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El sorteo de los rivales de la Selecci贸n Argentina en el Mundial de Sud谩frica dio como para confiarse: ni nigerianos, ni griegos, ni surcoreanos parecen tener demasiado poder de fuego. Los que s铆 revelaron tener un gran poder de fuego son los presuntos separatistas de la regi贸n petrolera de Cabinda, en Angola: cagaron a tiros al micro de la selecci贸n de Togo, que estaba disputando la Copa Africa, en un 鈥渃onfuso episodio鈥 (especialmente confuso, si se alude a 茅l sentado desde una computadora en Buenos Aires, a 8 mil kil贸metros del lugar de los hechos, sin m谩s fuentes que Yahoo News) en el que murieron tres integrantes de la delegaci贸n togolesa, y hubo nueve heridos, ninguno de ellos jugador. Es cierto que Angola y Sud谩frica son distintos escenarios, y que probablemente las medidas de seguridad dispuestas por la FIFA no sean las mismas para un torneo en el que compitan europeos y americanos, que para otro campeonato en el que 鈥渟贸lo鈥 participan africanos. Pero la idea de prevenir tiroteos鈥揷ometidos-por-milicias-separatistas-petroleras no entra en los videos de ning煤n DT, ni siquiera en los de entrenadores obsesivos e hiperprevisores como Marcelo Bielsa.
Meses antes de este tiroteo (sin dudas, la peor derrota de Togo en suelo angole帽o en todo el historial organizativo de la FIFA), asesores en seguridad de la selecci贸n de Alemania recomendaban que los futbolistas alemanes usaran chaleco antibalas durante su estad铆a en Sud谩frica. No aclaraban si la protecci贸n deb铆a usarse s贸lo para salir de la concentraci贸n, o tambi茅n para entrenar, descansar o hasta para jugar los partidos, en cuyo caso podr铆a volverse un arma de doble filo: lo que gan谩s en seguridad, lo perd茅s en movilidad. Si a algunos futbolistas ya les cuesta gambetear sin chaleco antibalas, seguramente les ser铆a casi imposible hacerlo desde dentro de una armadura. Incluso daba lugar a que un rival protestara el partido y argumentara 鈥渧entaja deportiva鈥; esa famosa 鈥減rotecci贸n extra鈥 que en los Mundiales parecen tener los alemanes y otras selecciones fuertes.
Por suerte, el sabio discurso futbolero podr谩 aclarar los tantos con toda clase de m谩ximas, como 鈥淏alas que pican cerca鈥, 鈥淗oy todo se ha emparejado y cualquiera puede balear a cualquiera鈥, 鈥淓so no es fair play鈥, 鈥淎ngola hizo sentir la local铆a鈥 o 鈥淯n equipo que les pone el pecho a las balas鈥. La opci贸n m谩s interesante ser铆a la alfiobasileana invocaci贸n a que 鈥渟e perdieron los c贸digos del f煤tbol鈥. Dir铆ase: 鈥淓stos tipos no respetan nada, no son capaces de dejar sus conflictos inter茅tnico-pol铆tico-religioso鈥損etrolero-tribales siquiera a la hora del partido鈥. Pero es un hecho cient铆fico: hasta un gol de rabona contra Brasil en la final del mundo te parece poco importante cuando est谩s en medio de un tiroteo.
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