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Domingo, 28 de marzo de 2010
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Meriendas y sandwiches Por julieta goldman

Clásico y sofisticado

Farinelli: un bar donde conviven el arroz yamaní y las milanesas

En Farinelli el protagonista del lugar no son las mesitas de adentro ni la gran mesa de afuera, sino el mostrador/heladera. Todos los productos están exhibidos ahí, con cartelitos identificadores escritos a mano y todos los días van variando. Además hay canastos con frutas y verduras del día: la idea es comprar para llevar o sentarse a degustar en mesitas individuales o en la mesa larga del interior, no apta para fóbicos o solitarios.

Farinelli es un lugar chiquito y abrió hace apenas tres meses. Se sirven desayunos, almuerzos y meriendas. Y las especialidades del lugar son las ensaladas, tartas, sandwiches, tortas, muffins. A los amantes del típico plato argentino, el sandwich de milanesa, sepan que en este lugar se prepara todos los días.

Marina, anfitriona entusiasta de este nuevo barcito, se ocupó de todos los detalles. Pensar el nombre, en alusión a la ópera y a su papá italiano; los colores del lugar y del diseño, todo rojo, blanco y madera clarita, el diseño de las sillas net, las mesas, el armado de la carta y el personal (todos con experiencias de lujo en conocidos restaurantes porteños).

Los platos van cambiando todos los días y la idea es poder combinar diferentes sabores. Los ingredientes son simples pero con un touch de rarezas, por ejemplo arroz yamaní con higos y damascos o los hits de la casa: el sandwich de milanesa pero con rúcula, en pan focaccia, tomates asados y dijon o la cheescake hecha con el auténtico queso mascarpone.

Si quieren piropear a Marina no le digan que su local se parece a un típico deli neoyorquino. No le gusta. Para ella Farinelli es una mezcla de objetos de sus viajes. Y están a la vista en la decoración: sachets de leche nórdicos, ejemplar mini de Alicia en el País de las Maravillas de Londres, miniespecieros y además una minibiblioteca con libros de autores argentinos amigos de la casa.

Farinelli abre de lunes a sábados de 8 a 20. Queda en Bulnes 2707. Teléfono: 4802-2014.

Nueva York traducida al porteño

Bagelazo: delivery de bagels a toda la Capital

¿Querés comer un bagel sin ir hasta el bar, la panadería o el deli? Bagelazo es un gran invento: delivery de bagels a toda la Capital. Empezaron en marzo del año pasado, recorriendo las ferias de Palermo. La idea gustó tanto que su público empezó a hacerles encargos. Y terminaron armando un blog y habilitando un teléfono, todo muy casero y sin demasiada estructura.

La receta madre es importada, traída de Nueva York, donde vive el novio cocinero de una de las emprendedoras de Bagelazo. Adaptaron la receta al gusto porteño, investigando ingredientes locales hasta llegar a receta y definición propia. Bagel (pronúnciese beiguel): personaje simple de harina y levadura con proceso de maduración especial. Se presenta en forma circular con su distintivo agujerito central. Su interesante vida interior se compone de los más sobresalientes rellenos y su aspecto exterior nos revela toda su belleza.

Por ahora eligieron delivery y no local a la calle porque prefieren controlar mucho la calidad del producto y llegar a conocer en profundidad a sus clientes, aunque no descartan la posibilidad del local abierto al público. Preparan bagels especiales a pedidos del cliente. Las combinaciones surgen espontáneamente de su archivo gastronómico, y ante todo de la imaginación y del hambre. Hay tres formas de disfrutar el bagel: en sandwich, los minibagels y los frozen dozen, perfectos para congelar y desfrizar cuando quieras.

Los clientes son bien eclécticos y van desde chicos en un recital/festival de música hasta alguna embajada de países del Norte. La idea es hacer un bagel a mano, con materia prima de primera, con distintas semillas, distintos rellenos, e innovar un poco la algo monocorde escena gastronómica porteña.

