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Jueves, 24 de marzo de 2016
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Love, narices encontradas

Todo lo que necesitas

El nerdo Gus y la bardera Mickey protagonizan la buena comedia de Netflix.

Por Lucas Kuperman
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¿Qué se puede lograr de la mezcla de una bella drogona, alcohólica y sexópata enquilombada, y de un narigón feo, sin onda, súper aparato, nerd y buenudo al que solo le interesa caer bien? Muchas cosas, y una fue Love, la nueva serie original de Netflix creada por Judd Apatow (Virgen a los 40, Ligeramente embarazada, Pineapple Express), Paul Rust y Lesley Arfin, que pese a haber estrenado hace menos de un mes ya cosechó miles de adeptos y grandes fanáticos.

Love cuenta la historia de Gus (Paul Rust), un tipo cero cool recientemente abandonado por su novia, básicamente por ser un hinchapelotas sobreadaptado y aburrido. Por otro lado está Mickey (Gillian Jacobs), bella desordenada y fanática de las malas decisiones que acaba de terminar su relación con un nabo yonki que vivía con la vieja.

En el medio, pasa de todo. Gus trabaja en un estudio de Hollywood pero lejos de sus sueños de guionista: es tutor de una maleducada y engreída actriz preadolescente. Mickey es productora de radio de un psicólogo pajero y medio chamuyero que se la quiere levantar. Si bien sus vidas transitan senderos muy distintos, una noche de gira para ella y otra de (casi) sexo para él los junta en un barrio de Los Angeles.

A Gus, como buen nerdazo, le copan la magia y hacer cosas tranqui. De hecho toca el bajo, y uno de sus principales hobbies es juntarse con sus amigos –igual o más aparatos que él– a componer canciones para los finales de las películas que no las tienen: se pasan noches enteras inventando melodías y letras para películas como Carlito’s Way y una gran lista de clásicos, y cuesta decidir si son unos panchos o tuvieron una idea genial. Tan colgado es Gus que en una fiesta es capaz de ponerse a tocar unos temas de Wings.

La serie transita entre lo bizarro y lo genial, ya que ella es todo lo contrario. Le copa salir de reviente hasta cualquier hora, terminar donde la noche la lleve e incluso tomar sustancias con personajes como Andy Dick, el actor yanqui drogón de tantas películas yanquis drogonas.

En resumen, si estás entre quienes disfrutan de las comedias románticas que están lejos de caer en lugares empalagosos y ser un cuento de hadas, y te copa pasar horas frente a los 10 capítulos de la primera temporada de Love, tu próximo fin de semana ya está resuelto. Con o sin compañía.

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