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Jueves, 20 de agosto de 2015
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Los futuros #33: Oona Laurence

El puño secreto

Su personaje en Revancha ama y odia a su padre: todo un síntoma de los 13.

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por Lucas Garófalo

Cualquier persona a la que se le pregunte de qué trata Revancha dirá que es una película sobre boxeo. Sin embargo, ese deporte es apenas la excusa para contar la historia de la relación entre un padre y su hija. Al menos eso creen su director, Antoine Fuqua, y su protagonista, Jake Gyllenhaal, quien dijo: “Mi motivación para componer este personaje fue el amor que siento por los niños de mi familia”. Por eso el casting para ver quién se quedaba con el papel de la hija era fundamental. Y el hecho de que hoy todo el mundo del espectáculo esté hablando de Oona Laurence es la prueba de que cayó en las manos correctas.

Según la revista Entertainment Weekly, es el arma secreta de la película. No es una afirmación exagerada. Básicamente, nadie estaría especulando con un posible Oscar para Revancha si Gyllenhaal y Laurence no hubieran logrado construir una relación creíble en pantalla. Y si bien hoy se destaca el sacrificio que tuvo que hacer el actor para poder encarnar a este boxeador multifacético desde lo físico y psicológico, la joven actriz la tuvo tanto o más complicada: Leila, su personaje, ama a su padre al mismo tiempo que lo odia. No son esos los sentimientos que uno mejor domina a los 13 años.

Esta ambigüedad afectiva alcanza su clímax en la escena en la que Laurence explota y empieza a darle piñas a Gyllenhaal. Según el actor, la nena sabe pegar. Lo cual es rarísimo, viniendo de una bailarina. Pero así es esta neoyorquina: un enigma capaz de sorprender con un abanico de capacidades muy inusual para alguien de su edad.

“Es una actriz muy madura”, dijo el director. “Le podés pedir cualquier cosa, y ella no solo va a mantener la concentración, sino que con su confianza le va a agregar un toque personal.” Buena parte de las escenas, de hecho, surgieron a partir de la improvisación entre padre e hija. En el set de filmación, Rachel McAdams, que interpreta a la madre, recuerda haberse encontrado a sí misma llorando al ver a Oona en acción, a pesar de que había leído el guión y por ende sabía lo que iba a ver. “Cuando improvisábamos, la verdad es que yo la tenía que seguir a ella”, dijo Gyllenhaal. A partir de esta película, serán más los que empiecen a hacerlo.

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