Página/12 :: radar :: ESTAMPILLAS INTERESTELARES

El Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) pareciera estar dispuesto a extender sus servicios hasta la frontera final (léase, el espacio); siempre y cuando, claro, cuente con la asistencia de la USS Enterprise y su famosa tripulación. Finalmente, amén de homenajear no solo a la nave interestelar capitaneada por James T. Kirk sino a todo el mundillo Star Trek, el mentado organismo federal ha anunciado que -durante el transcurso del 2016- lanzará una seguidilla de rutilantes estampillas que recuerdan a la serie geek por excelencia. Las razones, a la orden del día, visto y considerando que el show sci-fi de culto cumple sus bodas de oro, habiendo sido emitida por primera vez 50 años atrás (el primer episodio salió al aire el 8 de septiembre de 1966). Y con un gran aniversario, una gran responsabilidad: la de estar a la altura de circunstancias que evidentemente se elevan hasta, sí, sí, las estrellas. De allí que, bajo la dirección del artista y diseñador Antonio Alcalá, el Servicio Postal haya optado por emular los íconos más reconocibles del programa: la silueta de un tripulante, la insignia de la Flota Estelar de la Federación, el saludo vulcano y, por supuesto, la citada USS Enterprise; todos diagramados sobre coloridos fondos que emulan la gama utilizada para los uniformes de los personajes.

“Esta no es la primera vez que el USPS comparte sellos postales especiales inspirados en Star Trek. En 1999, el servicio postal lanzó la iniciativa ‘Celebra el siglo’ con arte de este mismo show”, aclara revista Variety respecto al antecedente inmediato; sin dejar de mencionar, por otra parte, las palabras de Jason Kernevich, director creativo de The Heads of State, equipo detrás de la creación de las estampillas: “No somos trekkies, pero nos encanta la franquicia, en especial el tono y la estética de la serie original de CBS”. Voilá, entonces, la elección de ilustraciones retro que engalanarán piezas viajeras (se trasladan en sobres, después de todo) por 49 centavos la unidad. E irán, imaginación mediante, adonde el hombre no ha ido nunca: el interior de buzones a lo largo y ancho de Estados Unidos. Bien por ellos.