoría salió de sus bolsillos.
“La apuesta es fuerte, pero nos dio incentivo para seguir creando y trabajando en un contexto adverso de país”, explica Poggio. ¿Por qué creen que los eligieron? Ellas, humildes, dan cuenta de que el diseño argentino tenía poca representatividad en la feria: “Creemos que eso fue determinante para darnos un espacio tan importante en un feria llena de popes del diseño”, estima Manghi. Poggio, más contundente, lo atribuye simplemente a que les gustó lo que hacen. “Hoy, para nosotros, la promoción en el exterior es sumamente costosa (pasajes, estadía, costos de participación, ¡todo en dólares!), pero las posibilidades de venta son mayores, justamente porque por lo mismo, ahora sí podemos tener precios competitivos”, explica Boggiano.

Manghi y el vidrio
Si bien estudió Bellas Artes y hace años produce todo tipo de objetos y utilitarios, para la feria Manghi decidió abocarse a los revestimientos en vidrio. Baldosas de 10 por 10 cm en distintas líneas, con incrustaciones de metal, vidrio, hilo o alambre, en distintos volúmenes y colores, que se pegan con siliconas o estucadas con terminación cementicia. “Guardas formadas con piezas distintas entre sí, pero que al mismo tiempo mantienen una misma coherencia estética”, explica. ¿Expectativas? “Muchas. Los costos para llegar y estar en la feria son muchos, que costeamos de nuestras reservas, por lo que realmente esperamos que la posibilidad de exportar no sea sólo un sueño y podemos ir por una segunda vuelta”, remata.

Poggio y el aluminio
Fernando Poggio, trabaja el aluminio en verdaderas piezas de autor, exclusivas y personales. “Liviano, ecológico, reciclable, noble, resistente y versátil, lo combino con otros materiales en forma de pares dicotómicos que generan sensaciones y texturas de contraste. Frío y calor con el aluminio y la madera; dureza y flexibilidad a través del aluminio y el papel; volúmenes oscuros y traslúcidos en la combinación de aluminio y resina poliéster para utilitarios de todo tipo, artículos de escritorio y oficina, librería, tarjetería, juegos, artículos de decoración, mobiliario, iluminación, revestimientos de paredes, cortinas y hasta una línea de regalos empresariales”, explica. Objetos brillantes o mate, lisos y grabados, al natural o con color, pulidos, rayados y perforados donde las texturas son logradas con técnicas tradicionales, como la fundición, y otras tecnologías únicas, como el anodizado color. “Pero sobre todo mediante un tratamiento gráfico que revaloriza los distintos objetos”, agrega.

Boggiano y el polipropileno
Mientras estudiaba arquitectura e historia del arte y trabajaba haciendo escenografías y ambientación para discotecas, comenzó a especializarse en la producción de objetos luminosos. A partir del 2000 comenzó a hacer lámparas que pudieran producirse en forma seriada para vender a locales de decoración. Incursionó con PVC y enseguida se volcó al polipropileno. Así, para la feria produjo nueve modelos distintos todos en un packaging delgado con instrucciones para armarlas. “Un valor diferencial en esto de exportar.”

* Ana Manghi: 15-4427-6945, www.anamanghi.com
* Fernando Poggio: 4601-8519, [email protected]
* Magdalena Boggiano: 4778-1812, www.objetosluminosos.com.ar

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