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Jueves, 22 de septiembre de 2005
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PABLO REYERO EN EL CANAL CIUDAD ABIERTA

Perdedores, divino tesoro

Por Mariano Blejman
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Hermosos perdedores se da en Ciudad Abierta (80 de Multicanal, 83 de Cablevisi贸n, 82 de Telecentro) mi茅rcoles a las 22, viernes a las 20.30 y martes a las 17.30.

Para Hollywood, los perdedores suelen ser feos. La historia ha legitimado esa idea: el mundo es de los lindos. Contra ese prejuicio trabaj贸 el realizador Pablo Reyero en el ciclo del canal Ciudad Abierta denominado Hermosos perdedores, en honor a la novela hom贸nima de Leonard Cohen. Se trata de doce historias de j贸venes, empe帽ados en mostrar su singularidad. Son veinticuatro minutos urbanos de hombrecitos que no terminan de definir su andar. 鈥淟a idea era balancear la pantalla entre cultura y juventud鈥, cuenta al No Pablo Reyero (La Cruz del Sur y D谩rsena Sur), quien ya hab铆a hecho en ese canal La grieta sobre ex combatientes de Malvinas, a煤n en pantalla. Un amplio abanico de personajes de distintas condiciones socioecon贸micas, confirman que las buenas historias no suceden s贸lo en los bordes. Es decir: que los l铆mites de la marginalidad no siempre est谩n en los costados. Una madre soltera de una villa s铆 puede estarlo, pero tienen un l铆mite m谩s ambiguo un conductor de un velero, un murguero afro, el boxeador Edgardo Se帽al (que se ver谩 esta semana), o Eli de Los Gardelitos.

驴Qu茅 los une? 鈥淓sa gran contradicci贸n entre probar o no cosas distintas. Los une el miedo a arriesgar, a cambiar de vida, a dejar el laburo que tienen y a buscar uno propio.鈥 Reyero sabe que cuando encara una historia est谩n descartando otra. El realizador del demoledor D谩rsena Sur, uno de los m谩s duros documentales de la oleada de cruda realidad que imper贸 en estos 煤ltimos a帽os, tuvo un paso raudo por el primer Puntodoc de Cuatro Cabezas, pero volvi贸 al f铆lmico en cuanto pudo. 鈥淐uando uno elige, descarta鈥, dice Reyero. En la investigaci贸n period铆stica, Eleonora Menutti se encarg贸 de buscar los arquetipos. Ella encontr贸 la forma de entrar a esos mundos dispares. 鈥淓sta ciudad est谩 llena de mundos鈥, dice Eleonora.

Uno de los primeros programas se grab贸 en la Isla Maciel, cerca de un barrio que Reyero bien conoc铆a de D谩rsena Sur. Se rod贸 la historia de una mujer, J茅ssica B谩ez. De all铆 tuvieron que escaparse cuando supieron que les hab铆an 鈥渞elojeado鈥 los equipos y ven铆an a por ellos. Con el boxeador e frente, el camar贸grafo sufri贸 escupitajos debido a los planos cerrados del entrenamiento y una definici贸n: 鈥淪oy de los que si me molest谩s, te parto la cabeza鈥. Con Eli de Los Gardelitos, se fueron hasta San Mart铆n sobre la Ruta 8, a una ex bailanta hoy convertida en sala de rock. Uno de los 煤ltimos programas fue sobre un joven religioso que recibi贸 dos trasplantes de m茅dula y dos pulmones.

Pablo Reyero hab铆a trabajado en El otro lado, de Fabi谩n Polosecki, donde hab铆a descripto esos micromundos. De all铆 obtuvo su capacidad de construir conflictos donde s贸lo se observaba aparente vida cotidiana. Otro hallazgo de Hermosos... es el lugar de la c谩mara. Porque despu茅s de un tiempo de convivencia con el personaje, el lente se convierte en un aspecto decorativo. 鈥淐uando pasan algunas jornadas, el tipo se relaja 鈥揷uenta el camar贸grafo鈥. Se crea un clima de confianza y el entrevistado se va soltando.鈥

El ciclo Hermosos perdedores viene a romper de cuajo con la teor铆a de que los perdedores no pueden ser endulzados. 鈥淪i la palabra 鈥榩erdedor鈥 est谩 en un t铆tulo, causa escozor y resistencia. Pero todos somos un poco perdedores, aun en sentido ir贸nico.鈥 Lo desafiante de los perdedores consumados es que no tienen nada m谩s que perder. El programa es una isla que atraves贸 sin da帽os profundos el katr铆nico aluvi贸n de programas post-crisis. 鈥淓llos copiaron mal cosas que se hac铆an hace 10 a帽os. Fueron contra la pretensi贸n de dejar hablar. Nosotros no ponemos la c谩mara ni m谩s alto, ni m谩s bajo que los entrevistados鈥, cuenta Reyero. La importancia de los gestos, el abrumador sonido del silencio, los cuerpos que se dejan transcurrir, las vidas acomodadas en el fluir del tiempo, adquieren una dignidad que no parec铆an tener fuera de la c谩mara. 鈥淓so no lo veo mucho en la tele鈥, se sincera Reyero. Y no. La verdad que no.

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