No se sabe si fue ese oscuro objeto del deseo o la incoherencia propia de la crisis lo que lo provoc贸, pero el S贸nar ser谩 sin duda la gran diva de los festivales musicales de la temporada primavera-verano 2012 en este lado del charco. A pesar de que los augurios no eran los mejores, sobre todo por la ca铆da de asistencia en el reciente San Miguel Primavera Sound catal谩n y la sorpresiva cancelaci贸n del Glastonbury ingl茅s, el m谩ximo encuentro de vanguardias sonoras y nuevas tecnolog铆as aplicadas al arte de Espa帽a rompi贸 su record de asistencia: 98 mil espectadores, superando por casi 20 mil a los de la edici贸n pasada. Ni siquiera la Eurocopa que se desarrolla en este momento, y en la que La Roja defiende el t铆tulo obtenido en Austria-Suiza, le sac贸 brillo a la relevancia del evento que convirti贸 una vez m谩s a Barcelona, entre el 14 y el 16 de junio, en la capital mundial del beat. Y es que el 煤nico lugar en el que Rooney, Iniesta o Cristiano Ronaldo pueden ser opacados por la delantera constituida por New Order y Fatboy Slim, debutantes en el reci茅n ultimado festejo, es en este inframundo del jolgorio. Si no que lo diga el jovenc铆simo DJ Eltron John, el polaco del programa, quien ante la pregunta del NO de d贸nde hubiera preferido estar durante esos d铆as, espet贸: 鈥淣i en pedo me pierdo esto鈥.
Al igual que en sus cap铆tulos anteriores, la decimonovena encarnaci贸n del S贸nar se reparti贸 en tres jornadas en el d铆a, en el Centre de Cultura Contempor脿nia de Barcelona y el Museo de Arte Contempor谩neo de la capital catalana (aunados por una misma plaza en la que se distribuyeron cuatro escenarios), e id茅ntico n煤mero de fechas en la noche, en la Fira Gran Via, un inmenso predio ferial (similar a un hangar de aviones, y cuyas divisiones sirvieron para instalar varias pistas de baile que esta vez no dieron abasto) postrado en la vecina ciudad de Hospitalet de Llobregat. Adem谩s, la grilla, erigida por 150 actos de todas partes del mundo (Argentina se qued贸 sin representaci贸n), altern贸 entre los t贸tem de la pista de baile con una nueva progenie de artistas educada durante el bombardeo hi tech de los dos 煤ltimos lustros. 驴Pero qu茅 fue lo que torn贸 al festival en un modelo a seguir para otras celebraciones musicales? Ricard Robles, uno de los tres directores del espect谩culo, achaca el 茅xito al reemplazo de un concierto inaugural para 2000 personas por una noche para 10 mil, y el acercamiento de un p煤blico extranjero proveniente de pa铆ses que se acaban de incorporar en el mercado de la m煤sica independiente, como los de la Europa del Este, Singapur y Australia.
A partir del mediod铆a sal铆a a relucir el envidiable estado f铆sico o an铆mico de los barderos de ley, siempre locos por el baile, y de los coquetos sintonizados con el look del verano (sombrero panam谩, camisa a cuadros cerrada desde arriba, bermudas de jean arremangadas y alpargatas argentinas a lo Palermo Soho), mientras que en la trastienda del S贸nar diurno las estrellas del beat desfilaban por la alfombra verde del VIP, por negocios o por mero lobby. Esto suced铆a al tiempo que se ejecutaba el SonarPro, mercado musical en el que los noveles empresarios recib铆an asesor铆a de parte de los creadores de festivales ascendentes, se presentaban chiches electr贸nicos de sonidos y formas ins贸litas, el director de la nueva pel铆cula de los Chemical Brothers daba una charla o una internacional de hackers, en la actividad Music Hack Day, desarrollaba en 24 horas aplicaciones sonoras para proyectos online, celulares, software y hardware. Y al caer la tarde, los que pudieron hacerse de las entradas para la noche, que se hab铆an agotado semanas antes, prendidos en fuego e insolados se enfilaban en el bondi para todos que ofreci贸 la organizaci贸n hacia una larga celebraci贸n que enarbolaba como consigna t谩cita sobrevivir hasta rendirse a los pies de Dioniso.
El S贸nar 2012 se aboc贸 a reflejar las tendencias musicales imperantes, como la evoluci贸n del hip hop a trav茅s de sus hibridaciones con la electr贸nica y el rock. De la oferta deslumbr贸 la propuesta abstracta de Flying Lotus, alias de Steven Ellison, sobrino-nieto de Alice Coltrane; la vigencia de Amon Tobin con una puesta de ciencia ficci贸n; el fabuloso desconcierto que provoca The Roots al canjear el imaginario villero del g茅nero por uno plagado de educaci贸n y buen gusto, y el estreno de esa suerte de dream team con tintes de electro y rap old school que articularon Jamie Lidell, DJ Shiftee, Tim Exile, Mr. Jimmy y Jeremy Ellis con el laboratorio Mostly Robot. Tambi茅n qued贸 en evidencia el momento dulce que atraviesa el pop electr贸nico, gracias al ingenio de los daneses When Saints Go Machine, el onirismo de los canadienses Austra y el refinamiento de dos agrupaciones brit谩nicas que ya pasaron por Buenos Aires: Metronomy y Friendly Fires. Aparte, sin 谩nimos revisionistas sino revitalizadores, el S贸nar, que en abril inaugur贸 una extensi贸n en San Pablo, llam贸 la atenci贸n sobre el emerger del house. Y para ello invoc贸 a la sensaci贸n Totally Enormous Extinct Dinousaurs, los hiteros Azari & IIII y el naciente reinado de Maya Jane Coles.
Este episodio sirvi贸 asimismo para la consolidaci贸n del enfant terrible de la electr贸nica, Nicolas Jaar, develando su inagotable talento tanto con su proyecto solista como con el d煤o Darkside. Si en algo coincide este neoyorquino de ascendencia chilena con los legendarios alemanes de Mouse on Mars, que se mandaron un show para el recuerdo, es en su af谩n de demostrar que la pista de baile es a煤n un espacio id贸neo para experimentar, aunque sin extirpar su semblante entretenido. Lo mismo que captaron deadmau5 y el s茅quito de fans que llegaron a la Fira con sus cabezas de rat贸n artesanales, otro de los grandes performances de este decimonoveno apartado, de la misma forma que el de Hot Chip, el b贸lido del dance que por fin dio el brinco hacia lides espaciales. En la foto familiar de esta cumbre anual hay que esperar a Die Antwoord, si es que se anima a posar. El tr铆o sudafricano, en el medio del hip hop y la rave, y en un incomprensible afrik谩ner, se mueve entre lo pol铆tico y la provocaci贸n. Nada menos que aplastante. Las dudas las dejaron Lana del Rey tratando de sacarse la pel铆cula de Disney para probar que es de verdad, y John Paul Jones (s铆, el ex Led Zeppelin) en su faceta ruidista con los noruegos Supersilent. Y es que de todo hay en la vi帽a del Se帽or.
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