“¡Acá son todos unos pelotudos!”, suelta Juan y sale dando un portazo o su equivalente virtual: deja el grupo de chat de Facebook donde a otro se le escapĂł algo sobre Batman vs. Superman. Juan vuelve con la pelĂcula vista, a resguardo del Âżtemible? peligro de los spoilers. El asunto es que no hay jurisprudencia. Cualquier usuario formado de Internet sabe que las mayĂşsculas significan QUE ESTOY GRITANDO, pero nadie se pone de acuerdo durante cuánto tiempo es apropiado guardar comentarios de la trama o las sorpresas de una serie o pelĂcula.
ÂżEs lo mismo una que otra? ÂżY si están basadas en un libro? Si son muy viejas y el potencial spoileado no pudo verla en su apariciĂłn original, ÂżquĂ© onda? Porque no se le puede pedir a alguien de 15 años que haya visto Los sospechosos de siempre, pero cantarle quiĂ©n es Keyser Soze le arruina un peliculĂłn, aunque sea de 1995. Y a esta altura, con lo abrumador que es todo lo que hay para ver, escuchar y leer, no se puede ser fundamentalista del “si no leĂste/viste/oĂste, jodete”.
Por preservar cierta “virginidad” ante los spoilers, se llega a situaciones extremas. Juan ya no ve trailers. Otros tratan de meterse menos a las redes sociales (¡ja, ilusos!) y cierran los ojos ante cada tuit con una pista sobre el Ăşltimo capĂtulo de Game of Thrones. DifĂcil no saber nada en una Ă©poca en que cada fotograma es un meme pidiendo a gritos existir. Por eso, algunos optan directamente por no meterse a internet hasta no haber visto el capĂtulo o peli de turno.
Terrible disyuntiva. Si es verdad que es la era del homo audiovisualis y que “somos lo que vemos” (en Internet, en TV) –y con tanto test pelotudo de “quĂ© personaje serĂas en...” parece confirmarlo–, entonces el spoiler debe sentirse como algo que prohĂbe “ser”. O que, al menos, coarta la libertad no ya de disfrutar o gozar Mad Men, Supergirl, House of Cards o la que sea, sino directamente el derecho a ser, a emocionarse y –no menos importante– a decepcionarse.
Por eso tambiĂ©n tanta exigencia en las parejas: quĂ© series seguir juntos resulta tan relevante a la convivencia como distribuir tareas hogareñas. Y otro tanto para las series que cada uno ve por su cuenta. ¡Ay de quien se adelante un par de capĂtulos de series en comĂşn! AhĂ, tambiĂ©n, es el ser de la pareja, el vĂnculo, lo que peligra. ÂżCĂłmo vas a hacer sĂłlo algo que se hacĂa de a dos? ÂżCĂłmo podrĂas cagarte en el otro tanto como para decirle que Bruce Willis estaba muerto?
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