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Jueves, 4 de noviembre de 2004
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¿Quién es Benton-C Bainbridge? ¿Y qué hace?

Cartonero visual

Responsable de las últimas puestas visuales de los Beastie Boys, el pelado de la foto pasó por Buenos Aires para participar de una obra en el Teatro San Martín. En medio del anticipado verano porteño, habló de sus performances, sus viajes y... de los Beastie Boys, claro.

Por Mariano Blejman
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Mientras parece imposible disociar una banda de sus videoclips, los VJs van ocupando ambientes inexplotados e inexplorados. El VJ (Video Jockey) no hace música, pero reinterpreta el modo de mirar el sonido. El estadounidense Benton-C Bainbridge llegó a Buenos Aires para diseñar y participar de la performance de la obra de El malogrado, de Martín Bauer, en el Teatro San Martín. Hace un año ya había estado poniendo sus videos en el Teatro Colón. En conversación con el No, Bainbridge –que trabajó últimamente en los shows de los Beastie Boys y Public Enemy– cuenta cómo funciona el mundo VJ, que es como el mundo DJ pero con imágenes.
Bainbridge tiene aspecto cuasi lampiño, una pelada minimalista que brilla desde cualquier costado que se lo mire. Dedicó los últimos años de su vida a viajar por el mundo para difundir eso de hacer música desde las imágenes. La primera pregunta parece obvia, pero sin embargo tiene un trasfondo que se irá develando durante la conversación: ¿qué hace Bainbridge en Buenos Aires? ¿Qué lo trajo por aquí, si hasta un día antes de embarcarse en el avión –lo cual no deja de ser una paradoja– estaba cerrando una gira con los Beastie Boys? “Básicamente, porque toco música con imágenes, necesito estar en la performance”, cuenta. Bainbridge dice que toca sus imágenes de un modo particular. “No sé si tengo estilo, pero sí tienen un timbre único”, cuenta y repregunta: “¿Se entiende lo que digo?”. Un minimalismo extremo de la imagen, llevado a las palabras.
Bainbridge tiene la sensación de que siempre le falta explicar algo sobre lo que hace, porque –a pesar de la cuña de la generación MTV– nadie sabe bien qué hace exactamente un VJ. “Las imágenes funcionan narrativamente y tienen exposición dramática. Pienso mi trabajo como en una cuestión ambiental. Me preocupan las posibilidades gestuales de la imagen para encontrarle el trasfondo a la comunicación”, cuenta.
El DJ juega con los discos, el VJ con los videos. Play. Rewind. Stop. Bainbridge juega a transformar la música a través de las imágenes. Es decir: otra forma de escuchar lo que está sonando. “Prefiero trabajar cuando el video es parte de la música. No sólo como un sonido de fondo sino como una cuestión de audiovisión integrada a las imágenes.” Entonces vuelve la pregunta inicial que ahora se responde más fácilmente: ¿por qué está Bainbridge aquí? O más aún: ¿por qué puede comunicarse con todos nosotros, si apenas sabe una pizca de español? “Todo el mundo habla el lenguaje visual. En Estados Unidos, hace 100 años, cuando uno era chico tenía que aprender un instrumento. La generación de mis abuelos quería aprender un instrumento, construir una comunidad. La música funcionaba como una forma de conectarse: una guitarra y una armónica se ponían a hablar. Ahora la imagen toma ese rol: estamos aprendiendo a usarlas”, dice. “La gente interactúa. Yo viajo mucho, en el único lugar de América donde no encontré un VJ fue en Nicaragua. En el resto del mundo, los VJs tomaron la posta”, dice. “Pasa algo parecido con el baile”, agrega. Bainbridge opina que la tecnología resolvió el problema de la producción, pero también el difícil camino de la distribución. “Hay una comunidad wireless –red infrarrojo– a la cual le es cada vez más fácil compartir productos.”
Entonces, Bainbridge dice que las pantallas se están volviendo parte del medio ambiente. Señala una pared del Teatro San Martín que sostiene una pintura y opina que dentro de poco esa pintura podrá estar reemplazada por una pantalla. “En unos años, el San Martín estará lleno de pantallas.” La saturación visual es un apostolado para este recolector de basura visual. Sin embargo, Bainbridge también filma. “Aunque lo que hago con mis imágenes es lo mismo que hago con las de cualquiera.” Para El malogrado filmó también en Buenos Aires el eclipse de luna de unos días atrás. “Tomamos este material y lo convertimos en otra cosa”, cuenta. El VJ trabaja con la imagen como un recogedor de escombros, que busca en la basura y se pregunta qué va a hacer con eso. Un cartonero visual. Bainbridge filma narrativas equivalentes al efecto que una sordina produce en una trompeta jazzera.
Entonces, ¿se puede hacer un solo de video? Se puede. De hecho, Bainbridge tuvo uno de un minuto y medio en el espectáculo de El malogrado. “Lo visual adquiere otra dimensión escénica. La audiencia tiene una necesidad de amplificar.” A diferencia de lo que opinan algunas empresas de bebidas, para Bainbridge la imagen es absolutamente todo. Sus videos han acompañado el rock, el hip-hop, el dance, el trash. “Menos el country. Es demasiado narrativo, muy difícil de ambientar”, opina. “Con el VJ pasa lo mismo que con una buena película: necesita de grandes pantallas para disfrutar los ‘arreglos’.” Bainbridge se irá hoy de Buenos Aires para estar presente en una performance de MTV Europe. Y se va con la idea que tienen algunos teóricos que dicen que el music-homovidens no reconoce la diferencia entre un tema musical y el videoclip que lo acompaña. Lo uno es a lo otro. “Madonna ya no hace música sino videos a los que sonoriza”, arroja para concluir.

En vivo con los Beastie Boys

Ametralladora
¿Influyó, de algún modo, Benton-C Bainbridge en la música de los Beastie Boys? Sería demasiado pedir, aunque él admite que eso sucede durante la performance. El show, propiamente dicho. Junto con el DJ Mixmaster Mike -que prueba un disco nuevo en cada show–, las imágenes distorsionadas aportan una especie de ametralladora visual digna de una versión heavy metal de Matrix, con todos sus disparos dirigidos hacia el público. Sin embargo, Bainbridge ya no hace tours con ellos sino sólo algunas apariciones televisivas. “Soy un diseñador, una vez terminado mi trabajo no es necesario que esté presente”, informa. Su relación con los BB comenzó en marzo de este año, cuando los músicos querían poner en escena un osciloscopio y trasladar esa imagen desde el sonido. Así es que Bainbridge, en ese sentido, se dedicó a amplificar la abstracción propia del hip-hop, aun tratándose de los expresivos Chicos Bestia.

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