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Domingo, 29 de noviembre de 2015
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Historieta> Ariel L贸pez V.

CHICOS GRANDES

En el nuevo libro de Ariel L贸pez V. (colaborador de Fierro y cabeza de la productora de animaci贸n Caramba Estudio) los grandes iconos de quienes crecieron en los 80 tienen tristes vidas: el enano que interpretaba a Alf es adicto a la carne de gato, Meteoro es tachero, Olivia tiene des贸rdenes alimenticios y a Clemente le crecieron brazos. En PapaPop, que en realidad es una libreta de postales, la nostalgia generacional choca con la conciencia de la madurez, entre la memoria emocional, el humor ingenuo y el patetismo.

Por Mariano Kairuz
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驴Qu茅 fue de los grandes 铆dolos de la infancia? Por lo pronto, esto es lo que sabemos: que tras el final de la serie animada He-Man y los Amos del Universo, Skeletor, Jefe Supremo del Mal en el reino de Eternia, se dedic贸 a animar fiestas infantiles pero, menospreciado por los pibes que reclamaban al h茅roe titular, cay贸 en una profunda depresi贸n y termin贸 muriendo en soledad. Que tras varias temporadas de interpretar a Alf en la serie del extraterrestre peludo, el enano uruguayo Washington Tolosa 鈥渟e hizo adicto a la carne de gato鈥. Que una vez retirado de la polic铆a francesa, Dod贸 鈥揺l avispado pero siempre discreto asistente del Inspector Clouseau鈥 se destap贸, volvi茅ndose adicto a los anab贸licos y prostituy茅ndose con ancianas. Que Meteoro maneja un taxi. Que Beavis & Butthead se casaron entre ellos y viven en B茅lgica con su caniche toy.

Por lo menos, as铆 es como se los imagina Ariel L贸pez V. en su flamante libro / libreta de postales PapaPop (Galer铆a Editorial), un torrente de nostalgia generacional, con un doble filo que corta al medio la sobrecargada explotaci贸n de la memoria de los 鈥80 que hoy satura la televisi贸n y la publicidad. En el evento de presentaci贸n de PapaPop, el dibujante y humorista Gustavo Sala 鈥揳migo y compa帽ero de generaci贸n de Ariel鈥 defini贸 la serie de postales que integran el libro haciendo referencia a esa 鈥減uerta de vuelta鈥 que parece abrirse 鈥渃uando uno pasa los cuarenta a帽os: ese tobog谩n que te conduce a la infancia y a los iconos m谩s representativos de la tele, de los dibujos animados y la historieta. Ariel mezcla la infancia inocente (que consum铆a aquellos iconos con natural avidez) con el cinismo actual鈥. Y en efecto, uno de los sentidos m谩s potentes de los dibujos del autor y los textos que los acompa帽an (tambi茅n suyos) es el que surge de esa combinaci贸n, o mejor dicho, de ese choque, de la elocuencia con que expresan esa contradicci贸n propia de este tipo de nostalgia pop, que se ubica entre la memoria emocional y cierto patetismo 鈥損orque la verdad es que ya estamos un poco grandes para seguir coleccionando mu帽equitos鈥; que revela hasta cierto punto la patolog铆a que nos lleva a aferrarnos a esos recuerdos, y a la vez expone el grado de conciencia que, no nos queda otra, tenemos de esas taras. Sin sumergirse en el espect谩culo de las miserias reales a los que asistimos inexorablemente quienes caemos en esa franja de edad (los qu茅-fue-de, de los actores de Se帽orita maestra o de la serie Blanco y negro, o de los luchadores de Titanes en el Ring), siempre en un tono de burla afectuosa, entre la celebraci贸n y la parodia, Ariel L贸pez V. despliega sus ilustraciones como postales dirigidas a nosotros mismos desde el presente.

鈥淐reo que esa idea de celebraci贸n y parodia resume muy bien la idea del libro鈥, le dice Ariel a Radar desde la Maison des Auteurs en Angouleme, la ciudad francesa en la que durante tres meses participa de una beca destinada al desarrollo de una novela gr谩fica. 鈥淎 los personajes los amo, pero no son sagrados. Aunque tambi茅n mi instinto es un poco maldito, no puedo negarlo... Creo que hay una galer铆a de personajes y pel铆culas que trascienden las edades y que todos conocemos, incluso aunque no queramos. Es cierto que hay varios personajes de los 80, pero es porque son muy fuertes e impactantes, creo que trascienden cualquier franja etaria. Tambi茅n quise incorporar, casi como homenaje, a otros no tan populares pero para m铆 incre铆bles e indispensables, como Akira o They Live (la pel铆cula Sobreviven, de John Carpenter)鈥.

