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Jueves, 11 de septiembre de 2008
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No Lo Soporto presenta el disco Avión ¡un 11 de septiembre!

La insoportable levedad del ser

El quejoso trío de mujeres auspiciado por Spinetta y Cerati pretende ser la renovación dentro de la renovación. Aunque provienen del indie más bien sensible, dicen que no le tienen miedo a ningún tipo de público: “¿Por qué no le podríamos gustar a un fan de La Renga?”, dicen.

Por Juan Manuel Strassburger
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Tensión. Incertidumbre. Desconfianza. No debe ser fácil ser No Lo Soporto. Al trío de chicas que componen Naila Borensztein (en guitarra y voz), Lara Pedroso (en bajo, coros y voces) y Lucía Borensztein (batería) se las ve contentas con la salida de Avión, su demorado segundo álbum. Pero también alertas. Lo primero que quieren saber apenas se sientan frente al grabador es si a este cronista le gustó el disco. Y no se conforman con una respuesta de rigor. Quieren más. Dudan. Desconfían. “Ah, no te gustó, ¿no?”, reprochan de antemano. Y la misma tensión ocurrirá al momento de las fotos, ahí mismo, en Makena, refugio rockero en Palermo Insoportable, cuando ninguna toma parezca irles bien. “Somos muy inquietas y disconformes. Siempre estamos buscando un poco más. Nos quejamos mucho”, había avisado Lucía un rato antes. “Somos No Lo Soporto, imaginate. Empieza con el nombre...”, y el remate de la baterista viene con una sonrisa sincera que da una buena muestra de la ambivalencia de la banda: intensas y apáticas. Tímidas y sincericidas. Atractivas e insoportables.

“Somos una banda de tres chicas que hacen música. Que disfrutan de eso. Que quieren evolucionar con sus defectos y virtudes. Con sus buenos y malos momentos. Personas... como vos”, puntualiza Lara, la más incisiva de las tres, como buscando un puente de identificación –otra vez– con este cronista. O, mejor, con el mundo. Algo así como: júzguennos por lo que somos, no por lo que les parece que somos.

–¿Sienten esa mirada acusadora?

Naila: –Sí, la sentimos.

Lucía: –Igual, con ella (señala a Naila) tocamos desde los 13 años. No lo vivimos como algo repentino. Tenemos una historia en esto.

Lara: –Hay una realidad. Y es que nosotros tuvimos la suerte de que artistas como Spinetta y Cerati nos prestaran atención y les gustara nuestra música. Y el hecho de que un artista consagrado te mencione implica atención.

Y es que después de la mini fama under que produjo su homónimo debut en 2005, un sello importante se fijó en ellas y el resultado fue lo que a otras bandas alternativas (y las NLS lo son) tanto les llevó conseguir: rotar en radios y televisión. Y eso, como se sabe, despierta envidias. El mundito indie es un hervidero de egos. Y si las beneficiarias son chicas, peor. “También influyó que en la Argentina no hay muchas bandas de mujeres”, continúa Lara. “De hecho, hay pocas. Entonces, No Lo Soporto viene a ocupar un lugar totalmente vacío que quizás aceleró el proceso, mas allá de que nosotros, por supuesto, trabajamos durante años. O sea, no es que vino un productor y nos armó. Hay un trabajo de composición.”

Contra ese prejuicio luchan las canciones de Avión. Y el resultado es superador con respecto al debut. Hay coherencia en haber mantenido el audio alternativo: ese sonido crudo y siempre rendidor que reportan un bajo en primer plano a lo Pixies, una batería austera a lo Liz Phair, y varias gamas de guitarra distorsionadas que camuflan la voz entre dulce y apática. El objetivo –como en Rosario Bléfari, Juana Molina o Rosal– parece ser conseguir una belleza rara, translúcida, desinspirada; femenina por oposición al estereotipo mediático. Y las NLS lo logran con temas como Otro lado (claramente el mejor del disco, un bellísimo tema decorado con armonías vocales opacas) o frases como: “Cuando me mires, sabrás / que todo lo que brilla en mí / no es más que lo que me empaña” (del corte de difusión Nunca iré).

