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Domingo, 17 de noviembre de 2002
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Vale decir

Forza rumania
Una fábrica automotriz en Rumania está a punto de convertirse en uno de los ejemplos más potentes, en todo sentido, de cooperativismo industrial. Conscientes de que la ARO, la compañía dedicada a la fabricación de vehículos todo terreno, tiene una deuda multimillonaria que no podrá afrontar y la está conduciendo a la quiebra, muchos de sus operarios han decidido tomar el asunto entre sus manos: enterados de que un banco de esperma local paga muy generosamente cada “visita”, ya son muchos los que han concurrido a hacer su contribución. El líder gremial de la planta de Timisoara comentó en una entrevista sobre la heroica iniciativa de los obreros que ya se llevaron a cabo “estudios de probabilidades que indican que, si unos mil trabajadores donan esperma durante unos cuantos meses, juntaremos suficiente dinero como aliviar en buena medida la deuda de la empresa”. Eso sí, de a gotas.


Evidencia número uno
La imagen se la adjudican a un fotógrafo freelance llamado Douglas M. Bruce y a algún artista del Weekly World News que aportó lo suyo; también dicen que fue tomada durante la campaña presidencial yanqui de 1992. Ahora el tal Bruce reclama que le paguen lo que él mismo dice que le corresponde por la difusión de la foto: unos 400.000 dólares, insiste. Pero no son pocos los que sospechan que la verdad es otra bien distinta. Que se trata de una evidencia hasta hace poco secreta que finalmente ha visto la luz. Y que si bien no aclara demasiado el panorama, al menos explica unas cuantas cosas.

Loco un poco
Un par de semanas atrás ambos fueron protagonistas de esta página, cada uno por mérito propio. Por un lado, la subasta de la negra cabellera de Elvis en práctico frasco exhibidor; por otro, Tom Jones, el famoso minero galés que sigue enamorando a las chicas de más de cincuenta y que reclamaba que la ropa interior que la arrojan al escenario en sus recitales viniera con algo de sudor de fan. Ahora, el mundo de Morfeo ha unido a ambos ídolos en un bizarro encuentro que amenaza con cambiar para siempre la historia del rock’n’roll. Ocurre que Tom tiene un sueño recurrente: en él se encuentra de regreso en los años ‘50, pero con su aspecto actual, y ahí se lo encuentra a El Rey justo cuando sale de un estudio. Lo sigue con la intención de advertirle acerca de lo que le depara el destino: “Le digo cómo las drogas arruinarán su vida”, relata Tom; “Le cuento acerca de su temprana muerte”. Pero eso no es todo: “Le digo: vengo del futuro, ¡mirá mi ropa!”, prosigue el relato. “Luego miro hacia abajo y me doy cuenta de que no me veo tan distinto porque muchas cosas que uso hoy son un revival de la moda de los 50”, dice, en el momento más reflexivo de la anécdota. Jones, que se hizo amigo de Elvis cuando ambos cantaban en Las Vegas, recuerda que en los últimos años de su vida Presley se aisló del mundo y hacía imposible que nadie se le acercara para ayudarlo. “A veces pienso que tal vez podría haberlo ayudado. Pero incluso en mis sueños fracaso. Le hablo como loco, pero no logro evitar su ruina”.

Mandar fruta ¡cualquier banana!
Hace dos semanas, Radar publicó una entrevista a los Miranda!, una de las bandas en auge dentro del pop vernáculo. A la hora de alegar antecedentes, el cantante, Alejandro Sergi, aseguró ser Ale Perico, el legendario miembro de Los Pericos que estuvo con la banda durante sus dos primeros discos, El ritual de la banana y King Kong. Pero resulta que esta semana se comunicó con Radar el músico Alejandro Zárate, quien resultó ser ni más ni menos que el verdadero Ale Perico. Así que queda hecha la aclaración yde paso va una explicación para todos aquellos que se preguntaban por qué Miranda! no suena ni un poquito como Los Pericos.

 

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