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Jueves, 1 de octubre de 2015
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El juego sagrado

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Luego de trabajar como ingeniero de sonido y mezcla del single God Has Voice, She Speaks Through Me, en 2008, Nicolás Kalwill dejó muy impresionadas a Bianca y Sierra. Al punto de que un lustro más tarde lo invitaron a producir Tales of a Grass Widow. Y dos años después, en Heartache City, ya se consolidó como pieza fundamental de la familia CocoRosie. “Lo que les aporto es el dar cabida a que se haga cualquier cosa”, describe. “No las juzgo, y me pongo a disposición de ideas que otros productores echarían para atrás. Me piden cosas muy abstractas, que no tienen un lenguaje técnico, y transformo esas visiones en sonido. Soy un canal entre ellas y lo que queda grabado. Doy fe de que sintieron las ganas de trabajar de esa manera. Y pasa por haber experimentado todo lo que querían. Por más que este disco sea minimalista, todo el tiempo hay una búsqueda de textura con el estado mental de cada canción.”

El productor e ingeniero de Heartache City está conforme con el acabado. “Pasó algo loco con este disco que es que no está muy mezclado”, explica Kalwill, que trabajó con una caleidoscopio de artistas, desde fines de los ‘90 (La Armada Cósmica, Rosario Ortega y The Ovnis, Gustavo Cordera, Bahiano y Abel Pintos, Ráfaga, Teen Angels y Soledad). “A diferencia de otros discos en los que me quedaba trabajando luego de grabar, acá está lo que debe estar. Es un estado muy natural.” Y es que ponerse al servicio de dupla es una experiencia de constante apertura creativa: “Cada vez que termino de grabar con ellas y hago otro disco, quedo ‘cocorosiado’. Componen desde las emociones y son lo contrario de lo políticamente correcto. No están actuando para caer bien. Nos fuimos de vacaciones juntos, de gira, y están en ese estado infantil, como si estuvieran jugando”.

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