PapaPop puede leerse de corrido de adelante para atr谩s o atr谩s para adelante, o desprendiendo cada una de sus coloridas y troqueladas p谩ginas de cartulina, para enviarlas efectivamente como tarjetas postales. Porque aunque est谩n indudablemente vinculados, su origen fue una secuencia espont谩nea de dibujos sueltos: 鈥淗ace alrededor de un a帽o abr铆 un cuaderno de bocetos que ten铆a un poco olvidado y encontr茅 varios dibujos deformes de personajes de pel铆culas de culto o de dibujos animados鈥, dice Ariel. 鈥淢e di cuenta que ten铆a varios que me gustaban y decid铆 casi como un juego realizar una serie. Termin贸 siendo un ejercicio obsesivo en el que a cada personaje que me gustaba me obligaba a encontrarle alguna faceta humor铆stica, alg煤n detalle o deformidad que cambiara su sentido y me sorprendiera. Adem谩s, como desaf铆o, me hab铆a impuesto que fueran situaciones mudas, para que fuera un poco diferente a lo que hab铆a hecho hasta ese momento. Personajes conocidos y humor sin texto鈥.

Muchos de los que se asomen a PapaPop tal vez sin conocer el nombre de su autor, reconocer谩n de todos modos su inconfundible estilo gr谩fico, que despliega regularmente en la revista Fierro, y que se ha visto a lo largo de la 煤ltima d茅cada y pico en diversas publicaciones (Rolling Stone, Barcelona, THC, Inrockuptibles, La Mano), que ha exportado en varias ocasiones (隆revista The New Yorker!), que ya hab铆a tenido libro propio (Inhumano, 2012, llantodemudo ediciones), y que tambi茅n ha llevado al terreno de la animaci贸n comercial, desde su productora Caramba Estudio, por encargos para publicidades y para canales como Nickelodeon, MTV, Discovery, Encuentro, Nat Geo y otros, y que cuatro a帽os atr谩s dio lugar a un divertido corto, Zombirama, visto y premiado en varios festivales de ac谩 y del mundo. Una de las marcas ineludibles de ese estilo son los ojos de sus personajes, blancos (o vac铆os), que producen un efecto que pendula entre lo t茅trico (porque sugiere un gesto cadav茅rico) y lo tierno o al menos lo infantil (porque hace que todos los personajes parezcan por momentos mu帽ecos de trapo), y que fue inspirado parcialmente, dice Ariel, en ilustraciones de historietas de un siglo atr谩s. 鈥淒e adolescente investigaba y le铆a todo lo que encontraba sobre el c贸mic y aun no ten铆a una impronta propia. (Por esa 茅poca) encontr茅 estas historietas de principios del 1900 donde hab铆a personajes, casi siempre ni帽os o animalitos, que ten铆an los ojos blancos. No recuerdo por qu茅 los hac铆an as铆, si era una decisi贸n est茅tica o un error de imprenta, pero s铆 recuerdo que me parec铆an 隆unos tiernos personajes endemoniados!. Prob茅 hacer algo as铆 pero agrandando much铆simo los ojos, y ese vac铆o me pareci贸 muy imponente. Lo m谩s interesante es que extra帽amente uno termina naturalizando esa anomal铆a...鈥

Por ese estilo L贸pez V. procesa a todos los personajes de sus libros 鈥揳dem谩s de los ya mencionados, un Don Gato-Thundercat, un Goku, de Dragon Ball, tullido y en silla de ruedas, un Clemente con brazos, una Olivia bul铆mica, un Astroboy wachiturro, y muchos otros鈥, y entre ellos los m谩s contempor谩neos son los que toma de Un show m谩s y de Hora de aventura, extraordinarias series de Cartoon Network, en particular la segunda, con las que la afinidad (tem谩tica y estil铆stica) es notable. Alguien ha dicho por ah铆 que los dibujos de Hora de aventura recuerdan a Max Cachimba, a quien a su vez L贸pez V. reconoce como una de sus grandes influencias. Signo de los tiempos, en todos ellos hay algo de amor y de distancia por la infancia de los que hoy tienen alrededor de 40; un juego de afecto y desconfianza, de ingenuidad y madurez; y Ariel le saca chispas a ese encuentro, a veces ingrato, que es el fin definitivo de la infancia, entre la fantas铆a y la m谩s cruda realidad.

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