Página/12 :: no :: Gestión & Roll del país

Las modificaciones y los paradigmas emergentes en la escena musical y la industria cultural no son patrimonio exclusivo del área metropolitana de Buenos Aires. Desde Elefante en la Habitación y Monqui Albino buscan una conexión fluida con más de una decena de exponentes federales que transitan los mismos senderos en otros territorios, para generar intercambios. Aquí tres casos.

Ringo Discos (Córdoba). Dice Rocío Paulizzi, encargada de prensa: “Ringo es un sello de gestión colectiva, que nuclea a Lautrémont, Moo, Biernes*, Un Día Perfecto para el Pez Banana, Bosques de Groenlandia, Nash Coll, Ent, Simmur, Benigno Lugar y Anticasper. Emergió de cuestiones concretas que tenían que ver con compartir los recursos que se tenían para terminar de desarrollar las obras y difundirlas. Fue el momento en el que los músicos –que también son productores artísticos, diseñadores gráficos, fotógrafos y prensa– empezaron a darse cuenta de que compartiendo los saberes y las experiencias se les hacía menos cuesta arriba el camino. Y que no alcanzaba con hacer música sino que debían empezar a preocuparse por todas las demás cuestiones que forman parte de editar tu música, venderla y darla a conocer. La escena musical de la ciudad y la provincia está pasando un momento de mucha excitación, y refleja lo que siempre quisimos mostrar desde el sello: la actualidad heterogénea y en crecimiento de muchos proyectos locales. Por suerte no hay un sonido asociado a Córdoba o una estética que predomine sobre las otras. Estamos en camino de constituirnos en industria cultural”.
El Qubil (Rosario). Dice Daniel Pérez, secretario: “El Qubil Músicos Independientes de Rosario nace como asociación civil en 2007 para dar un marco legal a actividades que ya veníamos realizando ‘de hecho’. Armábamos compilados en audio y video de bandas rosarinas que luego distribuíamos en el país, y organizamos tres muestras de producciones independientes. Creemos que es más fácil que nos vaya bien a todos que a uno solo. Es un compromiso con una manera de hacer que no tiene que ver con una estética definida sino con una ética de trabajo autogestionado. La gestión colectiva aporta una manera de hacer entre varios que suele ser más eficaz que el voluntarismo individual, el mecenazgo, la queja o el llanto. El hecho de constituirnos como asociación civil sin fines de lucro de músicos independientes nos obligó a definir quiénes éramos, cuál era nuestra pertinencia y nuestro campo de acción. Hubo que cumplimentar papeles legales, sentarse a hablar con gente de distintos ámbitos y ocuparse de cuestiones que exceden a ensayar dos veces por semana con tu banda”.
Mamboreta Psico Folk Records (Formosa). Dice Marcos Ramírez, miembro y músico de Nde Ramírez, que integra el colectivo junto a Benito Malacalza y La Benibanda, Conejo Loco, Coro Sacham, Guauchos, Los Saltimbankis, Lucas Monzón, Marcela Lezcano Orquiola y Noticiero Negro: “Surge en 2010 a partir de una necesidad de empezar a tener un nombre que respalde las actividades que desarrollábamos, a partir de la salida del primer disco de Nde Ramírez y la ausencia de un sello que quiera editarnos; con el formato ‘sello conector’ para vincularnos y dialogar con todo el ecosistema musical ya no como bandas sueltas sino como bloque y como espacio de gestión sostenible. La necesidad de trabajar de modo colectivo tiene que ver con el momento que atraviesa la humanidad; es la era de las comunicaciones y a partir de esas ganas de saber, conocer y experimentar, intuimos que hay mucha gente que está en sintonía con nuestros objetivos y métodos. Desde Mamboreta sentimos que antes de desarrollar modelos de negocios, debemos desarrollar modelos de gestión, pues la mayoría de los sellos del interior estamos en busca de una alternativa en el diálogo con el Estado, la industria y los demás actores involucrados en este megaespacio que es la comunidad musical, antes que el mero negocio”.

Tres experiencias federales

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