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Jueves, 17 de diciembre de 2009
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La Vela Puerca repasa 14 años de trayectoria

EL ROCK BUQUEBUS

La banda uruguaya presentará este sábado Normalmente anormal, una compilación de un disco en directo, un DVD documental y un EP con contenido extra. “Algunas canciones son como un forúnculo en el orto”, le dicen al NO, después de tres años sin dar notas en medios gráficos.

Por Luis Paz

Es diciembre de 1995 y La Vela Puerca se prepara para dar su primer show en Pocitos, Uruguay. Minutos antes de salir al escenario, el saxofonista Carlos Quijano apoya su botella de cerveza en el piso, se despega de su asiento, pone su instrumento —el saxo tenor, malpensados— sobre la mesa, da media vuelta y encara hacia afuera.

—¿Adónde vas? —le reclaman sus compañeros de banda, atemorizados de que a Carlos le haya dado pánico escénico y esté a punto de emprender una fuga.

—Ya vengo, voy al kiosco —es toda la respuesta.

Parece el viejo truco del marido que se va “a comprar puchos” y jamás regresa. Pero no. Carlos vuelve al rato con un TDK en la mano e insta a los demás puercos: “Vamos a grabar el concierto, que es el primero y puede ser el último y quiero poder decirles a mis hijos que papá tocó en vivo alguna vez”. No hay razón para no acceder y el casete gira.


VOLVER AL FUTURO

Es diciembre de 2009 y, en un quincho-terraza de Buenos Aires, el vocalista Sebastián “Enano” Cebreiro, el trompetista Alejandro Picone y el guitarrista Santiago Butler —nada que ver con Andy Butler de Hercules & Love Affair— se suman a la charla entre Carlos y el NO.

Recuerdan cómo ganaron, con ese modesto TDK y con una inscripción “de incógnito”, el concurso Generación ‘96, por el que la Intendencia de Montevideo premiaría a una banda con dinero. Recuperan cómo, con esos pesos uruguayos, grabaron su debut independiente, Deskarado. Cómo, después, el sello indie Obligado Records se interesó en ellos y les acercó a Claudio Taddei como productor. Después, simplemente se dejan ir y charlan sobre el pasado, el presente y el futuro de la banda.

“Me sorprende que sigamos actuando de la misma manera que entonces y que ese impulso de Carlos por registrar el primer recital siga dando resultados hoy y terminando en esto que tenemos acá.” El Enano se refiere al flamante y bien presentado box Normalmente anormal (La Vela Puerca 1995-2009), una compilación de un disco en directo, un DVD documental y un EP con contenido extra, en vivo en Estudios Sondor.

El lector online del NO podrá abrir una nueva pestaña, escribir http://www.youtube.com/velapuercavideos y acceder al trailer del DVD. Mientras carga, Santiago sigue contando: “Hace dos años cayó un amigo y nos dijo que tenía digitalizado el primer concierto de diciembre del ‘95 en Pocitos, donde aparecen el Enano cantando y tocando la bata, nuestros familiares y amigos, las novias del momento, todos cagándonos de risa y muy, muy pendejos”. Ya deben haber cargado los primeros segundos del trailer. Pase y vea lo que Santi cuenta, ya seguimos.

PAUSA

¿Listo? Continuamos entonces con la retrospección del Enano, carismático vocalista que junto a Sebastián Teysera se reparte la faena de agitar público en cada recital de la siempre ascendente banda uruguaya: “Imaginate la inconciencia que teníamos en ese momento sobre lo que podía llegar a pasar que cuando terminó ese primer concierto me acerqué a la cámara y dije nunca vuelvas a ver esto. Catorce años después, está acá”. Ninguno puede dejar de referirse, mirar y señalar la caja naranja, gris y negra que descansa sobre una mochila, al lado del grabador y entre botellas vacías. Se los ve ligeramente conmovidos, tenuemente pacificados y jodidamente alegres por el “sueño realizado”.

Un sueño al que volverán a entregarse este sábado, cuando en el microestadio Malvinas Argentinas vuelvan a presentar sus canciones y den la bienvenida oficial a Normalmente anormal. “Ver este documental fue encontrar una historia distinta a la que tengo en mi cabeza, que tal vez no sea ni fiel ni justa del todo. Fijate que el Enano aparece cargando los equipos a la camioneta cuando ¡nunca lo hizo!”, denuncia Carlos y las risas escapan de las comisuras junto al humo tabacalero.

—Pero está filmado, alguna vez lo habrá hecho. ¿O no será que los recuerdos se desvirtúan con el paso del tiempo?

Enano: —¿Viste cuando te escuchás por primera vez cantando en un tema y te da vergüenza? Esto es lo mismo, pero potenciado por la imagen. Más bien que hay muchas cosas que no recordamos bien cómo pasaron, ése es el gran logro de Agustín (Ferrando Trenchi, el director): haber rearmado una historia que ni siquiera nosotros teníamos clara.

