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Domingo, 15 de enero de 2012
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Ladrones de medio pelo

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El ladron del banco Halifax tomado por una camara de seguridad.

Ser ladrón de bancos debe ser una tarea tremendamente complicada. Tener un plan y estar atento y disfrazado son sólo partes de un trabajo bien hecho; un carácter templado, sin embargo, debiera ser excluyente. Si no, alcanza con examinar el caso del maleante que –el pasado 22 de octubre– ingresó a la entidad bancaria Halifax de Cheapside, Londres, y exigió 700 mil libras a uno de los empleados de la sucursal. Vistiendo sombrero y anteojos de sol, el “enmascarado” hizo su demanda pero, a la hora de pasar la bolsa donde recaudaría el dinero, los nervios lo traicionaron: así, en vez de entregarla, pasó lo que tenía en la otra mano... su arma.

De inmediato, los dos hombres notaron el error y se paralizaron; el bancario, sin embargo, fue más rápido, tomó el arma y dio la señal de alerta para que las persianas de seguridad bajaran velozmente. Fue entonces cuando el ladrón se avispó, escapando en una bicicleta que robó a otro de los empleados de la entidad financiera. Pedaleando, sin pistola y sin plata, desapareció antes de que llegara la policía.

Ahora, desde las altas esferas del banco Halifax se ha puesto una recompensa de 25 mil libras para quien ofrezca información del robo, mientras la policía ha diseminado videos de circuito cerrado que toman al ladrón momentos antes de ingresar al lugar y otro haciendo el ridículo. “El maleante se marchó con las manos vacías, salvo por la bicicleta que tomó y usó para escapar”, dijeron fuerzas policiales que, a la hora del identikit, hablan de un hombre blanco, sin afeitar, robusto, que oscilaría entre los 20 y los 40 años.

“No es el tipo más brillante del planeta. Suponemos que tiene poca experiencia y entró en pánico cuando se acercó a la caja y entregó su arma en vez de la bolsa”, sospechó la policía. Más allá de que –-evidentemente– el truhán no pareciera muy peligroso, el detective Lee Bowen no restó seriedad al asunto: “Este es un delito grave y es raro que ocurra en la ciudad. Por eso, cualquiera que tenga información, ayúdenos poniéndose en contacto”. Nota al ladrón: no equivocarse de número si cuenta su historia por teléfono; nunca se sabe quién puede estar escuchando.

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