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Jueves, 22 de agosto de 2002
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QUARASHI Y SU AMOR XENEIZE

Reykjavik PRESENTE

Desde su lejana y helada tierra, Sölvi Blondal, el principal compositor de los islandeses hip rockers, explica su afición futbolera y habla del poder inspirador de la Bombonera.

Por Roque Casciero
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”Ver en acción a la hinchada de Boca me devolvió las ganas de hacer canciones.” Si la frase te parece extraña, imaginatela saliendo de la boca de un músico... ¡de Islandia! Aunque suene al más afiebrado cuento de un fanático boquense, el productor, programador y compositor de Quarashi, Sölvi Blondal, afirmó una y otra vez su sentimiento bostero durante una comunicación telefónica con el No. Por eso, la banda tituló Xeneizes a su segundo álbum local y, cuando los sellos grandes se interesaron por su “punk rap”, incluyeron una canción con ese nombre en Jinx, su primer disco global. Un trabajo que dedicaron “a xeneizes y toda la hincha (sic) de Boca Juniors”, en trabajoso castellano.
La historia del fanatismo boquense de Quarashi comenzó cuando una crisis de identidad atacó a Blondal: después de publicar un álbum con la banda, no sabía si seguir adelante con la música. Entonces decidió irse de viaje, llegó a la Argentina y, con el tiempo, vio la luz en la Bombonera. “Un amigo mío había sido estudiante de intercambio en Buenos Aires, así que tenía algunas conexiones y conocía a alguna gente”, recuerda. “Y como siempre había querido aprender español, decidí ir para allá. Pero cuando llegué al aeropuerto, me di cuenta de que no sabía ni saludar en español, así que tuve que empezar de cero. Una noche salí con un amigo y nos encontramos con una pareja que me invitó a ir a un partido de Boca Juniors. Estar ahí me voló la cabeza: fue lo más loco que vi en toda mi vida. Fuimos a las populares, con los fanáticos más locos. Al principio tenía un cagazo bárbaro, pero después me di cuenta de que todos saltaban y cantaban, que todo estaba bien. Después del partido, estos chicos me invitaron a su casa y me quedé ahí dos o tres meses completamente gratis. Ellos me enseñaron todo lo que sé. Como eran fanáticos de Boca, yo también me hice fanático. Y me enamoré de la gente de allá. He viajado por todo el mundo y nunca en mi vida encontré tan buenas personas como en Buenos Aires. Gente hospitalaria y generosa. Mis amigos argentinos serán amigos de por vida. Somos hermanos por siempre (dice en español).”
–¿Seguís la campaña de Boca a la distancia?
–Sí, más que nada a través de mis amigos argentinos. A veces, cuando estamos en Estados Unidos, podemos ver algunos partidos. Por ejemplo, hace un mes, cuando Boca estuvo en Miami. Lamentablemente no se ven los partidos en Europa. ¿Sabés qué? Estuve una semana hecho pelota cuando la Argentina perdió con Suecia en el Mundial, porque Argentina es mi equipo. Soy hincha de Boca, pero principalmente soy hincha de la Selección. Vivo por ese equipo.
–¿Jugás al fútbol?
–Sí, muchísimo. De hecho, hicimos un video del tema “Malone Lips???” en el que jugamos al fútbol. Lo pasamos bárbaro grabándolo.
–Aunque en Jinx hay una canción llamada “Xeneizes”, no habla de la hinchada de Boca.
–Es cierto, porque quienes escribieron la letra nunca experimentaron lo mismo que yo en la Argentina. Lo que sucede es que yo le pongo nombre a las canciones cuando estoy componiendo la música. Y si ese nombre me gusta, queda, aunque la letra no tenga nada que ver.
–La música islandesa actual que se conoce en el mundo es la de Björk y Sigur Ros, pero Quarashi está más cerca de los Beastie Boys y Rage Against The Machine...
–Totalmente; tiene más que ver con la cultura estadounidense. De todos modos, Quarashi representa mejor lo que está sucediendo en Islandia que Björk o Sigur Ros. En Reikiavik hay muchas bandas de rock. Nosotros hemos tocado punk y rocanrol durante años. Antes de formar Quarashi éramos parte de una banda punk muy mala, pero nos fuimos porque las canciones eran desastrosas. Crecimos escuchando a Public Enemy, Rage Against The Machine, los Beastie Boys y Cypress Hill, así que nos resultó totalmente natural incorporar esas influencias a nuestra música. Todos nuestros discos favoritos son de entre 1986 y 1992, cuando el rap rock era realmentebueno. Es triste decirlo, pero la mayoría de las nuevas bandas de rap rock son muy malas.

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