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Domingo, 14 de mayo de 2006
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Música 1 > Os Mutantes se reúnen en Londres

Pidan lo imposible

Fueron los más zarpados del Tropicalismo y la banda terminó separándose en medio de una pesadilla de ácido. Treinta años después, luego de haber sido redescubiertos por David Byrne y venerados por Kurt Cobain, Beck, Sean Lennon y los Flaming Lips, Os Mutantes vuelven a reunirse en Londres para devolverle a la ciudad algo de lo que la psicodelia le dio al mundo.

Por Martín Pérez
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“Creemos que es el momento para un disco como éste, ya que una nueva generación de músicos de todo el mundo está empezando a escuchar y a apreciar las innovaciones y los experimentos que ustedes hicieron. Una nueva generación siente algo en común, algo similar.” Así le explicaba por carta David Byrne a Sergio Dias, uno de Os Mutantes originales, su intención de publicar a través de su sello Luaka Bop una compilación de grandes éxitos del grupo. Más de un lustro después de la edición de Everything Is Possible! (1999), a la que se puede considerar como responsable de que el brazo eléctrico del Tropicalismo haya dejado de ser “sólo” un clásico del pop brasileño para ser aceptado dentro del corpus rocker tal como es mirado desde el mundo anglosajón, aquellas presunciones de Byrne demostraron ser más que acertadas. Porque de otra manera no se podría explicar que, desde Beck hasta David Bowie, pasando por Devendra Banhart, Sean Ono Lennon y The Flaming Lips, entre otros, varias estrellas (alternativas o no) del rock anglosajón estén atentas al que parece ser el primer gran acontecimiento del año dentro del mundo del rock: el regreso de Os Mutantes.

Tomando casi al pie de la letra el título elegido para aquella compilación iniciática para muchos, lo imposible se hará realidad, y la banda de los hermanos Arnaldo y Sergio –pero sin Rita Lee, cuyo lugar intentará ocupar Zelia Duncan– volverá a subir a un escenario treinta años después. Todo empezará el 22 de este mes dentro de una muestra sobre el Tropicalismo que desde febrero se está llevando a cabo en el Barbican de Londres, y luego se continuará a través de una minigira por Estados Unidos. Recitales que serán registrados, pensando en un disco y un DVD, e imaginando luego –tal vez para el año que viene– una gira brasileña. “¡Blitzkrieg!”, los animó Rita Lee en un cariñoso mail con el que confirmó su decisión de no formar parte de la reunión. “Es que mi máquina del tiempo está siempre sintonizada con el futuro”, explicó. Sin embargo, para muchos, Os Mutantes siempre serán el futuro. Y aún más: para los afortunados 2 mil poseedores de las entradas agotadas para dentro de dos lunes en el Barbican son el futuro inmediato.

LOS JUSTICIEROS

“Este regreso es una felicidad, porque el mundo va a estar más alegre”, declaró Tom Zé, uno de los compañeros tropicalistas de Os Mutantes. “Devendra Banhart se contactó con la gente de Barbican y les dijo que quería estar ahí como fuese, incluso como plomo”, reveló Sergio Dias, al que un periodista británico de The Times describió como “un Paul McCartney brasileño”. Finalmente, Banhart fue invitado al show de Londres para cantar el tema “El justiciero”. A fin de cuentas, Devendra y sus colegas del neo-folk son uno de los responsables del revival neo-folk que revisita la psicodelia con una visión nada anglocéntrica. Para ellos el re-descubrimiento de un movimiento como el tropicalista es inspirador.

Pero no son los primeros en re-descubrirlos. Allá por 1993, cuando Nirvana hizo escala en Brasil antes de enojarse con el machismo que el público argentino dejó de manifiesto en su show en el estadio de Vélez, nada menos que Kurt Cobain dijo en voz alta que le gustaría que Os Mutantes se reuniesen para tocar antes de su grupo. Pero por entonces era imposible semejante milagro. Porque Arnaldo Baptista –el sombrerero loco de Os Mutantes– aún estaba sumido en el ostracismo que lo llevó a ser considerado el Syd Barrett brasileño. “Mucho cuidado con el sistema, que primero te traga y después te escupe, como hace con el carozo de una cereza”, cuenta la leyenda que Cobain le escribió a Baptista antes de dejar Brasil. “Kurt: yo ya fui tragado y escupido. Y ahora estoy empezando de nuevo”, fue la respuesta de Arnaldo, una lección que no se sabe si el trágico líder de Nirvana llegó a recibir.

LUCHE Y VUELVEN

En un texto posteado en su site oficial desde mucho antes de la confirmación de este regreso, Sergio Dias confesaba que siempre le preguntaban por qué no reabría las puertas de Os Mutantes. “Harían mucho dinero”, explica que le decían. “Creo que si ese momento llegase, si ciertas personas apareciesen, si yo sintiese la energía en el aire y en la piel, sería el primero en tomar las armas e ir a la lucha”, escribió. Pero hasta que ese momento llegase, iban a reposar como Excalibur, dejando reposar la leyenda.

Tres décadas después de aquellos comienzos tropicalistas –y de la revolución pop cuasi-infantil pero irreverente que devino en un infierno ácido, rocker y de pelo largo, hasta que el (mal) sueño terminó– el tiempo de la música parece haber llegado nuevamente. Pero fue llegando poco a poco. Primero fue Arnaldo el que reapareció, con un disco nuevo y experimental, algo sydbarretteano, editado sólo en Brasil. Luego fue Sergio quien editó su propio álbum, y lo llevó incluso de gira por Gran Bretaña. Cuando Rita Lee dejó en claro que no sería de la partida –y, por lo tanto, tampoco el bajista Liminha–, se barajaron los nombres de la mineira Fernanda Takai (Pato Fu) y la bahiana Rebeca Mata antes de confirmar a Zelia Duncan. “Todos me advertían que su voz era muy diferente, pero nunca quisimos un clon de Rita. Escucharla cantar el tema ‘Baby’ es un sueño”, confesó Dias.

“Hace treinta años que no tocábamos juntos”, precisó Arnaldo. “Inicialmente, sentí recelo ante este regreso, como si nunca fuese a concretarse de verdad, como sucedió tantas veces antes en el pasado. Aún sigo diciendo que sólo creeré en esto cuando suceda.”

Con este retorno, Os Mutantes terminarán de oficializar su justo lugar dentro del rock psicodélico de los ’60. Al revisionismo anglosajón ahora le falta Almendra.

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