Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 5 de abril de 2015
logo radar

DIARIOS DE UNA OBSESION

/fotos/radar/20150405/notas_r/sld23.jpg

Hasta el 18 de abril, cualquier interesado que visite el espacio de arte alternativo White Columns, en Nueva York, tendrá la excelentísima oportunidad de convertirse en un Peeping Tom de cabotaje. Después de todo, sólo un mirón pagaría unos buenos billetes por ver Margret: Chronicle of an Affair - May 1969 to December 1970, peculiar (por no decir rarísima) exhibición que muestra la evolución de un romance clandestino real de cabo a rabo. Romance entre dos anónimos que, a fines de los ’60 y comienzos de los ’70, pasaron unas fervorosas temporadas de amor; él con 39 pirulos, ella con 24; ambos requetecasados. Günter K, de Colonia, Alemania, y su secretaria Margret, tales son los protagonistas —involuntarios— del show. Porque, lejos de lo que podría presuponerse, las imágenes no fueron provistas por ninguno de ellos. Hete aquí la cuestión: las decenas y decenas de fotografías que Günter tomó registrando la relación, las cartas que intercambiaron, los meticulosos documentos que él mantenía (incluidos boletos de transporte, recibos de restaurantes, tickets de teatro, mechones de pelo de ella —y de vello púbico, colmo de la obsesión—, paquetes de pastillas anticonceptivas, etcétera), todo fue hallado en una maleta abandonada en un departamento germano, tres décadas después de que el affaire ocurriera.

Valija que, en honor a la crónica, luego fue rematada, y que hoy —junto a sus “tesoritos”— pide pista en la galería neoyorquina en formato de memorabilia compulsiva, sin reparar en ningún detalle. Después de todo, ¡hasta ciertas charlas fueron transcriptas por el germano! “El, el amante perfecto, es un macho que quiere tener todo bajo control. Ella, mientras tanto, disfruta de su atención, de su generosidad, es manipulada, cela, queda embarazada —a pesar de tomar anticonceptivos—, tiene un aborto ilegal”, adelanta el curador Veit Loers sobre un auténtico culebrón, digno de Thalia. Amor a la alemana, sin cumbia, huapango y ron, pero con excesivos pormenores. Demasiados, en realidad.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.