Domingo, 13 de marzo de 2005
El caso Plata quemada > Ricardo Piglia rompe el silencio
La l贸gica de los hechos
A casi dos semanas de conocido el fallo judicial sobre el caso Plata quemada, la novela con la que gan贸 el Premio Planeta 1997, el escritor Ricardo Piglia escribe por primera vez sobre la trama que casi lo lleva a las p谩ginas policiales de los diarios.

por Ricardo Piglia
La rivalidad entre escritores y las s贸rdidas luchas por los premios literarios ya la narr贸 Borges en El Aleph. Lo incre铆ble es que ahora esa historia se ha repetido en la realidad. En esta nueva versi贸n, Carlos Argentino Daneri, el t铆pico escritor arribista retratado por Borges, es quien ha perdido el concurso y como un mani谩tico se ha dedicado a denunciar al que gan贸 y a denigrarlo. Que la Justicia haya perdido su tiempo en una rid铆cula rencilla literaria me parece un simp谩tico signo de los tiempos que corren.
Sabemos desde Kafka que la clave de un proceso es que cualquier cosa que diga el acusado parece una justificaci贸n o una coartada. Por eso, cuando hace unos d铆as el fallo del tribunal se hizo p煤blico, pens茅 que lo mejor era no decir nada, pero la dimensi贸n que ha tomado el asunto me ha decidido a intervenir. Las l铆neas que siguen son un intento de esclarecer 鈥揺n lo posible鈥 la l贸gica que ha regido la misteriosa serie de hechos literarios que me ha llevado casi a la p谩gina policial de los diarios.
Como el personaje de Borges, el nuevo Carlos Argentino Daneri piensa que la justicia literaria s贸lo es justa si es 茅l quien gana el concurso, porque cualquier otro resultado es prueba de una manipulaci贸n y de un fraude. Denunci贸 entonces que, contra las posibilidades de todos los participantes y aparte de mis posibles m茅ritos, de antemano se hab铆a decidido que yo iba a ser el ganador del concurso de novelas organizado por la editorial Planeta en 1997. Seg煤n esa insinuaci贸n, Augusto Roa Bastos, Mario Benedetti, Tom谩s Eloy Mart铆nez y Mar铆a Esther de Miguel 鈥搎ue formaron parte del jurado y premiaron mi novela por unanimidad鈥 se habr铆an dejado manipular por la editorial. Pero como esa presunci贸n es irracional, el jurado jam谩s aparece mencionado en la acusaci贸n y soy yo quien es acusado. Su denuncia no s贸lo desat贸 una ola de rumores y de sospechas sino que sirvi贸 para llevarme a los tribunales y enredarme en un proceso que dur贸 ocho a帽os.
Lo incre铆ble es que la raz贸n que Daneri us贸 para acusarme se fund贸 en la lectura delirante de una cl谩usula del concurso. Seg煤n las bases que el fallo cita, la novela 鈥渄eb铆a ser in茅dita, sin haber cedido o prometido respecto de ella los derechos de edici贸n y/o reproducci贸n en cualquier forma con terceros鈥.
Es obvio que el objeto de esa cl谩usula es proteger al editor de la posibilidad de que un escritor firme con anterioridad un contrato con una editora que no sea Planeta. La cl谩usula impide que el escritor que gane el concurso pueda publicar luego la novela con otro editor. Aunque parezca imposible, en la interpretaci贸n irracional de esa cl谩usula se fundament贸 la denuncia.
Daneri insin煤a que mi novela Plata quemada estaba contratada porque yo hab铆a firmado a帽os atr谩s un contrato con Planeta por la edici贸n de toda mi obra. Pero mi novela Plata quemada no estaba contratada, no estaba contemplada ni incluida en ese contrato porque todav铆a no exist铆a, y nunca se firm贸 un contrato previo al concurso por esa novela.
De todos modos 鈥揷omo si esto fuera un relato policial鈥, vamos a considerar por un momento los hechos tal cual los presenta Daneri.
1. Si la novela ya hubiera estado contratada, eso no garantizaba que pudiera ganar el concurso, ya que esa decisi贸n depend铆a del jurado.
2. Si la novela ya hubiera estado contratada por la editorial que organizaba el concurso, ese hecho no hubiera alterado ninguna de las bases del premio, ya que la cl谩usula imped铆a el contrato con terceros (como cita el mismo fallo), esto es, con otra editorial.
La suposici贸n de que Plata quemada ya estaba contratada gener贸 un desdoblamiento que podr铆amos considerar t铆pico de un cuento de fantasmas de Henry James. Sucede que en el razonamiento de Daneri yo aparezco presentando al concurso dos novelas distintas. Perm铆tanme hacer un poco de historia. Termin茅 de escribir la novela a fines de julio y la present茅 el 20 de agosto, mucho tiempo antes de la terminaci贸n del plazo del concurso (el manuscrito recibi贸 el n煤mero 111 sobre un total de 264 novelas presentadas). La envi茅 con el pseud贸nimo de Roberto Luminari y con el t铆tulo de Por amor al arte para proteger mi anonimato y el del libro.