Para pedidos www.bagelazo.com.ar, [email protected] o 156 351 2557

Como en casa

Efímero festín: cocina de autor con familiaridad y calidez

En Efímero Festín pasan cosas como que los vecinos del barrio se acercan al local con su propia jarra para pedir limonada y llevársela para tomar en casa.

Es que según sus dueñas, Carolina y Marcela, desde hace tres meses lograron que sus clientes sientan tanta familiaridad con el lugar que no sólo van a comer sino también a visitarlas. El living de Efímero Festín es casi como el living de sus casas donde se encuentran con gente amiga, comen rico y se llevan algo para tener para el día siguiente.

El nombre surge del espíritu de lo que significa comer, algo muy efímero, algo que desaparece en cuestión de minutos, y Festín, por la idea de transmitir el disfrutar de sabores, colores y texturas diferentes.

La propuesta tiene que ver con una cocina de autor, con productos naturales de estación, y más que nada la esencia de una cocina simple con sabores exóticos. Hay ensaladas, comida vegetariana, platos del día, panes caseros y pastelería artesanal.

La decoración fue pensada en función de dar una imagen particular y acorde al concepto, a la comida y al servicio que ofrecen. Un lugar cómodo, ecléctico, que lo distinga de los demás lugares de Palermo. De hecho está un poquito alejado del radio céntrico palermitano.

Carolina y Marcela son amigas de la adolescencia y durante dos años pensaron este proyecto, hasta que tomó cuerpo y forma y hoy cada una se ocupa de un rol específico en el local: una es chef y especialista en

catering, y la otra es diseñadora gráfica y administradora de este restaurante con capacidad para 25 cubiertos, servicio de catering, pastelería y salón para eventos particulares.

Efímero Festín queda en Uriarte 1411. Abre de lunes a jueves de 10 a 20,

viernes de 10 al cierre y sábados de 12 al cierre. Domingos cerrado. Teléfono: 4831-9867.

Placer secreto

Dulce Buenos Aires: café y delicias en Belgrano

En una esquina privilegiada y un poco escondida de Belgrano se ubica Dulce Buenos Aires. Abrió en mayo del año pasado, bajo el deseo de una joven de más de 30 años cansada de tener jefes obsesivos y decidida a tener su propio café. Convenció a su familia, excepto a un hermano que vive en México, y se embarcó en el universo de las tortas, los sandwiches, las tartas, los muffins, las cookies y más.

Después de más de un año de refacciones, Paula convirtió una ex pizzería de barrio en “un café sencillo pero distinto, fresco y saludable”, tal como expresa el menú. Se sirven desayunos varios, como el “Recordando mi infancia”, con submarino y galletas; el “Naturalmente Baires”, con mini brochette y granola casera, además de cositas dulces artesanales como los alfajorcitos de frutos secos, las barritas de miel o todo tipo de combinaciones de sandwiches, ensaladas o wraps.

Para acompañar la comida hay jugos naturales de combinaciones curiosas como pera, menta y banana o melón, naranja, jengibre y menta. Además hay una carta especial de té y café. Y todo se sirve en una vajilla antigua, muy pituca, que su dueña fue comprando en distintos lugares. Quienes además quieren llevarse algunas delicias a casa, hay un sector almacén con productos propios y otros no tanto, como aceite de oliva, aceitunas, tablitas y dulce de manzana.

Hay opciones múltiples para sentarse: el salón principal, con sillas y mesas patinadas en blanco y rosa, el sector living con sillones o la terraza con arboleda a la vista. Si no las mesitas de afuera, casi en la vereda, en lo que sería el zaguán de la casa, con farolitos antiguos incluidos, son únicas. Y nada tienen para envidiarles a un café parisiense.

Dulce Buenos Aires queda en G. E. Martínez 1402 , esq. Virrey Avilés.

Teléfono: 4554-3011. Lunes cerrado.

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