Santiago: —Lo mejor es que encontró qué contar. Porque así como somos nosotros los que sacamos este documental, pudo haber sido otra banda. Pero el Porno (como llaman a Trenchi) encontró cosas surreales que están buenas para contar. De última, tanta vergüenza no pasamos.

Enano: —Siempre quisimos hacer un DVD, pero creemos que sin una historia que contar era al pedo, no queríamos otro DVD de un show.

CATORCE

“Nuestros inicios, la cruzada a Argentina, la primera gira por Europa, esos son los principales momentos de estos 14 años que ordenan al DVD”, explica Santiago. ¿Cómo hacer para tener en orden todo ese registro de más de cinco mil (¡!) días de vida? “Hay un documento excel buenísimo que armamos con el archivo de videos, fotos y notas”, se divierte Carlos.

Para Santiago, otro aspecto positivo de Normalmente anormal es que no los retrata “como súper estrellas ni como grandes músicos”, sino que es “genuino” en mostrar frustraciones, discusiones, miedos, alegrías, obsesiones e imposibilidades. Dice el Enano: “Eso engancha con que no hay nada sobregrabado en el disco en vivo. Es lo que es, con desafines y pifies, de todo corazón. No hay un tuneo de nada”. E hipotetiza Carlos: “Lo más fácil habría sido sacar un DVD en vivo con un show, de hecho el Ferro de 2007 lo grabamos con esa intención, hasta que llegó Agustín y le buscamos la vuelta”.

—Mejor así y que no se trate de otro DVD en vivo sin mucho aporte...

Enano: —Totalmente, tenemos una historia interesante para contar desde este lado del mundo, que no sería novedosa para nada si fuéramos una banda de Europa. Los Killers hacen lo que hacemos en el DVD a cada rato, pero para nosotros fue surrealista todo: tocar en Alemania, la Gira Ibérica. De pronto una banda surge ahora y a los dos años saca un disco con un DVD, pero aunque siempre quisimos, necesitábamos encontrar la historia que contar, como en el cine, ¿entendés?

—Claro. Y en su caso no se trata de una banda con dos años de laburo. Pero son 14, ni 10 ni 15, ¿no aguantaban a llegar al número redondo?

Carlos: —¡Por suerte no lo hicimos a los 13 años!

Enano: —La Vela Puerca nunca fue comercialmente correcta: ahora vamos a sacar el DVD y a tomarnos una impasse de cuatro o cinco meses.

Carlos: —¿No quedamos en cuatro?

Enano: —Bueno, dale, seis.

Luego de las risas cruzadas y un par de comentarios del tipo “dale, boludo, jate e’ jodé”, Santiago retoma la explicación sobre el parate que se avecina: “Vamos a aflojar aunque ya haya ideas para grabar, porque venimos de mucho laburo y hacer este DVD nos llevó dos años, entre la selección de las imágenes, las tomas en vivo, el material que grabamos en Sondor. Volveremos para demear un disco nuevo, porque te cansa tocar siempre lo mismo y como personas necesitamos algo nuevo”. Con timidez, Alejandro arriesga: “Bueno, siempre nos juntamos para hacer los discos, capaz algo nuevo sería separarnos para hacer un disco”. El clima vuelve a distenderse, la charla se pierde entre espirales y volutas. Pasa un rato.

AVANT PREMIÈRE

“Elegir qué temas poner en el disco te lleva a otro lugar, es recrearlas y airearlas”, propone el Enano. Para Normalmente anormal, no hubo muchas opciones sobre las que elegir: además del EP con inéditos, el disco en directo resume sus presentaciones en Ferro y en Montevideo en ‘07, para la presentación de El impulso en ambas orillas del Río de la Plata. “Fueron dos opciones, o la de Buenos Aires o la de Montevideo. De por sí, las tomas de audio eran distintas en ambos, pero nos chupó un huevo elegir la canción que no estaba del todo bien tocada para valorizar la empatía con el público. Es un disco en vivo, incluso el EP, querés escuchar y ver esa empatía cuando se trata de un en vivo.”

Prácticamente desde aquellas ocasiones en que no se los veía relacionados con la prensa. Un poco por el trajín de seleccionar audios, imágenes, fotos e informaciones a incluir en la obra nueva, otro poco por cansancio y estrechez de tiempos. Por eso, tal vez, les cueste volver al eje de la conversación o se pierdan en reflexiones circulares. Tal vez sea eso o que están “realmente cagados” con la première del DVD documental en Buenos Aires, que ocurrirá la tarde de la entrevista. “Ya lo mostramos en Montevideo, pero fue una cosa muy familiar y de amigos, como esas reuniones de ex alumnos. En Uruguay la gente es más tranquila, le gusta estar en su casa. Acá nos imaginamos que va a ser un quilombo”, compara Carlos.

Tal vez hoy vean distinto el quilombo. Es, básicamente, el concepto que más repiten: cómo entregarse a la factura de Normalmente anormal cambió su mirada del pasado, su estado en el presente y sus horizontes futuros. “Cuando pasa el tiempo las cosas se valorizan como realmente deben hacerlo. No por haber hecho algo recién es mejor”, concluye Santiago.