Las bases me permit铆an presentarme con mi nombre, y muchos escritores lo han hecho en ese y en otros concursos anteriores. Pero si us茅 un pseud贸nimo y la present茅 con un t铆tulo distinto fue porque pens茅 que pod铆a no ganar el concurso. No soy Daneri, no pienso que deba ganar cualquier concurso al que me presente. Como pens茅 que era posible que no ganara el concurso y que mi novela pod铆a quedar entre los finalistas, prefer铆 (como han hecho antes que yo muchos otros escritores) que mi nombre y el t铆tulo de mi libro no aparecieran en las listas que se dan a conocer antes del fallo.
Esta decisi贸n fue presentada por Daneri como una prueba de mi culpabilidad. Cito del fallo: 鈥淒e todas maneras, [Mar铆a Esther] De Miguel conoci贸 la identidad del autor de Plata quemada por aparecer un personaje reiterado en las obras de Piglia (Emilio Renzi), circunstancia que comunic贸 a la editorial organizadora, mas las condiciones no se modificaron respecto a la preselecci贸n efectuada por lectores amigos o especializados鈥.
No entiendo la sintaxis de ese p谩rrafo, ni de qu茅 soy acusado.
Desde luego, esto s贸lo prueba que los jurados no sab铆an que hab铆a una novela m铆a en el concurso y la leyeron igual que a cualquier otra, y s贸lo lo supieron gracias al conocimiento literario de uno de ellos que le permiti贸 identificar a mi personaje.
Pero las confusiones kafkianas no terminan ah铆. Me permito citar otro p谩rrafo del fallo: 鈥淭ambi茅n viene a cuento se帽alar que el codemandado Piglia admite que la novela que presentara al concurso Por amor al arte, bajo el pseud贸nimo de Roberto Luminari, corresponde al t铆tulo que despu茅s fue cambiado, supuestamente con anterioridad a la edici贸n, aunque para ser exacta esta aseveraci贸n, debi贸 acreditarse la identidad del contenido entre la novela presentada y Plata Quemada, circunstancia que no ha tenido lugar en tanto no se ha acompa帽ado el texto de la primera de estas obras a fines comparativos鈥.
No entiendo. Parece que hab铆a dos novelas distintas. Parece que nadie comprob贸 que las dos novelas eran una sola. Parece que los escritores del jurado no se dieron cuenta de que hab铆an premiado una novela y que despu茅s se hab铆a publicado otra distinta.
Carlos Argentino Daneri ve fantasmas. Intenta insinuar que Plata quemada fue introducida a 煤ltimo momento en el concurso para sustituir a Por amor al arte y cree que eran dos novelas distintas. Es decir, sugiere que yo gan茅 con una novela pero luego se public贸 otra porque la editorial lo quer铆a as铆.
Aunque no resuelva el enigma, ser铆a bueno preguntarse cu谩les son las razones por las cuales se produjeron estas oscuras y fantasmales sustituciones. La conclusi贸n de Daneri implica el ejercicio simult谩neo del resentimiento literario y del anacronismo deliberado. Dice (y cito del fallo) que la editorial se aseguraba as铆 que mi novela 鈥渓e diera ganancias con las sucesivas ediciones, la realizaci贸n de una pel铆cula, etc.鈥
No hace falta aclarar que en ese momento nadie sab铆a que tres a帽os despu茅s se iba a filmar una pel铆cula basada en el libro. 驴O Daneri cree que la filmaci贸n de una pel铆cula es el resultado natural de un premio? Y adem谩s, 驴qui茅n, salvo Daneri, puede asegurar que toda novela que gane el premio Planeta va a recibir sucesivas ediciones? Estas han sido las razones y los argumentos por los que he sido acusado y calumniado. M谩s all谩 de lo que yo pueda decir o explicar, el da帽o ya est谩 hecho y es irreparable.
Los premios literarios han sido siempre objeto de controversia y de pol茅mica. En un sentido, la literatura argentina empez贸 con el debate sobre un premio. En el Certamen Literario que se realiz贸 en Montevideo en 1841 con motivo del aniversario de la revoluci贸n de mayo, una obra de Juan Mar铆a Guti茅rrez se impuso sobre un texto de Jos茅 M谩rmol y esto desat贸 de inmediato una gran controversia en la que varios escritores (entre ellos Alberdi) se opusieron al fallo y hubo debates y discusiones en los diarios. Desde entonces ha habido disidencias y discrepancias por los concursos. Los resultados siempre se pueden discutir, pero hay que ser muy arrogante para imaginar que se comete un delito si una obra nuestra no obtiene el 茅xito que esperamos.
En la literatura argentina las diferencias literarias las han dilucidado siempre los escritores mismos. Todos esperamos que esa tradici贸n persista. 驴O vamos a empezar a llamar a la polic铆a cada vez que alguien no valore lo que escribimos?
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