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Jueves, 9 de julio de 2015
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Los McKenzie suben la Marea

Hermanos y detectives del sonido

Con cierto halo exótico y bailable, el quinteto concreta un gran disco.

Por Julia González
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“Yo creo que suena a un montón de cosas que nos gustan pero a la vez muy apropiadas por nosotros, y con muchos elementos de música electrónica. Hay sintetizadores, procesamiento de los sonidos, pero a la vez tiene algo re artesanal y se nota la mano humana”, dice Nacho Czornogas, guitarrista, saxofonista y cantante de los Hermanos McKenzie. Eso entonces es lo que define a Marea, predecesor de Siamés (2011) y producido por Manza Esaín y Nacho, abordado desde lo humano, en el que se siente la interpretación de cada instrumento y también de la electrónica. El disco abre con una frase que Nacho canta: “Mañana será mejor”, un guiño y un homenaje a la luz de Spinetta en Cantata de puentes amarillos, entre tantas canciones.

Sigue Ley marcial, un mantra moderno para bailar con los ojos cerrados en el lugar. Se aconseja hacer lo mismo con Los riesgos. “La banda tiene algo fresco y nuevo y me parece que no suena a nada”, dice Nacho, fundador junto a su hermana Cecilia. Lo que quiere decir el guitarrista es que los McKenzie no se parecen a nada que hayan escuchado antes o suscriba a alguna escena musical previamente definida.

Cuenta que meses atrás estuvo en un festival y que después de prestar especial atención a las bandas, le pareció que la mayoría estaba inmersa en algún movimiento del pasado. Ese afán de pertenecer podría ayudar al gusto del público y así, acercarse fácilmente. “Siento que esta banda no se alinea con nada en especial y a veces es difícil que la gente nos entienda. Pero lo siento como algo positivo”, dice. Y desafía: “¿A vos a qué te suena?” Ciertamente, es difícil de preconcebir. ¿Virus? Será por lo bailable o por cierto halo sombrío y profundo. Casualidad o qué, la banda en vivo hace un cover de otros hermanos, los Moura, de quien es fan Cecilia.

En fin, el sonido de los McKenzie es exótico y perfecto. No necesitan abusar de lo sinfónico, de puentes o cortes, para entregar esa complejidad, aunque se trate de simples canciones. Marea, del cual participaron por primera vez sus cinco integrantes, tiene once temas. Las voces (canta Cecilia Czornogas) son pulcras pero no pretensiosas, como si no le costara afinar o ser agradable.

La música de los McKenzie sale como una lechigada, natural, como si esa perfección fuera innata. Y si bien hay incursiones en la electrónica, el sonido es de sala de ensayo más que de laboratorio. “Somos básicamente nosotros cinco tocando”, dice Nacho. Los dos hermanos más Lu (sintetizadores, bajo y voces), Dano (batería y coros) y Eric (bajo y guitarra). Un disco como Marea siempre será placentero de escuchar en vivo. No hay peligro de ahogarse más que en las ondas del sonido.

* Lunes 20 en Sheldon Bar, Honduras 4969. A las 21.

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