—Todo lo que ofrecen acá es material con una perspectiva ya construida

Santiago: —No hay nada que acabemos de hacer para esta caja. Lo último, que fue el vivo en Estudios Sondor, fue en marzo. Nada está sobrevalorado porque recién haya pasado y eso me encanta. Está lo que tiene que estar por el peso que realmente tiene en esta historia, para uno y para la gente.

NEGOCIOS PUERCOS

En algún punto, toda compilación o registro en directo acaba siendo la mesa de negociación entre el artista y su público. Y La Vela Puerca entiende que, muchas veces, más allá de las intenciones y las búsquedas musicales, se debe presentar una actitud conciliatoria. “Está esa relación de no te quiero ver nunca más, te extraño, te quiero tocar de nuevo con las canciones —señala Sebastián—. Con las canciones pasa como con las ex novias, que cuando te las reencontrás te arrastran muchos recuerdos, desde todo punto de vista: olores, cómo estabas esa semana, lugares, caras.”

Una de las frases más contundentes, y que un silencio más denso genera en la charla, llega pegada: “Cantar una canción, para el que la compone, es siempre un viaje al pasado”, poetiza el Enano.

—¿Y al traerlas de vuelta, no están en desacuerdo con ninguna?

Enano: —No. Hay momentos en que alguna canción no encaja con la energía del momento de la banda, pero la tenés que tocar. Podés hacerte el no la toco, como hicimos con El Viejo cuando nos aburrió, pero no es lo más justo para la gente.

—Pero ustedes, todos los músicos, son a la vez su propio público y en eso tienen el mismo voto que la gente...

Enano: —Sí, la verdad que algunas canciones son como un forúnculo en el orto dentro del show. Venís todo bien, llegás a una canción que no querés tocar, pensás ‘qué embole’ y seguís. La podríamos saltear, pero la hacemos igual. Es una balanza. Todo esto, en definitiva, es una gran democracia.

—¿En la que el público es la primera minoría?

Enano: —Más bien la gran mayoría. Sobre todo ahora, con internet y tantos foros, que en todo momento podés saber qué quieren escuchar, tenemos que estar atentos a lo que ellos quieren. Igual, capaz nos ponemos a escuchar cosas viejas y decimos ‘¡faaaaah, estaba buena!’ y la sumamos al show.

UNA VELA CALIENTE (Y VALIENTE)

Normalmente anormal empezó con una valentía, con un “a ver qué pasa”. Fue plantearse a sí mismos si querían que se les “movieran los árboles o no”. No hacen falta las caricias entre las hojas para escuchar el ruido que La Vela Puerca hizo en su carrera. “Nunca más nos va a pasar de tener una relación, como banda, de crecer con la gente tanto en Uruguay como en Argentina, a la vez. En el ‘95 nacimos y en el ‘99 estábamos acá. Fue un crecimiento simultáneo en los dos lugares y es muy difícil que eso nos vuelva a pasar en cualquier otro lado”, reconoce el Enano entre un pucho y otro.

—Es claro el cariño por Argentina: en el disco en directo, más de la mitad es del show en Ferro...

Enano: —Tenemos una relación muy estrecha con Buenos Aires. Me acuerdo de hablar con Gustavo Santaolalla y que nos dijera que teníamos que venirnos a vivir acá.

—¿Por qué no?

Enano: —Teníamos 22 entonces pero, curiosamente, no era decir ‘chau, ma, me voy a Buenos Aires’, algunos ya tenían hijos. Supimos que iba a ser remar el doble, porque en Uruguay no existía el circuito que acá sí, pero valió la pena seguir viviendo en Montevideo, pagarnos los pasajes y venir a dormir en los escenarios. Allá el rock es como un hongo que sale en un lado y entonces todas las bandas tocan ahí, después cierra y las bandas se mudan, y así no existe un verdadero circuito para las bandas.

—¿No habrá sido esa represión, sumada a sus ganas, lo que los sacó al sol?

Santiago: —Fueron 14 años muy intensos donde sin ganas no habríamos logrado nada. En la primera gira europea estuvimos 70 días y dimos sesenta y pico de conciertos, laburamos con 56 sonidistas para tocar en 56 boliches, paramos en muchos hoteles..., volvimos a Montevideo con el disco duro repleto y empezamos a movernos para no estancarnos en sus falencias. Por eso es que creemos que Normalmente anormal es una obra en sí misma y no sólo una compilación: es la historia de una banda sudamericana, que debe trabajar el triple.

—Para ganar la tercera parte...

Santiago: —Por eso se llama Tercer Mundo: tres, tres, tres...

—”333”, ¿o sea que los sudamericanos somos medio bestias?

Enano: —(Risas) Es totalmente probable. Lo que me parece una verdadera bestialidad es todo el viaje hacia atrás del DVD y poder ahora seguir viajando sin esa confusión de “cómo mierda llegamos acá”. Ahora está.

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