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Domingo, 15 de octubre de 2006
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Un artista plástico elige su obra favorita: Guillermo Faivovich y Lageos 1, 2, de la Nasa/ASI

Nada es para siempre

Por Guillermo Faivovich
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Estos satélites están en órbita, uno desde mediados de los ’70 y el otro desde los ’90. Son muy particulares porque son satélites pasivos: eso quiere decir que no tienen ningún tipo de funcionalidad interna. No tienen elementos electrónicos ni baterías, ni ningún tipo de propulsión. Son bolas con un centro de bronce; el resto es aluminio y tiene incrustados estos reflectores. Están en una órbita muy alta y tienen una durabilidad muy alta también, aun así: todos los satélites en algún momento se van a caer a la Tierra; y se espera que éstos caigan dentro de unos ocho millones de años.

Los Lageos 1 y 2 son verdaderas obras de arte, aunque no sé exactamente cómo explicarlo, pero no me queda ninguna duda de que es así. Es una obra de ingeniería, y en este caso hay una relación como la que hay en el arte con su perdurabilidad: hay una ecuación entre la perdurabilidad y lo que costó hacer esa pieza, sea obra de arte o de ciencia. Es un pico del conocimiento humano. Depositar una bola en el espacio con ese nivel de precisión, que va a durar siglos... La duración en la obra de arte siempre fue un tema importante: las pirámides, por ejemplo, con sus 4500 años; las pinturas rupestres –que no habrán sido concebidas en su momento como obras de arte pero se las aprecia así ahora: es una obra de la humanidad–. Hay otras naves espaciales, como el Voyager, que se mandaron al infinito, visitaron planetas y ahora quedarán en el espacio interestelar incluso más que estos satélites.

No sabemos qué va a pasar dentro de ocho millones de años, cuando estos satélites regresen, pero uno de ellos tiene dibujada una placa –como la tienen las naves Voyager– que muestra cómo es la Tierra ahora, y cómo era hace unos 268 millones de años, y cómo podría ser en otros 8 millones: y está escrito en código binario, porque nadie sabe si se lo podrá leer en el futuro, si se podrá decodificar el lenguaje actual. Es probable que en esos tiempos, cuando se olviden de que esas bolas están dando vueltas allá arriba, van a ser como un archivo. Archivo y perdurabilidad: me interesan especialmente y las tengo presente en mi trabajo desde que empecé a dedicarme al arte, pero no puedo decir exactamente cuándo empezaron a relacionarse una cosa y la otra. Sabemos que las fotos tradicionales duran 150 años porque se conservan imágenes de 150 años atrás, pero no sabemos qué va a quedar de las fotos digitales que se sacan ahora. Creo que la preservación es un asunto complejo. El artista puede tomar muchos recaudos pero es muy difícil ocuparse de la producción y a la vez de la preservación. Por eso es importante el coleccionista, las colecciones privadas, los museos, porque no sólo son gente e instituciones que compran una obra sino que asumen la responsabilidad de preservarlas. Me agrada saber que hoy por hoy hay dos o tres piezas mías que están en una institución que las cuida. Puede ser anecdótico, pero me gusta saber que hay algo del arte que se produce que va a perdurar.

Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg presentan esta semana la primera obra resultante del work in progress sobre el fenómeno de los meteoritos de Campo del Cielo. En el marco de Buenos Aires Photo, Stand 10 Galería Ruth Benzacar. Palais de Glace, Posadas 1725 del 18 al 22 de octubre de 13 a 21.

LAGEOS 1, 2
LAser GEOdynamics Satellite

Los satélites Lageos son vehículos pasivos cubiertos de retrorreflectores diseñados para reflejar rayos láser transmitidos desde estaciones en la Tierra. Al medir el tiempo entre la transmisión del rayo y la recepción de la señal reflejada desde el satélite, las estaciones pueden calcular con precisión la distancia entre ellos y el satélite. Estas distancias pueden usarse para calcular las posiciones de la estación con un margen de uno a tres centímetros de exactitud. La información de largos períodos puede usarse para monitorear los movimientos de las placas tectónicas de la Tierra, para medir su campo gravitacional, o la oscilación de su eje de rotación, y determinar con más exactitud la duración del día terrestre. Lageos 1 fue desarrollada por la NASA y fue puesta en órbita para permitir el monitoreo de estaciones ubicadas en distintos lugares del planeta. Lageos 2 es el resultado de un programa conjunto entre la NASA y la agencia especial italiana (ASI), que construyeron el satélite usando los dibujos y las especificaciones del Lageos 1. La órbita de Lageos 2 fue seleccionada de manera tal que pudiera proveer cobertura sobre áreas sísmicamente activas, tales como el Mediterráneo y California, y puede ayudar a los científicos a entender las irregularidades que se registren en el Lageos 1. Hay estaciones de rastreo ubicadas en Estados Unidos, México, Francia, Alemania, Polonia, Australia, Egipto, China, Perú, Italia y Japón.

Ambos satélites miden unos 60 centímetros de diámetro y pesan unos 406 kilogramos aproximadamente. Debían ser tan pesados como fuera posible para minimizar los efectos de las fuerzas no gravitacionales y a la vez ser suficientemente livianos como para ubicarse en una órbita alta, y con una superficie que permitiera adosarle muchos retrorreflectores. Los materiales fueron seleccionados con el criterio de reducir los efectos del campo magnético terrestre sobre su órbita.

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