Página/12 :: no :: El buen totalitario

Una pulsación latinoamericana se ostenta fuerte en Empezaremos por los horizontes, último trabajo de Ese Perro. Fue crucial la gira de 2012 en la que recorrieron Argentina, Chile, Ecuador y Perú, que devolvió a la banda capitalina regada del son tradicional y popular. Aunque no suene una cumbia o un carnavalito, la estela folklórica se filtra en las melodías de los teclados, presentes en las diez canciones. En Un piano, que abre el disco, se escucha un canto tribal que enumera todas las cosas universales que pueden unirse en una. Metafísica o Gestalt, el todo es mayor que la suma de sus partes, y volver a la naturaleza siempre es un aliciente para las preguntas existenciales. “Somos todo lo que nos rodea, por más que tengamos esta forma. Por eso el primer tema arranca con esa presencia y dice: ‘Soy un grillo, soy un piano, soy manantial”, dice Bruno Chattás, cantante.

Así se dieron cuenta de que ellos, a la vez, son todos los países latinoamericanos, por más que la historia hable de los ancestros europeos. El espíritu precolombino se extiende en la particularidad que nombra el cantante, de ser el todo en vez de parte. “Se nota que somos de acá, tenemos el afecto con el otro y esa calidez humana. En la gira nos dimos cuenta de eso y fue una excelente noticia”, cuenta Chattás. Para cerrar la cuestión folklórica, invitaron a cantar a Mariana Baraj, que sumó cualitativamente y confirmó el designio en La cárcel.

Las canciones fueron compuestas durante el viaje bisagra. Así aparece Guápulo, cantada por el tecladista Rocco Aguado, responsable de llevar el sonido pop y electrónico emergente de los ritmos tradicionales. A Guápulo, barrio tradicional de Quito apostado sobre una meseta, llegaron mediante recomendaciones. “Lo que pasa en ese barrio alto en el cual te dan un café caliente con alcohol y canela, y la gente se pone a bailar y a cantar, puede resultar raro para turistas. Nosotros por ahí estamos acostumbrados porque somos cachengueros. Pero para los de afuera esa conexión puede ser mágica y la envidia de los que no pertenecen a eso”, dice Bruno.

Empezaremos por los horizontes, frase que se desprende de esa especie de manifiesto que escribió Arthur Rimbaud, refiere a la continuación de algo que se abandonó. Como si la muerte no existiera y la vida fuera un destino nuevo cada vez que se sale a la ruta. “Refleja una ideología con respecto al arte: tratar de hacer cosas donde otros abandonaron y continuar hacia algo nuevo, sin repetir el camino. Esa ideología la descubrimos en la gira. La forma de composición del disco fue empezar cada día desde un lugar nuevo y hacia una dirección desconocida”, cuenta. Acorde con ese plan trabajaron la tapa con Matías Fernández: blanca, minimalista, elegante, para que la continúe e intervenga cualquier persona. Y así, cada tapa sería distinta.

Si en Las partes (2011), su anterior y primer disco producido por Lucas Hernández (Cuentos Borgeanos) y Agustín Rocino (Catupecu Machu), con hits bailables y hasta bolicheros, predominaba la influencia de Babasónicos, de éste se desprende Café Tacvba, otros artistas admirados por Ese Perro, además de Radiohead, Gorillaz y Cerati. “Nos salió así, como algo que tiene más tierra. Y por ahí con eso nos sentimos identificados con Café Tacvba, que hacen un tema pop como puede ser Olita de altamar que tiene electrónica, pop y rock, pero a la vez es re mexicano o peruano. Nos gusta esa influencia estilística.” Producido por Abril Sosa, Empezaremos por los horizontes es un disco para continuar con la escucha de Ese Perro y entender que es otra cosa nueva, pero a la vez la continuidad de una banda porteña que giró por Latinoamérica y fue el todo con el pulso precolombino.

* Jueves 12 de junio en Samsung Studio, Pasaje 5 de Julio 444. A las 20.

Vuelve Ese Perro, sin arrepentimientos

El buen totalitario

Tras girar por Latinoamérica, el combo rasqueteó entre la tierra y sacó un disco basado en que todo es posible y que todos somos todo, todo el tiempo.