“Soy de prestarles mucha atención a las letras”, confirma Lara cuando se le pregunta por la procedencia de esos jirones de axiomas y oximorones que conforman la lírica de NLS. “De chica me gustaba Fiona Apple, Alanis Morissette y PJ Harvey.”

–El disco se llama Avión. ¿A qué lugar artístico les gustaría llegar?

Naila: –Al que llegamos.

Lucía: –Siempre charlamos que nos gusta la idea de no repetirnos; cada disco es un lugar distinto.

–Si el destino de su primer álbum fue el de revelación indie, ¿cuál sería el de éste?

Lara: –Este disco es un crecimiento nuestro, una satisfacción nuestra, un objetivo cumplido. Si a la gente le gusta, mucho mejor. Pero lo que queremos es sentirnos recompensados a nivel interno. Eso ya es una recompensa más que suficiente.

Las NLS hace poco tocaron en San Miguel. ¿Cómo es para una banda indie, más adepta al consumo de la Wipe que al choripán bajonero de la esquina, proponer glamour y sensibilidad en el conurbano? “En general se vuelve un poco extraño. La verdad es que No Lo Soporto no es el estilo de música más convencional”, aceptan. Sin embargo, aclaran: “Nunca tuvimos una recepción negativa, de esas heavies”. Y cuentan: “Hace dos años tocamos en un festival de la primavera en La Plata, y antes de nosotros tocó una banda que también es del circuito alternativo y les tiraron botellazos. Después subimos nosotros, que también hacemos un estilo raro y diferente, y nada, nos escucharon bien, nos aplaudieron, pidieron otra. Buena onda”, remarca Lara, orgullosa.

–¿Les interesa llegar al chabón que escucha La Renga?

Lucía: –Sí, queremos llegar a todos los circuitos.

Naila: –Tampoco hay que ser prejuiciosa. ¿Por qué no le podría gustar a un fan de La Renga? De hecho, sí. Mejor. Que deje de escuchar esa música y no a nosotros (se ríe, y enseguida aclara). Y esto no es un palo para La Renga, eh.

En una divertida entrevista de hace un año para el suplemento Las/12 de este diario, las NLS decían: “Si fuese por nosotras, estaríamos en el escenario así, como ahora, sentadas y nada más. ¡Es un esfuerzo para nosotras dar un show!”. ¿Les sigue pasando lo mismo? “Sí, porque somos tímidas. No somos muy showman. Es algo que no nos sale de manera natural”, reconoce Lucía.

Naila: –Nos concentramos mucho en la música. Y estamos tan pendientes de eso que por ahí nos cuesta...

–¿Y lo viven bien eso?

Lara: –Mirá, la otra vez tocamos en Radio Nacional y por primera vez hice aplaudir a la gente. Eramos, no sé, 20 personas. Y estuvo muy bueno. Como que también es un miedo que muchos artistas tenemos con el público. A mí me pasa que voy a ver un show de bandas under y ni ahí tienen el contacto con el público de la forma que lo tiene Julieta Venegas, por ejemplo, que la fui a ver y yo, que soy la más apática, de repente me encontré aplaudiendo, clap clap (hace el gesto), y pasándola bien. Llega un punto en que te entregás a pasarla bien.

–Pero digamos que la cultura indie siempre tuvo una mirada algo desdeñosa de los que lograban hacer aplaudir...

Naila: –Depende de cómo lo plantees. Al público under le re cabe hacerlo aplaudir.

Lucía: –Igual yo, cuando voy a ver un show, no voy a divertirme, o a hacer pogo, o a sentir que estoy en la cancha. Voy a escuchar música. Entonces, si la música está buena, no me importa lo que estoy viendo en el escenario. Pero, bueno, es obvio que ésa no es la idea de la mayoría de la gente.

–¿Les interesaría alcanzar esa energía en vivo?

Naila: –Sí, queremos eso.

Lara: –¡Queremos hacer aplaudir a la gente!

* No Lo Soporto presenta Avión hoy, 11 de septiembre, en La Trastienda, Balcarce 460. A las 20.30.

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