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Jueves, 3 de septiembre de 2009
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De a 1 en el Konex

Get up, stand up

LOS CREADORES DE ESTE STAND UP DICEN QUE EL GENERO GANA TERRENO EN LA ESCENA UNDER PORTEÑA.

Por Sebastián Ackerman
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El stand up, poco a poco, comienza a afianzarse en estas tierras. Y cada grupo le da su toque autóctono, su particularidad que hace que ir a verlos sea más que un tipo parado hablando solo en el escenario. En De a 1 ese plus se da en una presentación grupal, en la que Diego Scott justifica que el show es más que una visión jocosa sobre lo cotidiano, porque “para cotidiano me tomo un vaso de soda en la cocina”, y en sketches colectivos, cosa poco común en el formato tradicional. En su tercer año consecutivo, Scott le cuenta al NO que “esto es De a 1 tres, pero en vez de 3 le pusimos Cachivache. No sé por qué...”, duda, y Cabito corrige: “Sí sabemos: bailamos, hacemos teatro negro... ¡somos unos cachivaches!”.

El nombre del espectáculo hace referencia al stand up comedy, estilo de comedia creado en Estados Unidos en el cual el comediante está sobre el escenario solo con un micrófono. Ya con algunos años de recorrido por estas pampas (donde de hecho se pueden encontrar varios espectáculos y cursos que prometen dominar el género en poco tiempo), De a 1 ofrece “algo más” que el clásico monólogo de humor: a los números de Scott, Cabito, Pablo Fabregas, Natalia Carulias y Fernando Sanjiao el grupo le suma una presentación particular del espectáculo y tres sketches, en los que satirizan una sesión de psicoanálisis, cuentan una historia de amor en teatro negro y bailan en una disco de los ‘80.

Para Scott, el éxito de este tipo de comedia viene de la mano del humor con la cotidianidad, “una identificación que acá no estaba muy explotada”, analiza. “El stand up es la versión teatral más elaborada de la comedia de identificación, de las comedias costumbristas de la tarde del 13. Identificación y... otra palabra que no me sale”, piensa, y Cabito lo interpreta: “Empatía. Porque muchos comentarios del público son que se ríen de algo y dicen ‘sí, tal cual’ o ‘a mí me pasó’...” Y opciones para identificarse hay: los monólogos hablan de la relación entre la pareja, el deporte y los amigos; los videojuegos y la timidez para relacionarse; el sexo; las manías femeninas y su obligación de ser madres (casi) sin importar cómo lo logren. “Es la explicitación de reírse de las cosas que pasan sin que tenga que ver con el monólogo político, o de lo que había en las revistas”, diferencia Scott.

Ambos rescatan que, más allá de la apariencia de simplicidad que tiene el stand up, lleva mucho trabajo elaborar un número. “Parece algo simple cuando en realidad no lo es. Son cosas cotidianas, pero hay que trabajar el chiste y ver cuál es la mejor forma para armarlo”, explica Scott, y Cabito lo pone en números: en un monólogo de 15 minutos, un chiste “en promedio lo resolvés en 10 segundos. ¡Hay que escribir un montón! Y la única forma de probarlo es con la gente”, ata Cabito.

De a 1 se presenta los viernes y sábados a las 23 en la Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131.

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