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Jueves, 10 de junio de 2010
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Wikindie

Este no es un arrebato de wikipedismo sino más bien la necesidad de entender cómo un movimiento que hasta los ‘90 se caracterizaba por su ensimismamiento, salvo por excepciones de la categoría de los paladines del lo-fi Eric’s Trip, los power pop Zumpano –ambos firmados por la etiqueta Sub Pop Records–, los iconoclastas Rheostatics, los delirantes Bran Van 3000, los garageros The Evaporators o los fantásticos post rockers Godspeed You! Black Emperor (del que se desprende A Silver Mt. Zion), se transformó a partir de la rauda exhibición en 2005 de Broken Social Scene, Arcade Fire, The New Pornographers o Wolf Parade en uno de los fenómenos musicales más convulsionados que se hayan detectado en la primera década del nuevo milenio. Aunque muchos de sus protagonistas confiesen que esta situación espontánea y coyuntural no tiene una manivela que concienzudamente los confedere, se trata de una de las escenas más frescas, promiscuas (por la cantidad de proyectos paralelos que tienen sus actores) y agudas de la actualidad –prendada a la alquimia de la distorsión, al folk circunstancial o incluso al bit terrorista–, atípica por su carácter regional antes que nacional –estableciendo en Montreal, Toronto, Calgary, Vancouver y Halifax sus núcleos– y cuya popularidad se produjo gracias a la receptividad de las estaciones estadounidenses e inglesas frente a la apatía radiofónica criolla.

Entre los cientos de grupos que constituyen la flamante legión independiente de Canadá, posiblemente la mayor referencia sea Arcade Fire, de Montreal, que consiguió el reconocimiento con su estreno, el maravilloso Funeral (lanzado en 2004 y nominado al Grammy en 2006 como “Mejor álbum de música alternativa”). Al tiempo que The New Pornographers ponía a la venta en 2005 su Twin Cinema y Broken Social Scene –en el que participó la cantautora Feist– lanzaba un gran trabajo homónimo, Wolf Parade y The Frog Eyes confeccionaban climas tan emocionantes como los de Bell Orchestre, Final Fantasy (otrora nombre artístico de Owen Pallett) adaptaba al pop algunos matices de la música erudita, y Constantines y Death from Above 1979 –del que resultó luego el proyecto electrónico MSTRKRFT– revistieron al rock de irascibilidad. Además de la reivindicación francófona de Malajube, el trazo lo-fi de Snailhouse, la reminiscencia Joy Division de The Stills, la exuberancia new wave de Metric, el alt country de The Acorn, la psicodelia de Islands, el arrebato electro de Crystal Castles, la hermosa canción dance de Caribou y la violencia garagera de Japandroids, todavía queda cancha para la pista ecléctica con Les Georges Leningrad, The Sessions y Junior Boys.

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