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Jueves, 16 de marzo de 2006
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LAS MANOS DE FILIPPI RENUEVAN CREDENCIALES DE CONTESTATARIOS

“Todos tienen su transa”

Diseñaron un formato inédito para su próximo disco: ¡la réplica de una bomba! ¿Cómo piensan distribuir semejante objeto llamado Contra la explotación?

Por Cristian Vitale
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Las Manos tocan el 31 de marzo en el Hotel Bauen, Callao y Corrientes.

Viniendo de Las Manos de Filippi, a nadie puede sorprender que el nuevo disco sea una diatriba visceral contra el sistema, las instituciones y los hombres que las representan. Que las compañías discográficas sean los enemigos de la música. Que las obreras de Brukman sean un ejemplo a seguir. Que Kirchner sea, para ellos, lo mismo que Menem y De la Rúa. O que el Estado y Bush sean una porquería. Ellos no dejan títere con cabeza y ni siquiera se salva Telerman, que acaba de reemplazar a Ibarra mientras transcurre esta nota con el NO. “Todos tienen su transa... Telerman es un pelado más de la Bersuit. Le voy a regalar un pijama”, se mata de risa Mosky, cantante y guitarrista. Ahora, el envase del disco –que se editará en mayo– provoca toda la sorpresa que el contenido tiene en su interior. Es ¡una bomba! (¿?). “La idea nació en un cuartito de mi casa. Estábamos ensayando, imaginando un disco nuevo y decíamos: ‘Tiene que ser una bomba’. Entonces, un día boludeando dibujé una en casa, la colgamos en la pared de la sala y al lado le pegamos listas de temas, arreglos, etc.”, cuenta el trompetista Pecho. De más está describirla como una idea originalísima. Se trata de una esfera negra de diez centímetros de diámetro, rebanada al medio y con un hilo haciendo de mecha. Cuando se abre, en la parte de arriba aparece el CD y en la de abajo, un librito circular con las letras de cada de tema que, según Pecho, son las municiones. “Si le decís a una compañía que querés sacar un disco así, te meten una patada en el orto y te dicen: ‘Flaco, vos sos un delirante’. En cambio, nosotros nos podemos dar el lujo, porque somos independientes”, saca pecho Pecho.

Lo anticomercial del formato, pese a su efecto marketinero, es una obviedad. Una vez diagramada la esfera –que al principio iba a ser ¡un flotante de inodoro!–, los Filippi tuvieron que ir a una matricería para que los matriceros, cansados de hacer botellas de gaseosa, construyeran 2 mil pelotas de plástico fundido a cloroformo. “Se hace con el mismo sistema de inyección que las botellas”, asegura el empapado Cabra. Las bombas, además, tienen arena abajo para fijarse al piso y otra contra para su difusión. ¿Cómo salir a repartir 50 objetos así por las disquerías? “Es cierto que no convienen los métodos convencionales de distribución, porque donde otros meten 25 discos nosotros podemos meter dos –contesta Cabra–. Igual, como no somos una gran empresa, nos cierran mejor los costos.” “Y además –interviene Pecho–, mirá qué bueno: cierra como un Kinder.”

La locura no termina acá. El sexteto hardcore-rap piensa editar Contra la explotación –así se llama el disco– primero en España y después en la Argentina. Por lo tanto, los problemas recién empiezan. En Europa, después de los atentados, la paranoia está a la orden del día y un elemento así no sólo caería como una broma de mal gusto –muy pesada, claro– sino que podría asustar a los desprevenidos. Charly, saxofonista, asegura que pensaron en enviar las bombas desarmadas, tipo vasito, “para evitar inconvenientes”, con un librito que explique cómo armarlas. “Si la mandás desarmada, los gringos no se asustan”, sostiene. Cabra, como de costumbre, da el encuadre ideológico. “Al ser tan delirante, esto pone al desnudo una forma irónica de cómo el sistema utiliza la paranoia. En Europa no podés dejar un bulto solo. ¿Qué es eso? Un control así impide vivir.” Otra utilidad que encuentra el hombre que canta en las peatonales es su sentido antipirata. “Idear algo así es lo mejor que podés hacer para luchar contra la piratería. Si querés que compren tus discos, esmerate y entregá algo nuevo... todo el mundo sabe que un disco sale un peso de costo.”

La bomba explica también que Las Manos pusieron toda la carne al asador. Lejos de aquellos discos que por diversas razones no sonaban del todo bien –por eso van a reeditar Las manos santas van a misa–, esta vez hicieron un trabajo impecable. Hace dos años que lo están trabajando con Edu “Garfio” Herrera, ex sonidista de Los Redondos, y los temas suenan trabajadísimos. El NO escuchó algunos adelantos –Brukman, Kimikos,Música, Sr. Esperanza– y lo que dice Charly es irrefutable: “Tuvimos que hacer un laburo sistemático por la complejidad de la estructura de los temas. Cambiamos”. También se destaca el plantel de invitados: Fermín Muguruza, Albert Plá, Jorge Serrano, Claudio O’Connor, Daniel Melingo, Andrea Alvarez, Eli de Los Gardelitos, Gamexane, Pablo Molina, Cristian Aldana y Gustavo Rowec. “Son 14 temas. Más pesados que los anteriores y con un sonido más pulido, variado y moderno”, define Juan, el batero.

En términos ideológicos, la verba es caliente. A veces panfletaria, a veces sarcástica, pero siempre frontal. Como dice Mosky: “La función de Las Manos desde hace 14 años es profetizar”. Hay ataques indirectos a Bersuit –la herida de Sr. Cobranza permanece abierta–, efectos del 19 y 20 de diciembre, cruces contra los grandes sellos y una posición que no cede en su radicalización. “Con diferentes discursos, Kirchner está obteniendo los mismos beneficios que Menem para la clase explotadora, las petroleras y las papeleras. Sigue el mismo plan de marginar a la gente, de intoxicar y perseguir. Por ejemplo, Las Heras está militarizada. Circulan tres helicópteros donde hay 1500 personas. No hablamos desde la tribuna, porque formamos parte de la resistencia, a través del MUR (Músicos Unidos por el Rock). Lo experimentamos día a día”, se cabrea Cabra.

–Estuvieron en varios festivales este año: Cosquín, Gesell. Algunos lo piensan como una contradicción para una banda combativa.

Charly: –Hay gente que patalea por eso. Pero no se dan cuenta de a qué aspira la banda cuando toca en festivales. Nos pagan para hablar en contra de ellos y sería bueno que la gente entienda que la banda toca ahí para tirar un mensaje a más cabezas.

Cabra: –El límite para creer si te vendés o no es cuando dejás de hacer tu música. Una banda tiene que llevar adelante su proyecto como sea... hasta te puede contratar Coca-Cola, siempre y cuando no meta nada. El límite está cuando la compañía mete un productor, porque es un brazo de la compañía para tocar el producto. Ahí si cuestionate todo, porque te fuiste al carajo. Ellos pueden opinar sobre guita y ventas, nada más.

–Santaolalla ganó un Oscar. ¿Qué opinan?

Charly: –Los premios son otra mentira del sistema.

Pecho: –Sí... que se lo meta en el culo.

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