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Arranca la joda. Un barbudo jetón deja caer un pedo delante de la nariz de la novia de Neymar. El muy jodido filma la situación, la sube al ciberespacio, engorda el contador de visitas y deviene en la postal de este Mundial: cualquier mierda se vuelve viral. Para sumarle pornografía al asunto, el director de transmisión olvidó ponchar al flaco del exoesqueleto pero nunca la pifió en diosas multicolores o en niños llorando. Y si bien el gesto de Cristiano Ronaldo mirando de refilón las cámaras se acabó pronto, la velocidad de las capturas del tripantalla entregó delicias –oh, las colombianas– pero, mucho más, un cuestionamiento: ¿por qué los que van perdiendo y salen en la tele se alegran? Como sea: clic, a la nube.
¿Un Twitter? @AleSabellaDT, la mejor cuenta fake hecha en años que fue, también, una bitácora de viaje. Esa posteridad barata regaló, esta vez, un legado: los memes y los tuits. Si bien #maschefacts (Mascherano le roba la novia a Chuck Norris, Mascherano gana Masterchef haciendo panchos, et al.) es el Olimpo del Camino del Héroe 2.0, hubo en las imágenes urgentes un Mundial aparte. Así, esta nueva mueca debutó con el gol en contra de Marcelo a Croacia y su carita de “y bueh” y terminó de explotar con la subida del partido completo de Brasil contra Alemania a YouPorn bajo el rótulo de “Young Brazilians get fucked by entire German Football Team”.
Entretanto, este Mundial dejó un equipo fetiche: Costa Rica, la selección que ningún fixture soportó más de la primera rueda y que, sin embargo, terminó por colarse entre los grandes. Y sus jugadores –en especial su arquero Keylor Navas y su número 10, Bryan Ruiz–, en las compras relámpago de todas las Master League en curso. Mientras, para sumarle mole, el mejor de los rumores mundialistas versó sobre el arquero mexicano Memo Ochoa: tendría seis dedos. Cerró el arco, lo quieren Milán, Málaga y Marsella.
Y si de cerradas de nalgas se trata, la abrochadora es argentina y se llama Marcos Rojo. Del primer “está ahí porque es un consentido del técnico”, pasando por la bizarra rabona en el área propia hasta, finalmente, el pedirle por favor que no se pierda un minuto en cancha. ¡Ufff! Así de volátil fue el Mundial Brasil 2014. Es duro: ya se terminó. Y en su mueca grandilocuente y universal, un saludo que quedará –en Internet–
para siempre: “SALUDOS SABELLA”.
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