Jueves, 19 de diciembre de 2013

Por Luis Paz

Llegando ya a las humedecidas migas del fondo, la mano que entra en el paquete de 2013 retira una papafrita que, en lugar de tener el rostro de Jesucristo, lleva impresa una fecha: 17 de mayo. Alrededor de las 8.30 de esa mañana murió el dictador Jorge Videla. Y husos horarios mediante, como primer tallo de un rizoma pop que acabó con Get Lucky como audioMEME más explosivo y multiplicador de versiones caca (categoría en la que se apunta la de Agapornis), aparecía en bateas australianas el nuevo disco de Daft Punk, Random Access Memories, el hecho cultural que más apoyo consiguió en la encuesta 2013 de este suplemento. Lo que lo determinó CD internacional más memorable del año, por encima de los de David Bowie y Arctic Monkeys.

Preferido por boy scouts de la música poco ortodoxa, como Sr. Tomate o Tantra; cancionistas (Leo García, Pablo Montiel); power tríos (Científicos del Palo) y combos electropop (Le Premier Enfant), la vuelta de los primos partuzeros de R2D2 implicó un homenaje blanco, afrancesado y post-cambio de siglo al esplendor del disco yanqui y negro. Cual camello, RAM es un disco estable que tiene en Get Lucky y Giorgio by Moroder un par de jorobas como para eyectar al firmamento aquello de “alza las manos, menea la cola”.

Incluso en su retraso madurativo (se trata de un disco de memorabilia del que fue “sonido negro del futuro”... en el ‘75) y filoso aún en sus desniveles, el álbum también elegido por Crema del Cielo, Resumen Porteño, Mariana Päraway, Un Día Perfecto para el Pez Banana y Entre Perros acabó el año musicalizando muestras de danza jazz y fiestas de copetudos, paseos en quinta por la ruta y viajes en bondi para rendir finales. En ese plan, el gusto popular anuló toda incidencia vanguardista: si Yeezus, de Kanye West, es ponderado como disco del año por toda la crítica autoproclamada bienoyente, a los músicos de acá no les importó ese Jesús con barba falsa.

Al igual que el voto clamor a Daft Punk, el aportado a The Next Day de Bowie admite gusto por la novedad tanto como defensa (no pedida por nadie) al héroe: aunque no se los haya escuchado, en estos comicios siempre habrá lugar para discos de Jagger, Waters o Paul (pero no así para Johnny Marr, por caso). En cambio, los también ocho votos que apuntalan AM, el disco amanecido de Arctic Monkeys, podrían indicar un apoyo moderado al plan “estamos cada vez más yanquis, adultos y embolados” del otrora indomable e intrépido grupo brit. Una batea despareja ocupó la tercera línea: Queens of the Stone Age bajó un cambio y cagó el embrague en ... Like Clockwork, Mala Rodríguez agitó en Bruja, Black Sabbath volvió sin mufa ni suerte con 13, Depeche Mode y The Strokes no aportaron nada a la maquinaria del rock con Delta Machine y Comedown Machine, McCartney se rodeó de productores para New y Deerhunter volvió a limar con Monomania. Ninguno de estos diez discos del podio fue obra de una banda o solista con menos de diez años.

* Ganadores anteriores: The 2nd Law (Muse, 2012), Wasting Light (Foo Fighters, 2011), Plastic Beach (Gorillaz, 2010).

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